Niña de 10 años grita por ayuda. Su madre la halla sin aire en el piso y minutos más tarde, fallece
Se escucharon los gritos pidiendo ayuda, su madre la encontró en el piso jadeando. Minutos después, ella estaba muerta.
Para su familia, Vanna era una niña normal de 10 años. Le gustaban los animales, saltaba en su trampolín y grababa videos tontos para YouTube.
Le encantaba abrazar a su hermanita, ir al festival de globos aerostáticos y visitar las montañas y la playa. Incluso disfrutaba cocinar para su madre, Amanda, lo que le valió el título de "pequeña chef".
Según Liftable, a diferencia de muchas chicas de su edad, Vanna luchó contra el asma severa. Si bien ella usaba medicamentos para ayudar a calmar su respiración durante los ataques, eso le impedía hacer lo que quería.
Lloraba cada vez que un ataque le impedía asistir a la iglesia los domingos. El 18 de abril de 2017, Vanna gritó pidiendo ayuda. Su madre entró corriendo a la habitación, con mucho miedo.
"Corrí allí y ella estaba teniendo un ataque. Tenía dificultades para respirar", recordó. Comenzó a frotar la espalda de Vanna y darle medicamentos mientras los paramédicos llegaban.
Pero Vanna había dejado de respirar y había perdido el conocimiento. Amanda seguía esperando que su hija se despertara, pero los paramédicos no le dieron muchas esperanzas.
Amanda insistió en que los doctores hicieran todo lo posible para tratar de recuperar a su bebé.
Después de una semana y muchas pruebas, los médicos confirmaron lo que los paramédicos habían predicho: su cerebro pasó demasiado tiempo sin oxígeno, por lo que nunca más despertaría.
Amanda solo recuerda estar "en la niebla". Su madre había fallecido solo 10 meses antes, y 6 meses después de la muerte de Savannah, su hijo Liam había nacido muerto.
"Cuando perdí a Vanna, parecía que el dolor por mi madre estaba en un segundo plano. Luego, cuando perdí a Liam, ese corte abrió mi dolor para Vanna una vez más. Sufría por perder a dos niños a la vez".
Pero tuvo opción, tuvo que dejar a un lado el dolor por su madre, Vanna y Liam para poder seguir cuidando a la única hija que le quedaba, Kiki. Trató de enfocarse en hacer algo positivo para los demás.
Vanna siempre se desvivía por hacer felices a los demás. En el patio de recreo ella corría hacia los niños que no tenían a nadie con quien jugar y los invitaba a unirse a ella. A veces compartía su bocadillo con algún otro niño que no tuviera uno.
"Ella era esa clase de niño que haría cualquier cosa por los demás. Estaba orgullosa de ser su madre", dijo Amanda.
Incluso en su muerte, Vanna pudo mostrar bondad a los necesitados. Los doctores se dieron cuenta de que ella era la candidata perfecta para donar órganos. Pudieron usar sus riñones, hígado y corazón.
Sus padres esperaban que los órganos de Vanna les dieran a los destinatarios una nueva oportunidad de vida.
En su honor, sus compañeros de clase recaudaron dinero para colocar un banco en el patio de recreo. Si algún estudiante se encuentra sin alguien con quien jugar, solo tiene que sentarse en el banco y alguien los invitará a jugar con ellos. Al igual que Vanna lo hacía.
Con el primer aniversario de la muerte de su hija, Amanda anima a otros a realizar actos de bondad.
Ella planea cocinar galletas para pacientes de hospicio y comprar bocadillos para aquellos con cáncer. También está recaudando dinero para pagar las cuotas de almuerzo vencidas en la escuela primaria de Vanna.
"Encuentra una forma de avanzar. Transformas tu dolor en algo positivo para otras personas", dijo Amanda. "Cada vez que mi dolor me golpea, trato de encontrar algo positivo que hacer. Ella querría que hiciéramos eso. Ella no querría que estuviéramos llorando", concluyó.