Mamá se preocupa cuando hija desaparece todas las tardes, la atrapa con un hombre bajo un roble - Historia del día
Una madre afligida descubrió que su hija se escapaba de casa todas las noches, sólo para sorprenderla reuniéndose con un hombre bajo un roble antes de montarse en su auto.
Chelsea perdió recientemente a su esposo y a su hijo Brenden en un accidente de tráfico. Ella y su hija Tilly, de 9 años, sobrevivieron al accidente, y la pérdida era difícil de aceptar, ya que ambas estaban destrozadas.
La pérdida de su esposo y de su hijo de corta edad causaba un inmenso dolor a Chelsea. Cayó en una profunda depresión y apenas podía funcionar a diario. Siempre se sorprendía a sí misma distraída y sin motivación alguna para trabajar.
Chelsea no sabía que a Tilly le pasaba lo mismo. Se sentía sola tras la muerte de su hermano pequeño Brenden y echaba mucho de menos a su padre, ya que siempre había sido una niña de papá. Lo que la hacía sentirse aún más sola era que su madre era muy reservada y le prestaba menos atención.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Chelsea visitaba todos los días las tumbas de su hijo y de su esposo, donde lloraba toda la mañana. Por las tardes, mientras Tilly iba al colegio, se quedaba en la sala, donde miraba álbumes de fotos de su familia, antaño feliz.
Un día, harta de estar triste, Tilly se acercó a su madre mientras cenaban. "Mamá, dentro de un mes cumplo diez años", le dijo. Chelsea asintió, sonriendo apenas al reconocer lo que había dicho su hija.
"¿Crees que podrías regalarme un perro por mi cumpleaños, mamá? Me siento muy sola y creo que un perro me ayudaría", sugirió.
Chelsea se encogió de hombros ante la petición de su hija. "No tengo energía para cuidar de un perro. Vas a dejarlo en casa mientras estás todo el día en el colegio, así que seguro que tendré que ocuparme yo de él. Además, no tenemos dinero extra", le dijo a Tilly.
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Tilly frunció el ceño, pero comprendió la difícil situación de su madre. Su mamá siempre había sido ama de casa, pero ahora no tenía más remedio que buscar trabajo tras la muerte de su padre.
Desde aquel día, Tilly trató de encontrar otras formas de sobrellevar su soledad. Pensando que su madre no se preocupaba lo suficiente por ella, se escapaba por las noches.
Un día, su madre se dio cuenta de sus escapadas diarias. Se dio cuenta de que Tilly salía de casa a la misma hora todas las tardes, para volver un par de horas más tarde con la ropa sucia.
Chelsea se dio cuenta de que había descuidado demasiado a su hija. Al día siguiente, decidió seguir a Tilly cuando salía de casa. La encontró esperando a alguien bajo el famoso roble viejo de su vecindario.
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Al cabo de un par de minutos, un hombre se acercó a saludar a la niña, y ambos se abrazaron. Después, los dos se montaron en su auto.
"¡NO!", gritó Chelsea, presa del pánico tras ver a su hija montada en un auto con un adulto desconocido. Llamó a un taxi y los siguió. "¿Qué está haciendo?", gritó para sus adentros.
Al cabo de un par de minutos, el auto se detuvo frente a una vieja casa. Salió corriendo del taxi para impedir que su hija entrara hasta que se dio cuenta de que era un refugio para perros sin hogar.
Chelsea suspiró aliviada, pero se sintió fatal de que su hija saliera a escondidas con un desconocido todas las noches. Decidió avisar a su hija que estaba allí.
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"Tilly", dijo mientras se acercaba. Tilly dio un respingo, asustada al ver a su madre en el refugio.
"¡Mamá! ¿Qué haces aquí?", preguntó sorprendida.
Chelsea le explicó que empezó a preguntarse adónde iría, así que la siguió. "¿Por qué te escabulliste, Tilly? ¿Por qué no pediste permiso?", le preguntó Chelsea a su hija.
Tilly reveló que tenía miedo de que su madre no se lo permitiera. "Este refugio es mi única fuente de felicidad, mamá", añadió. "Cuando papá y Brenden murieron, se me rompió el corazón. Necesitaba una amiga con la que pasar tiempo. No tengo amigos en el colegio, y tú no querías que me comprara un perro", explicó.
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"Conocí al Sr. Holman mientras paseaba a un par de perros por el barrio. Me reveló que era voluntario en un refugio para perros. Empezó a ofrecerme ser voluntaria con él, así que iba todas las tardes", reveló Tilly.
Chelsea se sintió fatal por haber descuidado a su hija durante meses. Se dio cuenta de que había estado concentrada en su propio dolor y se olvidó de que su hija estaba pasando por lo mismo. "Lo siento, Tilly. Fui muy egoísta", lloró Chelsea, abrazando a su hija. "A partir de ahora, lo sobrellevaremos juntas, ¿de acuerdo? Siempre me tendrás a mí", le aseguró.
Tilly sonrió al oír esto, ya que echaba mucho de menos a su madre. Ese día, Chelsea permitió que Tilly se llevara un perro del refugio. Juntas cuidaron del perro y le dieron un hogar cariñoso y feliz.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Está bien llorar la pérdida de seres queridos, pero no hay que descuidar a los que aún están cerca: Chelsea se centró tanto en el duelo por su esposo y su hijo que ignoró las necesidades de su hija viva, Tilly. Al final, se dio cuenta de que Tilly también la necesitaba y se propuso ser mejor madre.
- Presta más atención a tus hijos, ellos también tienen sentimientos: Debido a su dolor, Chelsea se encogió de hombros ante las peticiones y necesidades de Tilly. Al final, se dio cuenta por las malas de que Tilly tenía sentimientos y de que ella también estaba dolida.
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