Padres sacan cuerpo sin vida de su hija de la piscina. Comparten la historia de su recuperación milagrosa
La niña había desaparecido y algo lo hizo correr a la piscina.
De acuerdo a lo reseñado por Shared el 15 de marzo de 2018, Matt y Kristin Loboda, vieron cómo sus peores temores se hicieron realidad, pero también tuvieron la fortuna de experimentar un gran milagro.
Matt y Kristin Loboda estaban visitando a su familia en Phoenix, Arizona, cuando Matt de repente se dio cuenta de que su hija de 19 meses había desaparecido.
En un momento de pánico, el preocupado padre corrió hacia el estanque de los peces Koi, pensando en que ella podía haber caído allí, pero cuando no vio ninguna señal de ella, una oleada de temor lo inundó.
Matt tuvo la certeza de que algo muy malo estaba sucediendo, y sintió que el Espirito Santo lo guió a la piscina de la casa en la que estaban.
Aunque la alberca estaba cercada, algo le hizo saber que su pequeña había encontrado la forma de entrar, por lo que corrió hacia el lugar y se cercioró de que estaba en lo cierto.
Su corazón se detuvo cuando vio el cuerpo sin vida de Joy flotando en el agua fría, por lo que sin perder tiempo, saltó al agua y sacó a su bebé para asistirla.
Su cuñado comenzó la RCP y alguien llamó a una ambulancia, mientras los aterrados padres rezaban para que Dios le devolviera la vida a su pequeña niña.
Sus labios eran azules, y sus bellos ojos azules estaban abiertos de par en par. Podía ver que sus pupilas se encogían a un ritmo alarmante... Sabía que necesitábamos un milagro porque realmente podía sentir cómo su vida se apagaba definitivamente, escribió Matt en su Facebook.
Cuando llegaron los paramédicos, fueron testigos de la lucha de la familia para mantener con vida a su preciosa niña.
El padre y el tío estaban inclinados sobre el cuerpo sin vida de Joy, mientras que la madre, sostenía su pequeña mano y rezaba para que siguiera con ella.
Joy fue llevada al hospital donde los médicos pudieron restablecer sus latidos, y la mantuvieron en coma con un respirador.
La familia se mantuvo vigilante, orando día y noche, además de que pidieron a todos los creyentes que los ayudaran con sus oraciones.
Luego, días más tarde, la pequeña Joy despertó, estaba consciente y respiraba por sí misma.
El hermano de Kristin, P. Ignatiur Mazanowski, F.H.S., cree que la recuperación de Joy es un testimonio del amor y cuidado de sus padres y de las miles de personas que estuvieron orando por su recuperación.