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Hombre tocando una guitarra | Foto: Shutterstock
Hombre tocando una guitarra | Foto: Shutterstock

Adolescente ayuda a un amable guitarrista sin hogar a ganar $10.000 cada mes tocando en fiestas de lujo - Historia del día

Una adolescente le rogó a un indigente que le enseñara a tocar la guitarra y ella estaba muy agradecida de que su familia ideara un plan sorprendente que le permitiera ganar mucho dinero cada mes.

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“Señor, me preguntaba si podría enseñarme algunas cosas sobre la guitarra”, dijo Samantha al acercarse a un hombre sin hogar que siempre tocaba en el parque local para pedir propinas y cualquier otra cosa que la gente le diera.

La joven de 17 años acababa de encontrar la vieja guitarra de su abuelo en el ático y quería tocar algo especial para el próximo aniversario de bodas de sus padres.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Su familia pasaba por un momento difícil este último año. Su madre, Belinda, había estado entrando y saliendo de hospitales este año, y su padre, Axel, estaba trabajando más duro que nunca. No tenían dificultades económicas, pero la vida era dura de todos modos.

Por lo tanto, la adolescente decidió hacer algo especial. Por lo general, sus padres solían visitar restaurantes elegantes o irse de fiesta con sus amigos ricos en su aniversario, pero Belinda no podía salir este año.

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Samantha quería tocar su canción favorita en la guitarra, para que pudieran bailar en la sala de estar. También les prepararía una cena especial.

Sin embargo, ella no tenía mucho dinero y no quería arruinar la sorpresa pidiéndoselo a su padre, por lo que pensó que el indigente de 40 y tantos años podría ayudarla a cambio de otras cosas como comida o ropa.

“Nunca he enseñado. Solo aprendí a tocar yo mismo”, respondió el hombre.

“¿Cómo te llamas? Soy Samantha”, insistió ella y se sentó al lado del señor.

“Soy Arturo”, respondió, confundido por la audacia de la adolescente.

“Por favor, no tengo mucho dinero y quiero hacer esto para mis padres. Puedo pagar poco, pero puedo traerte agua, un saco de dormir, comida y ropa”, continuó ella. Arturo había escuchado suficiente.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Bien, bien, te enseño”, interrumpió él. “Pero tienes que concentrarte. No le enseñaré nada a una adolescente distraída. Eso es una pérdida de tiempo”.“¡Por supuesto! ¡Daré el 100%!”, le aseguró Samantha, y comenzaron a practicar.

Sorprendentemente, Arturo estaba recibiendo más propinas que nunca mientras enseñaba a la adolescente, y ella agregaba un poco a la pila además de todo lo que había prometido, aunque él trataba de decirle que era innecesario.

Comían sándwiches juntos y bebían refrescos mientras tocaban. Arturo incluso le dijo a Samantha que tenía un gran talento para la guitarra.

“Debo haberlo heredado de mi abuelo, aunque nunca lo conocí”, respondió ella a los elogios.

“También aprendí de mi abuelo”, sonrió Arturo, y continuaron practicando.

Samantha arregló todo, y sus padres bailaron y disfrutaron de su noche romántica en casa con su dulce hija.

“Honestamente, fue el mejor aniversario que hemos tenido”, dijo Belinda mientras comían, y Axel estuvo de acuerdo.

“Gracias, cariño. Pero, ¿cómo aprendiste a tocar?”, preguntó él.

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Samantha les contó sobre Arturo y lo amable que era. Ella deseaba poder hacer algo por él. Su madre dejó el tenedor y frunció los labios. Estaba pensativa.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Sabes... la boda de mi amiga Lucy se acerca pronto. Tal vez, podríamos conseguir que contrate a Arturo para tocar”, sugirió.

Samantha hizo una mueca. “¿No es Lucy la más esnob de tus amigas?”.

Belinda inclinó la cabeza mientras asentía. “Sí, lo es. Pero también siempre está buscando superar a todas sus amigas. Apuesto a que podríamos convencerla de que contrate a Arturo... mintiendo un poco”, continuó.

“¿Un poco?”, dijo Samantha, sonriendo.

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“Vale, mucho. Pero tengo una idea. Confía en mí”, dijo la madre.

