Millonario ve accidentalmente a su madre mayor trabajando como enfermera para un hombre discapacitado que se parece a él - Historia del día

Un hombre vio a su madre en el parque, y parecía estar trabajando para un discapacitado. Ellos tenían mucho dinero, por lo que no tenía idea de lo que ella revelaría.

"Eso es maravilloso, Mark. Me encanta esa idea. Mi esposa ama tanto este parque que quería tratar de recrearlo en nuestro patio trasero. Sabía que eras la persona adecuada para el trabajo", dijo el señor Beltrán, al elogiarlo por sus ideas.

El hombre lo había invitado al parque para explicarle exactamente lo que quería, y Mark estaba muy feliz por el proyecto propuesto. Sabía que podía hacer un trabajo hermoso.

El señor Beltrán era uno de los mejores clientes de la empresa constructora que Mark había heredado de su difunto padre. Aunque siempre había sido un negocio exitoso, cuando él se hizo cargo se convirtió en el mejor de la ciudad.

Los hombres se dieron la mano y siguieron su camino. Mark había estacionado cerca y estaba sacando las llaves cuando reconoció una voz familiar. Miró unos autos alrededor y vio a su madre, Deborah.

Pensó en llamarla, pero se detuvo al darse cuenta de lo que estaba haciendo. Estaba ayudando a un hombre discapacitado a salir de una gran camioneta en su silla de ruedas.

También notó que ella vestía una especie de uniforme. Era extraño, porque él le enviaba mucho dinero todos los meses. Era millonario y a su madre no le faltaba nada.

"¿Acaso tiene un trabajo?", se preguntó.

Mark trató de esconderse detrás de su auto cuando Deborah comenzó a andar empujando la silla de ruedas, pero se sorprendió cuando se dio cuenta de que el hombre era idéntico a… él.

Innumerables preguntas pasaron por su cabeza. En lugar de acercarse a ellos, Mark decidió ir a la casa de su madre y esperarla. Estaba seguro de que ella tendría una explicación razonable. Pero nunca imaginó cuál sería.

"¡Mark! ¡Estoy tan contenta de verte, cariño!". Deborah sonrió cuando entró en su casa y vio a su hijo.

"Mamá, ¿qué llevas puesto? ¿Conseguiste trabajo?", preguntó, yendo al grano.

"¿Cómo dices? Oh, ¿esto?", contestó insegura, señalando su vestido.

"No me mientas, mamá. Te vi en el parque ayudando a un hombre discapacitado que se parecía mucho a mí. Necesito que me digas la verdad, por favor. ¿Quién es ese? ¿Qué está pasando? Actuabas como si trabajaras para él", dijo Mark, cruzando los brazos.

Deborah suspiró profundamente, dejó caer su bolso y se sentó junto a su hijo. "Es una larga historia, Mark. Hace muchos años, tenía un novio muy malo. Era huérfana, no tenía nadie que me apoyara. Luego, quedé embarazada", comenzó a decir y se detuvo.

"Sigue, por favor", dijo Mark suavemente. Había descruzado los brazos y se había inclinado hacia ella.

"Bueno, el bebé nació con una discapacidad y mi novio me abandonó en el hospital. Me dijo que no regresara a su casa o que llamaría a la policía. Tuve que ir un refugio para mujeres con un bebé que no podía criar sola".

Deborah se encogió de hombros. "No tuve elección. Lo di en adopción y una hermosa pareja quiso darle un hogar".

"Vale, eso puedo entenderlo, pero ¿por qué no me lo dijiste? ¿Papá lo sabía?".

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"No, no lo supo nunca", respondió Deborah, sacudiendo la cabeza. "Años después, mejoré y conseguí un trabajo como mucama en un hotel. Allí conocí a tu padre. Ya conoces esa historia".

Mark la conocía muy bien. Su padre, Oliver, estaba en una conferencia tratando de hacer más contactos para su empresa de construcción en ascenso. Era un hombre solitario y se había enamorado perdidamente de la jovencita que limpió su habitación ese día.

Se casaron unos meses después y vivieron felices hasta la muerte de Oliver, diez años atrás.

"Sí, lo recuerdo. ¿Pero qué pasó con… mi hermano? ¿Por qué trabajas para él? ¿Eres su cuidadora?".

"No exactamente", Deborah frunció los labios. "Después de tenerte, deseé desesperadamente tener a mi hijo mayor en mi vida también. Su nombre es Samuel. Averigüe quiénes eran sus padres y dónde vivían".

"Ellos estuvieron de acuerdo en algunas visitas, siempre y cuando no le dijera que yo era su madre biológica. Él no sabía que era adoptado. Acepté sus condiciones, con tal de conocerlo y poder compartir con él".

"Eso es… muy deshonesto, mamá", Mark negó con la cabeza.

"Lo sé. Lo sé. Pero déjame terminar", dijo Deborah. "El padre de Samuel falleció recientemente, y su madre, una mujer maravillosa y dulce llamada Raquel, me preguntó si quería visitarlos más a menudo. Empecé a ir todos los días. Pero las cosas han cambiado ahora".

"¿Qué está pasando?". Mark frunció el ceño.

"Raquel también se está muriendo. Su cuadro es terminal, así que finalmente llegó el momento de decirle la verdad a Samuel, lo cual hice hoy", finalizó Deborah, sonriendo levemente.

"¿En el parque?".

"Así es. Se sorprendió, pero dijo que lo sospechaba. Le hablé de ti y quiere conocerte. ¿Te parece bien?".

"¡Por supuesto! ¡Tengo un hermano! Eso es genial", Mark sonrió y Deborah abrazó a su hijo.

Mark canceló todas sus citas para el día siguiente y fue a conocer a su hermano con Deborah. Samuel se alegró al verlo, aunque la situación también era nueva para él. Los hermanos descubrieron que tenían mucho en común.

Mientras observaba la escena a la distancia, Raquel lloraba aliviada; ahora sabía que su hijo no estaría solo tras su partida inminente. Débora la abrazó.

"Lo criaste por mí todos estos años y siempre serás su madre. Te agradezco mucho todo lo que hiciste por él. Nosotros también somos su familia y nunca estará solo", le aseguró. "Te lo prometo".

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Dar a su hijo en adopción es un acto de amor que requiere fuerza: Dadas las circunstancias del nacimiento de su hijo, Deborah supo que debía entregar a su hijo para darle una mejor oportunidad en su vida.
• Jamás te precipites en sacar conclusiones; la comunicación asertiva es la clave en las relaciones: Mark se sintió desconcertado al ver a su madre ayudando a un discapacitado. Decidió preguntarle en forma directa, antes de inventarse teorías.

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