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Personas saliendo de una boda. | Foto: flickr.com/Gavin St. Ours (CC BY 2.0)
Personas saliendo de una boda. | Foto: flickr.com/Gavin St. Ours (CC BY 2.0)

Hermanas separadas por adopción se encuentran cuando sus hijos están a punto de casarse - Historia del día

Las hermanas Lily y Rosy estaban decididas a permanecer juntas, pero fueron acogidas por familias diferentes. Muchos años después, una mujer conocida en una foto llevó a Rosy a un reencuentro inesperado.

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Rosy agarró con fuerza a su hermana pequeña, Lily, cuando entraron en la casa de acogida. El edificio era enorme y destartalado, el tipo de lugar que siempre resultaba estar embrujado en las películas. No obstante, Rosy estaba decidida a ocultar su miedo y a ser valiente por el bien de Lily.

“¿Y si nos separan?”, preguntó Lily. Estudió su entorno con los ojos muy abiertos, como si esperara que algo saltara sobre ella.

Rosy negó con la cabeza. “No harán eso. Somos hermanas y siempre estaremos juntas, Lily. Siempre te protegí cuando mamá y papá se ponían histéricos, y siempre seguiré protegiéndote. Eso es lo que hacen las hermanas mayores”.

Lily le sonrió. Hacía mucho tiempo que las hermanas no tenían un motivo para sonreír, y Rosy supo entonces que todo iría bien. Abrazó a su hermana con fuerza. Se habían mantenido unidas en los malos momentos, y Rosy estaba deseando compartir buenos momentos con su hermana.

Un mes más tarde, una señora de aspecto amable vino a ver a Lily. Rosy y ella estaban coloreando juntas. Lily dejó los lápices a un lado y abrazó a su hermana.

“Esta va a ser nuestra nueva mamá, Rosy. Lo sé”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Después de aquel día, Rosy no volvió a ver a Lily. Supo que su hermana pequeña ahora vivía en otro estado, pero no en cuál. Muchos días miraba el mapa de Estados Unidos en uno de los libros del refugio e intentaba averiguar dónde podría estar Lily. Se la imaginaba explorando los desiertos de Nevada o haciéndose amiga de osos pardos en el estado de Washington.

Se imaginaba a su hermanita bailando en Times Square y luchando contra caimanes en Florida. Estas ensoñaciones aliviaban el oscuro temor de Rosy de que Lily pudiera estar en peligro o sentirse profundamente infeliz en su nuevo hogar. El hueco en su corazón al que Lily pertenecía permanecía dolorosamente vacío, pero Rosy aún podía imaginar lo mejor para su hermanita.

“¡Tienes que cancelar la boda inmediatamente! No puedes casarte con Katy”.

Incluso después de que Rosy fuera adoptada y cambiara su apellido, nunca se olvidó de Lily. Cuando ya era adulta, seguía mirando mapas y preguntándose qué aventuras viviría Lily si viviera en un determinado estado o ciudad.

Su esposo, John, la abrazaba tranquilamente y le besaba la sien cuando la sorprendía mirando. John apoyaba los esfuerzos de Rosy por localizar a Lily, pero todos eran inútiles. Había sido una adopción cerrada, e incluso el investigador que habían contratado no había podido encontrar a Lily.

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Rosy nunca renunció a encontrar a su hermana, pero cuando nació su hijo, Jeremy, se centró más en la familia que tenía. Asegurarse de que John y Jeremy supieran lo mucho que los apreciaba era su prioridad, lo que significaba que no podía quedarse anclada en el pasado.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Jeremy creció con un buen ideal al que aspirar en una pareja. Quería casarse con una chica que fuera tan cariñosa y orientada a la familia como Rosy, y buscaba estas cualidades en todas las mujeres con las que salía. Jeremy encontró a la mujer de sus sueños cuando fue a la universidad en Nueva York. Un día, llamó a Rosy a Pensilvania con buenas noticias.

“¿Le pediste matrimonio a Katy?”.

Rosy saltó de alegría. “¡Me alegro mucho por ti, Jeremy! ¿Cuándo conoceremos a su familia?”.

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“Pronto, mamá, te lo prometo. Katy les va a dar la noticia hoy y luego organizaremos una gran reunión para todos antes de la boda”.

“¿Y cuándo será eso?”.

“También pronto. Hablamos de esperar hasta después de graduarnos, pero decidimos que preferíamos casarnos cuanto antes. Katy quiere una boda en otoño”.