Belinda envió mensajes de texto a varias amigas sobre su fantástica noche de aniversario y les dijo que su esposo había contratado a un famoso guitarrista para tocar su canción favorita.

Todas sus amigas estaban hablando efusivamente y Belinda agregó: “Sabes, Lucy, podría darle tu número. Sería perfecto para tu boda”.

Lucy escribió que no estaba interesada en un guitarrista para su boda, a lo que Belinda respondió: “Tienes razón. De todos modos, probablemente ni siquiera esté disponible para entonces. Aparentemente, Axel lo reservó con meses de anticipación”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Eso llamó la atención de Lucy y su grupo de amigas. La mujer quería su número de inmediato, aunque Belinda tuvo que detenerse y decirles que esperaran. Samantha se reunió con Arturo más tarde y le contó sobre la posibilidad de conseguir clientes y tocar en eventos.

“¿Quién contrataría a un hombre sin hogar que se ve así?”, preguntó él. “Además, no tengo un teléfono para ser contactado”.

“No te preocupes. Podemos arreglar eso. Mi mamá tiene un plan”, dijo Samantha. “Pero, ¿deseas hacerlo?”.

“Claro”, dijo el hombre sin hogar.

Axel llevó a Arturo a una barbería mientras Samantha y su madre arreglaban todo lo demás, como conseguirle mejor ropa para su reunión con Lucy, que tuvo lugar en la casa de Belinda y su esposo.

Lucy amó sus habilidades y lo contrató en el acto. “¿Cuánto cobra usted?”, preguntó ella.

Arturo no tenía idea de qué decir, pero Belinda intervino. “Lo convencí de que te hiciera un descuento de $1.000 por todo”, dijo, sonriendo.

“Oh, Belinda, querida. No necesito un descuento. Voy a pagar el precio completo. ¿Cuánto es?”, preguntó Lucy, lo que hizo que Samantha sonriera con alegría.

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“Creo que son $4.000, ¿verdad, Sr. Bastidas?”, preguntó Belinda mirando a Arturo con las cejas levantadas.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Sí, así es”, respondió el hombre tímidamente.

“¡Perfecto!”, dijo Lucy y firmó un cheque allí mismo.

Arturo dejó maravillados a todos los invitados en la boda unas semanas después, y pronto todos querían su información de contacto para otras fiestas. Comenzó a tocar en varios eventos de lujo y ganó $10.000 ese primer mes. Pero la cantidad fue aumentando con el tiempo.

Samantha y su madre lo ayudaron a comprar un teléfono, abrir una cuenta bancaria y conseguirle un apartamento, todo pagado con sus ganancias. También manejaban sus reservas y programación.

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“No tenía idea de que alguna vez ganaría tanto dinero tocando música. Pensé que eso era solo para músicos realmente famosos”, comentó mientras toda la familia lo ayudaba a mudarse a su apartamento.

“Yo trabajo de lo que amo. Es duro y hay que dedicarle muchas horas, pero a mí me encanta”, le dijo Axel, dándole palmaditas en la espalda, y continuaron arreglando su vivienda.

Una vez que Samantha cumplió 18 años, se convirtió en su representante oficial. Arturo le ofreció el 20% de sus ganancias por cada evento. “Gracias a ti, ya no estoy sin hogar y tengo que pagarte de alguna manera”, dijo el hombre cuando ella trató de rechazar la cantidad.

“Me ayudaste gratis cuando no era necesario”, dijo Samantha. “Págame solo el 10%”.

“Trato hecho”, sonrió el hombre de cuarenta y tantos años. “Ok, ¿qué evento tengo ahora?”.

Samantha sonrió y abrió su cuaderno. “Veamos. La cena de compromiso de los Sánchez...”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Cualquier amabilidad que brindes generalmente será recompensada de alguna manera: Arturo accedió a enseñarle a Samantha por casi nada, y ella y su familia lo recompensaron significativamente después.
  • Puedes hacer una carrera de lo que amas: Algunas personas piensan que sus sueños nunca les harán ganar dinero, pero debes practicar, encontrar tu nicho y establecer contactos. Tu puedes hacerlo.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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