Millonario se entera de que la doméstica a la que acogió por 4 años es la madre que lo abandonó hace 28 - Historia del día
Un hombre rico descubre la verdad sobre la mujer que ha vivido y trabajado en su hogar por los últimos cuatro años y siente que jamás podrá perdonarla.
El fuerte repiqueteo de la lluvia en la ventana y el estruendoso sonido del cielo distrajeron a Dylan, que estaba trabajando con su computadora portátil. Se dirigió a la ventana de la sala para cerrar las cortinas cuando notó algo extraño.
Una mujer estaba empapada y temblando bajo la lluvia torrencial, mirando su casa. Incluso en la oscuridad de la noche, pudo distinguir su frágil figura y su avanzada edad.
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"¡Lyra, cariño!, llamó a su esposa. "¿Venía alguien a casa?".
"No, no que recuerde", respondió ella, uniéndose a él en la ventana. "¿Qué estás viendo?".
"¿La conocemos?", preguntó. "Esa mujer ahí fuera… está de pie bajo la lluvia".
Lyra miró por la ventana y negó con la cabeza. "No. Estoy segura de que no la he visto antes. Preguntémosle si necesita ayuda".
Bajaron las escaleras y salieron a la entrada con un par de paraguas y una manta extra para la mujer.
Tan pronto como ella los vio, Dylan notó pánico en sus ojos.
"¿Estás bien?", preguntó Dylan, protegiéndola bajo el paraguas de repuesto. "¿Podemos ayudarte con algo?".
"Oh, bueno, tal vez…", dijo ella. "No tengo un lugar para vivir aquí. Soy nueva en la ciudad y no tengo idea de a dónde ir…".
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La mujer no tenía equipaje, lo que confundió a Dylan y Lyra. Podría estar fingiendo, pensaron. Y tenían dos niños en casa. No querían arriesgar su seguridad dejando entrar a una extraña, pero algo en la mujer les decía que no era una amenaza.
"¿Tienes algún familiar que podamos contactar?", preguntó Lyra. "Podríamos llamar a la policía".
"En realidad no", aclaró enseguida. "No tengo familia… Vine aquí en busca de un trabajo. No sé por qué me detuve aquí. Debería irme…".
"¡No, por favor!". Dylan la detuvo. "Ven con nosotros. Te enfermarás con el frío. Toma un poco de té y espera a que deje de llover".
La mujer los acompañó hasta el interior de la casa. Lyra le dio algunas de las ropas viejas de su madre y, después de que la mujer mayor se hubo secado y cambiado, todas tomaron el té.
"Soy Marlene", les dijo. La pareja había estado conversando sobre la posibilidad de contratarla para ayudar con las labores en casa.
"Gracias por el té", dijo Marlene. "Realmente lo necesitaba".
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"¿Así que viniste aquí en busca de trabajo?", preguntó Lyra. "¿Te gustaría trabajar para nosotros? Tenemos dos niños que están dormidos en este momento. Podrías conocerlos en la mañana. Necesito ayuda con la casa".
"¿De verdad?", preguntó Marlene. "¿Pueden contratarme?".
"Claro que sí", dijo Dylan. "Si estas acuerdo. Necesitaremos tus datos… cualquier identificación serviría".
"Oh, está bien", dijo Marlene. "Pero necesito ayuda con eso. Me robaron justo después de salir de la estación, así que necesitaría una computadora para acceder a mi correo. Tengo allí copias digitales de mis documentos".
"¡Perfecto!", sonrió Dylan. "Puedes descansar en la habitación de invitados esta noche".
Ese encuentro tuvo lugar cuatro años atrás. Marlene comenzó a trabajar como empleada doméstica, y rápidamente se convirtió en parte de la familia. Los niños, Aaron y Lisa, la llamaban cariñosamente "Abu Marlene", y todos la adoraba.
Pero en su último cumpleaños, todo cambió. Dylan y Lyra planearon una lujosa celebración para Marlene e invitaron a todos sus conocidos.
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Marlene apagó las velas, tuvo la cena más encantadora con su familia y recibió muchos regalos preciosos. Después de que todos se fueron, se entretuvo desenvolviendo los obsequios con Aaron y Lisa.
Mientras tanto, Dylan fue a su habitación a buscar algo y notó que su computadora portátil estaba encendida. Estaba a punto de apagarla cuando un mensaje en su perfil de Facebook llamó su atención.