Rosy estaba emocionada. Aunque estaba lejos, hizo todo lo que pudo para ayudar con los planes de la boda. Estaba tan absorta en el trabajo que ignoró las señales de advertencia de que algo iba mal con su salud hasta que fue demasiado tarde.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Dos días antes de que John y Rosy viajaran a Nueva York para conocer a la familia de Katy, Rosy estaba podando árboles cuando sintió un dolor agudo. Poco después, se desmayó. John la encontró en el jardín e inmediatamente llamó a una ambulancia.

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“Los médicos dicen que me pondré bien cuando termine el tratamiento, pero tendrás que conocer a la familia de Katy sin mí”. Rosy miró a John y le apretó la mano. “¡Quiero muchas fotos!”.

John aceptó ir sin Rosy a regañadientes. El día de la reunión, la mujer se acostó en la cama y se puso a ver las fotos en cuanto su esposo se las envió. La primera mostraba a John, Katy y otros jóvenes y niños. Según él, la mayoría eran hermanos de Katy.

La siguiente foto hizo que Rosy se detuviera. Enfocó a una mujer de pie entre Katy y un adolescente. Algo en su rostro le resultaba inquietantemente familiar.

“He visto a esta mujer antes, pero ¿dónde?”. Rosy buscó su rostro en el resto de las fotos. Algo en sus ojos y en la forma torcida en que sonreía inquietaba a Rosy. Buscó en su memoria, pero no pudo encontrar una coincidencia.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Tal vez fui a la escuela con ella”, pensó Rosy, “o la estoy confundiendo con otra persona”.

A medida que se acercaba el día de la boda, Rosy se olvidaba de la extraña mujer y se preocupaba por si el hospital le daría el alta a tiempo para ver casarse a su hijo. Insistió a los médicos cada vez que la visitaban.

Finalmente, le dieron la buena noticia. Rosy recibió el alta una semana antes de la boda. Como los médicos no querían que viajara en avión, ella y John hicieron el viaje de cuatro horas a Nueva York un día antes de la boda.

Rosy tuvo que descansar tras el largo viaje, pero volvió a ser la de siempre cuando llegaron al campus universitario al día siguiente. Katy y Jeremy habían organizado la boda en un pabellón del campus. Enormes ramos de flores rojizas y amarillo dorado decoraban la entrada.

Jeremy se apresuró a saludar a su madre cuando se acercaron al lugar. “¡Estaba muy preocupado por ti!”, exclamó él.

“Me alegro de verte tan bien. Ven, aquí hay alguien que se muere por conocerte”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Rosy siguió a Jeremy al interior. La condujo hasta la mujer de las fotos.

¡Por fin se conocen las madres!”, dijo Jeremy antes de girarse hacia Rosy. “Mamá, esta es Lily Norris, la mamá de Katy. Sra. Norris, ella es...”.

“Rosy, ¿eres tú?”.

Rosy miró fijamente a la mujer que se le acercaba. Sí que la conocía de algo. Ella se quedó callada mientras observaba las facciones de la mujer, la incredulidad en su rostro y las lágrimas que brotaban de sus ojos. El reconocimiento la golpeó como un tren.

“¿Lily?”, apenas pudo pronunciar el nombre mientras agarraba la mano de la mujer. “¡No puede ser! Te he buscado por todas partes”.

“Yo también te busqué, Rosy”, dijo Lily rodeando a su hermana con sus brazos y abrazándola con fuerza.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Quedé muy preocupada cuando no volviste. Te imaginé viviendo las aventuras más fantásticas por todo el país”, admitió Rosy entre sollozos mientras abrazaba a su hermana. “Surfeando en Alaska, imaginé todo tipo de locuras”.

Lily se rio. “¡No me dejaron despedirme! Te extrañé mucho. Pensaba en ti todos los días, y todas las noches rezaba para que estuvieras a salvo y feliz, y para que algún día Dios te trajera de vuelta a mí”.

“Mamá, Sra. Norris, ¿qué está pasando?”, preguntó Jeremy.

“¿Se conocen?”.

Rosy acercó la palma de la mano a la mejilla de Lily. No tenía palabras para describirle a su hijo lo mucho que significaba este momento. Por fin se había reunido con su hermana pequeña, ¡casi cuarenta años después de su separación!

