Policía le ofrece comida, una ducha y botas a un indigente cuya familia lo rechazó - Historia del día
Un policía experimentado responde a una llamada sobre un mendigo que causa disturbios en el metro y termina ofreciéndole comida, una ducha y botas nuevas. Meses después, le da una segunda oportunidad de vida.
Era un día ajetreado en la estación de policía. El oficial Jackson y Steve estaban discutiendo un caso serio cuando se les informó sobre un disturbio en la estación de metro cercana.
"Un mendigo ha estado causando molestias en el metro. Tenemos que ir", dijo el oficial Jackson.
"Vayamos a chequear qué ocurre rápidamente", sugirió el oficial Steve.
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Los dos policías pensaban que tendrían que lidiar con un molesto hombre fastidiando a los transeúntes por dinero. Pero cuando llegaron al lugar de los hechos, se sorprendieron por la apariencia del mendigo.
El hombre tenía lágrimas en los ojos y estaba sentado en las escaleras del metro; lucía desaliñado y cansado.
"Disculpe, señor", le dijo el oficial Jackson. "No puede quedarse aquí, ni puede molestar a la gente pidiéndoles dinero. Tiene que irse de este lugar".
"O puede venir a la estación con nosotros", agregó el oficial Steve.
"Lo siento, oficiales", suspiró el hombre. "No quise causar ningún problema, ¿de acuerdo? Perdí mi bastón y no puedo caminar sin él. Quería unos centavos para poder comprar algo de comer. Realmente no quería molestar a nadie".
El oficial Jackson miró al hombre y sintió mucha pena por él. Hacía frío y ni siquiera tenía una chaqueta adecuada. Además, se veía pálido y débil.
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"Señor, ¿necesita atención médica?", le preguntó al hombre, notando que solo llevaba un par de pantuflas viejas y gastadas en lugar de zapatos. "Podríamos llevarlo al hospital".
"Estoy bien, pero ¿pueden conseguirme algo de comida?", preguntó Eugenio, el mendigo, con timidez. "No quisiera molestarlos, oficiales, pero estoy hambriento".
Los dos policías intercambiaron miradas: el hombre era alguien que realmente necesitaba su ayuda. Así que prometieron conseguirle comida, comprarle un bastón y dejarlo en casa. Y así lo hicieron.
Cuando terminó de comer, los oficiales le preguntaron a Eugenio su dirección, solo para descubrir que no tenía hogar. Resultó que era un vagabundo que deambulaba por las calles y vivía de los restos de comida que encontraba en la basura.
"¿Así que ha estado durmiendo en este callejón?", preguntó el oficial Jackson, mirando el lugar donde se habían detenido. "Este lugar está húmedo, señor. No creemos que podamos dejarlo aquí. ¿Qué tal si lo dejamos en un refugio?".
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"Ustedes son muy amables, oficiales", dijo Eugenio, conmovido por la amabilidad de los oficiales. "Pero no deben preocuparse. Las personas sin hogar como yo a menudo duermen en áreas como esta".
Eugenio pasó a compartir su desgarradora historia con los oficiales sobre cómo lo había perdido todo, y el oficial Jackson estaba realmente conmovido por eso.
El pobre hombre dijo que estaba trabajando en la construcción de un rascacielos cuando sufrió una lesión en una pierna, y perdió la capacidad de caminar.
Desafortunadamente, eso le impidió seguir haciendo el mismo trabajo y no tenía la educación adecuada para encontrar un trabajo de escritorio, por lo que se quedó desempleado.
"No podía mantener a mi familia, así que mi esposa y mis hijos me abandonaron", continuó. "Nada parecía tener sentido después de que se fueron, así que tomo la vida como viene. Mi esposa se volvió a casar y es feliz. No tengo esperanzas ni aspiraciones, oficiales".
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Pero el oficial Jackson realmente quería que Eugenio cambiara su vida. Su abuelo también había sido trabajador de la construcción de rascacielos. Fue muy cercano a él y había visto lo duro que trabajaba para mantenerlo después de que quedó huérfano a una edad temprana.
Así que el oficial Jackson llevó a Eugenio a la estación de policía en lugar de dejarlo dormir en un callejón. Luego le dio algo caliente para comer, lo ayudó a ducharse y le dio sus botas calientes.
"Aún eres joven, Eugenio", dijo. "No puedes perder la esperanza tan pronto. Tienes que vivir para ti mismo".
Después de su turno, el oficial Jackson llevó a Eugenio a un refugio para personas sin hogar y le dio algo de dinero.
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"Oficial, realmente no necesita hacer esto", dijo Eugenio. "Ya ha hecho bastante por mí".
"Bueno, yo pienso que si necesito hacerlo, y además, me siento bien ayudándole a recuperar la esperanza, Eugenio", dijo el oficial Jackson. "Lleve esto y tenga cuidado".
Después de separarse ese día, Eugenio nunca esperó volver a ver al par de oficiales. Pero tres meses después, vio que el auto de un policía se detenía afuera del refugio y el oficial Jackson se apeó.
"¿Oficial?". Eugenio se sorprendió. "No esperaba verlo por aquí de nuevo. ¿Es por un caso? ¿Pasa algo en el refugio?".
"No, no pasa nada, Eugenio", dijo el oficial Jackson. "Solo queríamos darle algo".
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Le dio un sobre que contenía $12.000. El oficial Steve y Jackson habían iniciado una recaudación de fondos para Eugenio y lograron reunir esa cantidad en tres meses.
"Puede comenzar lentamente una nueva vida con este dinero, amigo", dijo el oficial Jackson. "Verá que una vez que encauce su vida podrá conseguir algún trabajo digno. Hoy en día su discapacidad no es un impedimento para trabajar".
Eugenio tenía lágrimas en los ojos. "Es usted un hombre muy amable, oficial", dijo. "¿Cómo le devolveré el favor?"
"No es necesario", dijo el oficial Jackson. "Solo debe hacer su mejor esfuerzo en la segunda oportunidad que la vida le ha dado. Y cuídese mucho".
Y bueno, unos meses después, Eugenio era un hombre diferente. Fue a terapia física y a terapia psicológica para sanar cuerpo y alma.
Y con una actitud diferente pudo encontrar un trabajo y poco a poco fue logrando recuperar el amor y la pasión por la vida. Todo gracias a dos amables oficiales.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Ayuda a tu prójimo siempre que puedas y nunca te arrepentirás: Los oficiales de policía se sintieron conmovidos por la historia de Eugenio y lo ayudaron a encontrar la esperanza y la fuerza para comenzar de nuevo en la vida.
- Nunca pierdas la esperanza: Cuando Eugenio se lesionó y no pudo seguir haciendo el mismo trabajo, perdió las ganas de luchar y de vivir. Cuando recibió la ayuda de dos oficiales, pudo aprender a lidiar con sus problemas y logró salir adelante.
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