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Mamá ‘exhausta' despachada como menopáusica por los médicos se decía a sí misma que algo no andaba 'bien'

Fabricio Ojeda
16 abr 2018
20:21

Ser diagnosticado erróneamente por los médicos es realmente aterrador.

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Shared informó que a Karen Yardley le dijeron que estaba pasando por la menopausia, hasta que les suplicó a los médicos que la examinaran de nuevo.

Ella fue al consultorio quejándose de migrañas, insomnio, fatiga y cambios de humor. Le dijeron que estaba pasando por "ese momento de la vida" y que esos síntomas apuntaban hacia la menopausia.

De hecho, varios médicos a los que acudió ratificaron que estaba mostrando síntomas de menopausia.

El dolor agonizante continuó durante un par de años y le recetaron antidepresivos para ayudarla a sobrellevar los síntomas.

"Yo iba a llegar a los 50 y simplemente tomé la palabra de los médicos cuando dijeron que estaba pasando por la menopausia. Pero mis síntomas empeoraron. Sentí como si nadie me estuviera escuchando, me sentí no escuchada y solitaria", explicó.

Ella agregó que sus hijos estaban preocupados por ella, aunque trató de evitarlo. Pero ya no podía ver correctamente y tenía flashes frente a sus ojos.

Ya no podía recoger a sus hijos de la escuela en el automóvil, no podía resolver sus crucigramas. Tampoco podía caminar correctamente ya que sentía las piernas pesadas. El último clavo en el ataúd parecía ser los dolores de cabeza en racimo que tenía y el constante dolor en el cuello.

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Yardley sospechaba que todos sus síntomas no se debían solo a la menopausia y que debía haber algo realmente grave.

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Cuando ya no pudo soportarlo más y se sintió "desesperada", tuvo que suplicar a sus médicos que investigaran un poco más. Incluso le surgieron terribles pensamientos de que podría morir.

Finalmente, los médicos decidieron remitirla a un neurólogo para que le hiciera una resonancia magnética. Para su sorpresa, el especialista descubrió un tumor cerebral del tamaño de una pelota de golf cerca del nervio óptico derecho.

Una cirugía inmediata eliminó el tumor, pero Yardley quedó traumatizada por la prueba. Ella habría quedado en mejor condición si el tumor hubiera sido detectado hace dos años, cuando se quejó por primera vez.

Le dijeron que su tumor podría haber estado creciendo durante años. Se sintió aliviada de que no fuera canceroso, pero quedó devastada porque el diagnóstico tardío y la cirugía causaron mucho daño.

Debido a la acción retardada de los médicos, se tuvo que extirpar una gran parte de su cráneo. Este fue reemplazado por una placa de metal en la cabeza que requirió de 20 grapas. Ahora confesó que se siente débil de las piernas, incluso después de la cirugía.

Yardley compartió su historia y espera que cree conciencia sobre los síntomas del tumor cerebral y aliente a las mujeres a confiar en sus instintos cuando teman que algo anda mal.

Dijo creer que la gente a veces tiene que gritar para ser escuchada y tomada en serio, pues un diagnóstico temprano es crucial para salvar vidas y reducir las discapacidades.

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