Policía atrapa a niño cortando un árbol de Navidad del bosque: "Es para hacer feliz a mi abuela enferma", llora - Drama del día
Un niño se aventura solo en el bosque para llevar a casa un árbol de Navidad para hacer feliz a su abuela enferma. Su acción transformó aquella Navidad en un día inolvidable después de ser atrapado in fraganti por un policía.
Ronald, de seis años, había visto cinco Navidades y esta era la sexta. Fue aún más especial porque iba a decorar su tan esperado árbol con su abuela, Susana.
Siempre había sido una tradición ininterrumpida. Al pequeño Ronald le encantaba tanto como le gustaba colgar medias vacías a los pies de su cama para que Santa pudiera llenarla de dulces sorpresas. Pero en esa Nochebuena, sucedió algo terrible cuando Susana subió al ático para bajar los juguetes y la decoración...
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“Qué feliz estará mi angelito después de ver esto”, exclamó mientras llenaba una caja con oropeles y guirnaldas en el desván.
Ronald era todo lo que tenía Susana. Ella fue la única que lo tomó bajo sus alas cuando sus padres lo abandonaron antes de separarse. Amaba a su abuela más allá de los cielos y las estrellas. Sin ella, no habría habido sonrisa ni alegría en la vida de Ronald.
Susana recordó el momento mientras cargaba la caja por el ático. Estaba demasiado entusiasmada pensando en lo emocionante que sería esta Navidad con su pequeño nieto.
De repente, Susana perdió un paso y cayó por las escaleras. Se fracturó una pierna y quedó postrada en cama, pero lo que más le dolió fue la decepción en el rostro de Ronald cuando supo que no podía decorar el árbol de Navidad.
"Mimi", así la llamaba. "¿Estás bien? Está bien si no decoramos nuestro árbol. Quiero que camines. ¿Cuándo te levantarás, Mimi?".
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Susana no pudo contener las lágrimas al ver a Ronald tan triste, así que dejó que sus lágrimas fluyeran libremente frente a él. Lo mejor de su vínculo era que no había secretos... ni timidez para llorar uno frente al otro.
"Deja que tus emociones fluyan. Si las retienes, no servirán de nada", le decía siempre Susana a Ronald.
Entonces entendió que el agua que fluía de los ojos de su abuela no eran lágrimas sino sus emociones. También sabía lo desanimada que estaba por no poder decorar juntos el árbol de Navidad. Entonces, decidió poner una sonrisa en su rostro haciendo algo por su cuenta. Pero para eso necesitaba un árbol de Navidad, y todos los años compraban uno en el mercado.
"¿Cómo puedo tener un árbol de Navidad?", se preguntaba Ronald, preocupado. No sabía el camino al mercado y no tenía dinero para comprar un árbol. De repente, se le ocurrió una idea y salió corriendo de la casa hacia el bosque cercano.
Era una tarde helada. Los bosques, los árboles, la tierra y todo lo que los ojos del pequeño Ronald podían ver estaban cubiertos de nieve.
Corrió hacia el bosque, no muy lejos, y se detuvo un poco más allá de la entrada después de ver un pequeño pino tendido en la nieve. Alguien ya lo había cortado, pero aparentemente fue descartado debido a las ramas torcidas. Pero para Ronald, iba a ser su preciado árbol de Navidad.
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Jadeaba y resoplaba, tirando del arbolito a lo largo de la nieve. Ronald apenas había terminado de suspirar de alivio después de que el árbol estaba casi fuera del bosque cuando un policía lo agarró por el hombro.
"¿Estás cortando árboles, pequeño ladrón? No tienes permitido cortar árboles en el bosque", dijo el oficial Bruno con una voz ronca que asustó al pequeño Ronald. Y se puso a llorar, el pobre.
"¿Eh? Dame ese árbol", dijo el oficial de nuevo, extendiendo su mano para agarrar el tronco de las manos de Ronald.
"Es para hacer feliz a mi abuela enferma", gritó Ronald. "No te lo voy a dar".
"No tenemos un árbol y ella está triste porque no pudimos comprar uno para decorar esta Navidad. Mimi sonreirá si ve mi árbol. Quiero hacerla feliz y necesito este árbol".
El oficial Bruno frunció el ceño, frotándose el bigote, mirando los grandes ojos suplicantes de Ronald. "Lo siento, pero no puedo dejar que te lleves ese árbol, hijo. Pero... tengo una idea. Ven conmigo".
El oficial Bruno estaba cerca de jubilarse y tenía cinco nietos. El pequeño Ronald le recordaba a ellos, y su inocencia conmovió su corazón. Llevó a Ronald al mercado y le compró un nuevo árbol de Navidad. Pero el policía hizo mucho más. Compró una gran canasta de golosinas navideñas e incluso un gran pastel de chocolate para Ronald.
Esa noche, el oficial Bruno y Ronald decoraron el árbol de Navidad con Susana. Estaba encantada y agradecida con el oficial por hacer que la Navidad de su pequeño niño fuera única.
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"¡Ah, no me dé las gracias, señora! Su nieto la quiere mucho y debería estar orgullosa de él. ¡Es un amiguito adorable!", dijo el oficial Bruno.
Al día siguiente, Susana y el pequeño Ronald celebraron juntos su mejor Navidad. Se rieron, pidieron deseos e incluso intercambiaron regalos hechos a mano.
Mientras tanto, el oficial Bruno extendió otra mano de bondad que ayudó a Susana a recuperarse más rápido en los días siguientes. Los visitaba todas las mañanas y les traía desayuno y víveres. Trató a Susana y Ronald como familia, y celebraron todas sus Navidades junto con sus nietos.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Apoye las buenas intenciones de los niños, incluso si pueden parecer incorrectas a primera vista: El oficial Bruno atrapó a Ronald tirando de un árbol de Navidad en el bosque. Le prohibió llevárselo a casa, pensando que lo estaba robando. Sin embargo, hizo todo lo posible y le compró uno en el mercado después de enterarse de su verdadera intención.
- La buena acción que haces por alguien puede parecerte pequeña, pero podría significar un gran cambio para otros: Además de hacer especial la Navidad de Ronald y Susana, el oficial Bruno los visitaba regularmente para asegurarse de que estuvieran bien. Su amabilidad ayudó a la mujer mayor a sanar y fueron más como una familia para él en los días que siguieron.
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Esta pieza está inspirada en historias de la vida cotidiana de nuestros lectores y escrita por un escritor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes son solo para fines ilustrativos. Comparte tu historia con nosotros; tal vez cambie la vida de alguien. Si desea compartir su historia, envíela a info@amomama.com.