"¡Feliz cumpleaños, querida Marlene! Espero que estés teniendo los mejores días de tu vida ahora que has encontrado a tu hijo. ¡Tu bebé debe amarte tanto!".
Dylan sintió como si su corazón se hubiera salido de su pecho. Hacía 28 años que su madre lo había abandonado en la puerta de un refugio; tenía solo tres años. Nunca regresó a buscarlo, y él nunca pudo encontrarla. No sabía nada de ella.
Sorprendido, Dylan entró en la sala de estar y vio a Marlene sonriendo y jugando con sus hijos. Estaba disgustado y enfadado.
"¡Marlene!", gritó. "¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué?".
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Marlene se dio la vuelta y vio a Dylan llorando.
"Cariño", dijo Lyra, preocupada. "¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?".
"Me gustaría saber la verdad, Marlene. ¿O debería llamarte 'mamá'?".
"¿Qué?", exclamó Lyra. "¿Mamá?".
Los ojos de Marlene se llenaron de lágrimas. "Lo siento, Dylan", dijo. "No quise engañarte todos estos años. Lo siento".
"¿Sobre qué más has mentido?", preguntó alterado. "¡Responde! ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué viniste aquí para lastimarme de nuevo?".
"Dylan…", susurró Marlene. "Lo siento", dijo. "No tuve otra opción. Eras un niño pequeño y necesitabas un hogar lleno de amor; yo no podía dártelo".
"Me diagnosticaron cáncer y no pensé que lo superaría. Así que tuve que dejarte allí. Fui a buscarte cuando mi cáncer entró en remisión, pero ya era demasiado tarde.
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"Una familia adinerada te había acogido y decían que eras feliz. Me alegré por ti, así que me mantuve alejada y te observé desde lejos todos estos años. Mírate; eres rico y exitoso hoy. Es debido a la educación que te dieron y estoy muy agradecida por eso".
"Lo siento. No sé por qué no fui honesta cuando me acogiste hace cuatro años… Simplemente no pude. Tenía miedo de decirte la verdad".
"¡Vete de aquí!", gritó Dylan. "No mereces nuestra amabilidad. No puedes simplemente entrar en mi vida cuando quieres. ¡Solo lárgate!".
"Dylan, cariño", dijo Lyra. "Hablemos de eso".
"Está bien, Lyra", dijo Marlene entre lágrimas. "Me merezco esto. No debería haberles ocultado la verdad. Lo siento".
Y Marlene salió de la casa de Dylan esa noche. Los niños le preguntaron a su padre por qué Abu Marlene se había ido, y él les respondió: "¡Porque ella no era su abuela! ¡Era una mentirosa!".
Una semana después, Dylan se arrepintió por todo lo que dijo. Descubrió que Marlene no era la madre biológica que lo había abandonado.
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Se topó con el perfil de Facebook de Marlene en la computadora portátil; ella no se había desconectado y leyó otro mensaje que su amiga Linda le había dejado.
"Deberías decirle la verdad, Marlene. ¿Qué tan devastado estará al saber que ha perdido a su madre dos veces? Merece saber que su madre lo abandonó en un parque y que tú lo acogiste. Él te amará. Estoy segura de eso".
Dylan no podía creer lo que acababa de leer. Revisó todo su perfil llorando, leyendo los mensajes de Linda, y descubrió que Marlene había estado viviendo a solo unas pocas cuadras de él.
Corrió hasta su casa, y tan pronto como abrió la puerta, lloró con todo su corazón y la abrazó.
"Marlene", sollozó. "Lo siento… Lo siento mucho. ¿Por qué no me dijiste que no eras mi madre biológica? ¡Tú… me salvaste!".
"Porque no era importante", dijo, abrazándolo de vuelta. "Te amaba como a un hijo, y me dolió cuando tuve que dejarte. Te abandoné… No era diferente de tu madre, excepto que te dejé porque te amaba".
"Vendrás a casa con nosotros", dijo. "Eso es todo lo que quiero. Te quiero mucho".
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Las mentiras y los engaños solo distorsionan la verdadera comunicación: Marlene entró a la casa de la familia de Dylan con engaños, y cuando él la confrontó solo le dijo una verdad a medias, provocando su furia. Al salir la verdad a la luz, pudieron tener una saludable relación.
- A veces debemos hacer sacrificios que afectan a quienes más queremos, por su bien: Marlene había dejado ir a Dylan porque lo amaba lo suficiente como para anteponer sus intereses a los de ella.
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