Obrero hispano muere después de que médicos se negaran a tratarlo por su estado migratorio
Todo se complicó el pasado tres de mayo, cuando su corazón bajó a funcionar diez por ciento.
Según informó Mundo Hispánico, un obrero llamado Emmer Ferrer, de origen hispano, necesitaba desesperadamente un trasplante de corazón, pero falleció el pasado domingo, luego que el hospital más cercano donde se podía realizar el procedimiento no lo aceptara por no tener “papeles”, según denunció su esposa Jennifer Rodríguez.
La esposa, que tiene siete meses de embarazo de alto riesgo, había realizado la siguiente declaración a Mundo Hispánico poco antes de la muerte de Ferrer:
“Mi esposo solicitó asilo político, pero como no hemos tenido la entrevista, no tenemos un estatus migratorio definitivo, por lo tanto, no tenemos seguro médico. Por no tener un papel van a dejar morir a mi esposo, ayúdenos”, denunció la inmigrante de origen venezolano.
Según muestran informes médicos obtenidos por MundoHispánico, tras sufrir un infarto, seguido de un Accidente Cerebro Vascular (ACV), el corazón de Emmer solo funcionaba en un diez por ciento.
Desde el 22 de febrero, el hombre estuvo ingresado en el hospital Saint Francis, en la ciudad de Memphis, en Tennessee, donde lo aceptaron a pesar de no tener un estatus migratorio permanente, ni seguro social. Sus familiares resaltaron que lo atendieron muy bien en el lugar.
Pero todo se complicó el pasado tres de mayo, cuando su corazón bajó a funcionar diez por ciento: “Los doctores nos dijeron que teníamos que llevarlo al Baptist East Memorial Hospital para un trasplante de corazón urgente, o puede que no llegue hasta el lunes”, explicó Raquiles Millán, sobrino del fallecido.
“Fuimos allí e intentamos hacer de todo. Pero nos dijeron que no se puede aceptar a mi tío, por su estatus migratorio”, denunció Millán.
Familiares informaron lo siguiente a través de la cuenta de Instagram @uncorazonparaeumer, donde buscaban recaudar fondos: “Es muy doloroso informar que Eumer ha partido al reino de los cielos”.
Jennifer Rodríguez ahora queda sola, con su embarazo de alto riesgo: “Tengo siete meses de embarazo, ahora me queda luchar por mi pequeña Sarah”, dijo la mujer que ahora está desconsolada.
Emmer Ferrer trabajaba en una fábrica de alimentos y era el sostén de su hogar, ya que su esposa no puede laborar debido a su embarazo de alto riesgo, por lo que podría enfrentar problemas para pagar sus gastos de vivienda, luz y agua.
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