“Tus plegarias han sido escuchadas, Lily. Ya estoy aquí y nunca volveré a dejarte ir. A partir de ahora, voy a cumplir mi promesa de que siempre estaremos juntas”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Jeremy”, dijo un joven corriendo hacia ellos. “Es hora de que subas y esperes a tu encantadora novia”.

“Voy para allá, Max”, respondió Jeremy. “No sé qué pasa entre tú y la Sra. Norris, mamá, pero espero que podamos solucionarlo después de la boda”.

“¡La boda!”. Toda la alegría de Rosy por haberse reencontrado con su hermana se convirtió en horror. Se giró hacia Jeremy, lo agarró del brazo con fuerza y se negó a dejarlo marchar.

“Aunque estuviéramos separadas, siempre fuiste mi hermana mayor que sólo quería lo mejor para mí”.

“¡Tienes que cancelar la boda inmediatamente! No puedes casarte con Katy”.

“Mamá, ¿qué está pasando?”, dijo Jeremy, mirándola con confusión y preocupación.

“Lily es mi hermana, Jeremy. Eso significa que Katy es tu prima. No puedes casarte con ella”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Eso no es tan sencillo, Rosy”, intervino Lily.

“No son parientes de sangre. Cuando me enteré de que no podía tener hijos, me puse inmediatamente en contacto con los servicios sociales para adoptar”, dijo la mujer con una sonrisa triste.

“Pedí específicamente cualquier niño con hermanos que no tuvieran que ser separados porque no quería que otro pequeño soportara el mismo dolor de la separación que yo sufrí”.

“Aun así, son primos, Lily”, dijo Rosy, colocando las manos sobre los hombros de su hijo y mirándolo a los ojos.

“Lo siento mucho, Jeremy, pero debes cancelar la boda, o al menos posponerla hasta que todos resolvamos qué hacer ahora”.

Jeremy tenía una expresión aturdida en la cara mientras asentía. “Estoy de acuerdo. Tenemos que sentarnos juntos como una familia y resolver esto”.

Katy, John y todos los demás miembros de las dos familias quedaron asombrados cuando escucharon la historia de Rosy y Lily. Había sido un giro del destino tan asombroso que la familia necesitó muchas horas de conversación para comprender todas las implicaciones.

Finalmente, Jeremy y Katy anunciaron que necesitaban tiempo para poner en orden sus sentimientos mutuos y decidir qué querían hacer a continuación. Tenían que pagar una tasa para cancelar sus planes de luna de miel, así que decidieron aprovechar el viaje para resolver las cosas.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Muchos años después, Lily y Rosy se mudaron a la misma ciudad con sus esposos. Compraron casas vecinas y derribaron la valla que separaba las propiedades. Pasaban todos los días juntas.

“Cuéntame otra vez las aventuras que inventabas para mí cuando eras pequeña, Rosy”, dijo Lily mientras ella y su hermana estaban sentadas juntas en el porche de una de las casas una tarde.

Rosy sonrió. Aquello se había convertido en un juego con el paso de los años y en una forma de compartir su infancia, aunque la hubieran pasado separadas.

“Bueno, en bastantes de ellas había osos, pero creo que no te he hablado de aquella en la que te convertías en una vaquera, ¿verdad?”.

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“No me suena. Cuéntame”.

“Vi un programa de televisión sobre los rodeos de mustangs y en ese momento decidí que vivías en Wyoming. Te imaginé entrando en los corrales y llevando a todos esos caballos de vuelta a la libertad, para que pudieran reunirse con sus familias”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Rosy suspiró profundamente. “Anhelaba mucho volver a verte”.

Lily extendió la mano y tomó la de su hermana mayor. “Aunque estuviéramos separadas, siempre fuiste mi hermana mayor que sólo quería lo mejor para mí. Ojalá nos hubiéramos encontrado antes. Nada de ese lío con Katy y Jeremy habría pasado”.

“Ahora son felices, y eso es lo que cuenta”, dijo Rosy sonriéndole a su hermana. “Y tú y yo nunca volveremos a separarnos”.

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Nunca dejes de creer: Lily pasó años rezando para encontrar a Rosy y nunca perdió la esperanza de encontrar a su hermana mayor. Finalmente, esas oraciones fueron respondidas de una forma que nadie podría haber esperado.
  • Confía en que los acontecimientos sucederán como tienen que suceder: Aunque fue desgarrador para Rosy y Lily separarse a una edad temprana, si nunca se hubieran separado, Lily no habría estado dispuesta a proporcionar un hogar a Katy y a todos sus hermanos.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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