Bebé quedó echando espuma por la boca y dejó de respirar tras dos horas en sillita de auto
La traumática experiencia de la pareja los agarró completamente desprevenidos, pues creían seguir todos los consejos de seguridad.
Según reporta Mirror, Kirsti Clark, madre de 28 años de Falkirk, Escocia, tiene una fuerte advertencia para todos los padres luego de vivir una aterradora experiencia durante un viaje en auto común y cotidiano.
Su bebé, Harper Clark, quedó echando espuma por la boca y dejó de respirar después de un viaje de dos horas en una sillita de auto. Kirsti y su marido Christopher llevaron a sus hijas de compras el 4 de abril. Harper, de tres semanas de edad, fue sacada de su asiento en cada tienda en la que se detuvieron.
El largo viaje a casa durante la hora pico no preocupó a la pareja, pero cuando llegaron y acostaron a Harper sus labios estaban azules, su quijada se cerró firmemente y le salía espuma por la nariz y la boca.
Corrieron al hospital, donde los médicos revivieron a Harper y le informaron que había tenido una convulsión. Un consultor advirtió a los padres que pasar más de una hora en una sillita de bebé para autos hace que los niveles de oxígeno de los bebés caigan al piso.
Ahora, Kirsti quiere que todos sepan lo que ocurrió, y espera que su experiencia ayude a otras parejas a evitar lo mismo. Ni ella ni su marido jamás habían oído a nadie decir que tan corto tiempo en una sillita de auto podría tener tales consecuencias.
Al llegar a casa, Kirsti acostó a Melanie, su hija mayor, y dejó a Harper en la silla unos 15 minutos. Su marido la sacó y la acostó, pero al no verla cómoda, la acostó en la alfombrilla donde juega, y entonces Kirsti notó que tenía los labios azules. Christopher la levantó, notando que no respiraba.
Entonces, comenzó a salir espuma de su nariz y boca. "Me dio tanto miedo, mi marido la sostenía y palmeaba su espalda y yo intentaba abrirle la boca para que no se tragara la lengua, pero tenía la quijada trabada"
Durante todo el trayecto al hospital, tenía los ojos vidriosos. Su madre estaba convencida de que no sobreviviría. Los doctores rápidamente lograron que volviera a respirar, y entonces, Kristi rompió en llanto.
"Verla así fue la peor sensación. Fue horrible. No se lo desearía a nadie"
Cuando en el hospital le dijeron que se trataba del asiento para bebés, no podía creerlo. "No entendía porqué nadie me había dicho nada". Con su primera hija, hacían viajes de cuatro horas para visitar familiares con regularidad. Sabían que no pueden dormir toda la noche en las sillas para evitar escoliosis, pero no esto.
Los doctores explicaron que es más común con bebés prematuros, pero Harper nació con buen tamaño, pesando casi 4 kilos al nacer.
Tras entender la causa, la pareja se sintió culpable y enojada consigo misma. Pero al hablar con otros padres, han comprobado que es un hecho poco conocido. Por eso, decidieron alzar su voz, para que más personas entiendan el peligro.
"Le diría a todos los padres que sean muy cuidados, miren bien a sus bebés, si no tienen que estar en la silla, sáquenlos, porque no vale la pena lo que tuvimos que atravesar. Mira a tu bebé, conoce a tu bebé. Si algo no parece bien, ve al hospital de una vez", concluyó.