Hombre mayor halla foto de su infancia con sus amigos y decide encontrarlos - Historia del día
Un anciano hojea un viejo libro con su nieto y encuentra un trozo de su pasado que quiere volver a visitar. Al ver una foto de su infancia con sus amigos, decide encontrarlos y se convierte en un camino tanto de júbilo como de angustia.
David quería mucho a su nieto Felipe. El niño le recordaba a sí mismo desde muy pequeño. Era muy curioso, le encantaba leer y disfrutaba con las aventuras al aire libre. No era como otros niños que se pasaban el día usando sus aparatos.
Cuando David era niño, le gustaba tanto estar al aire libre como quedarse en casa. Cuando hacía mal tiempo, se quedaba en su habitación releyendo "Las aventuras de Tom Sawyer". Era su libro favorito.
Los padres de Philip le llevaban a casa de David los fines de semana. Disfrutaban de su mutua compañía y se divertían mucho juntos, explorando el patio trasero y haciendo senderismo por el parque natural cercano.
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Sin embargo, un fin de semana, Felipe se sintió mal y tuvo que guardar cama. David se aseguró de mantener entretenido a su nieto buscando un libro que pudieran disfrutar juntos. Se topó con su viejo ejemplar de "Las aventuras de Tom Sawyer".
Antes de entregárselo a Felipe, decidió hojearlo y rememorar la historia que hizo apasionante su infancia. Sin embargo, mientras lo hojeaba, no esperaba ver otro trozo de su pasado, esta vez en forma de fotografía de él y sus antiguos amigos.
Eran cuatro en la foto: David, Steve, Dorothy y Teresa. Eran vecinos cuando eran niños, y a menudo iban juntos a la playa y jugaban allí, hiciera el tiempo que hiciera. En la foto, los cuatro estaban jugando en la arena.
De repente, David se sintió nostálgico tras ser golpeado por una repentina oleada de recuerdos. "Tuve una infancia estupenda", se dijo, sonriendo para sus adentros. De repente se preguntó por las personas que aparecían en la fotografía, curioso por saber adónde les había llevado la vida.
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"¿Dónde estarán?" pensó David. "Me pregunto si su aspecto habrá cambiado drásticamente con los años".
Felipe se dio cuenta de que su abuelo estaba ocupado en algo, y lo vio en el reflejo de la cómoda que había cerca de la cama. "¿Qué ha pasado, abuelo?", le preguntó.
David sonrió, llevándole entusiasmado el libro y la foto a Felipe. "Mira, Philip. Es una vieja foto de mis amigos y mía", dijo, entregándosela a su nieto. "Ojalá pudiera volver a verlos".
Philip resopló, riéndose de su abuelo. "Ahora no tendríamos que contratar a un detective privado para encontrarlos, abuelo. Vivimos en el siglo XXI", dijo.
"¿Qué quieres decir?" preguntó David, confundido.
"Bueno, con la tecnología, todo lo que necesito son sus nombres. Podemos buscarlos en Facebook", sugirió Philip.
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Confundido con los nuevos términos que utilizaba Felipe, David aceptó. "De acuerdo, Philip. Muéstrame cómo. ¿Puedes ayudarme a encontrarlos?", preguntó entusiasmado.
A través de la tablet de Philip, que él rara vez utilizaba, buscaron a los amigos de David en Facebook. Para su sorpresa, no estaban en la plataforma de redes sociales.
"A lo mejor es que no los reconoces porque han pasado muchos años", le dijo Felipe a su abuelo. David asintió, reconociendo la posibilidad.
Philip no quería que su abuelo se enfadara, así que le ayudó a crear una página de Facebook para David. Allí publicaron la foto y compartieron que David estaba buscando a sus amigos.
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Mientras el post de Facebook empezaba a circular por Internet, David decidió ir a su ciudad natal para encontrar a Steve, Dorothy y Teresa. La ciudad había cambiado mucho y descubrió que las casas de Dorothy y Steve ya no existían más.
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Aún esperanzado, David decidió visitar la última dirección, que era la de Teresa. Una joven le abrió la puerta.
"Lo siento, jovencita. Estaba buscando a Teresa Green, pero puede que me haya equivocado de dirección", dijo, apartándose lentamente de la puerta. De repente, la niña gritó: "¡Abuela, tienes visita!".
David, que ya estaba de espaldas a la puerta, abrió los ojos de par en par. No podía creer que hubiera conseguido encontrar a uno de los amigos. Se dio la vuelta.
"Teresa, ¿de verdad eres tú? ¿Me reconoces?" preguntó David en cuanto tuvo a Teresa a la vista. La anciana chilló como si volviera a ser joven.
"¡David Smith! Dios mío, ¿cuánto tiempo ha pasado?", dijo ella, caminando hacia él para darle un abrazo. Charlaron largo rato mientras tomaban un té y se ponían al día sobre sus vidas.
Teresa reveló que cuando David se marchó a la universidad y nunca regresó, ya no pudieron ponerse en contacto con él. Mientras tanto, Dorothy y Steve se casaron después de la universidad y se mudaron a un pueblo cercano.
Teresa y David decidieron encontrarlos. Como si volvieran a ser adolescentes, condujeron hasta el pueblo cercano donde vivían Dorothy y Steve y encontraron la dirección a la que Teresa solía enviar cartas.
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Una anciana abrió la puerta y, aunque era difícil distinguirla, supieron que era Dorothy. Se alegró de ver a sus viejos amigos, pero de repente se entristeció después de que Teresa y David preguntaran por Steve.
"Venga, vamos a visitar a Steve", dijo en silencio, cogiendo su abrigo de la percha. En lugar de coger el coche de David, Dorothy paró un taxi que les llevó al cementerio, y Teresa y David comprendieron que Steve había fallecido. Por eso Dorothy iba de negro, se dio cuenta David.
Cuando llegaron a la tumba de Steve, Dorothy habló. "Steve murió hace sólo unas semanas. Ojalá hubieran podido volver a verlo antes de su fallecimiento", reveló. "Vivimos una vida feliz, pero nunca tuvimos hijos. Sufrió un ataque al corazón y me he sentido muy sola desde que me dejó".
Después de décadas, los cuatro amigos se reunieron por fin, pero no con toda su fuerza. Su reencuentro resultó triste tras enterarse de que Steve había fallecido. Sin embargo, juraron no volver a perder el contacto, así que se mantuvieron en contacto a través de Facebook y se visitaban siempre que podían.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Nunca es tarde para mirar al pasado si uno quiere. Aunque David ya era mayor, encontró la fuerza para encontrar a sus amigos de la infancia y volver a conectar con ellos después de haber perdido el contacto durante tantos años. Siempre es bueno reencontrarse con personas importantes para nosotros, por mucho tiempo que haya pasado desde la última vez que las vimos o hablamos con ellas.
- La verdadera amistad merece ser apreciada toda la vida. David pasó su infancia con Steve, Dorothy y Teresa. Tuvieron muchos recuerdos juntos, pero era difícil mantener el contacto porque aún no existía la tecnología. Ahora, con la ayuda de su nieto, puede seguir en contacto, aunque vivan en lugares distintos.
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