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Padres rezaron por su hija en lugar de llevarla al hospital y la dejaron morir

Georgimar Coronil
12 jul 2018
01:23

Los padres de una melliza que murió porque no le proporcionaron cuidados médicos necesarios, fueron sentenciados a casi 7 años de cárcel en EE.UU.

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Según lo reseñado por USA Today, Travis y Sarah Mitchell se declararon culpables de homicidio por negligencia criminal y maltrato criminal, según John Foote, fiscal de distrito del condado de Clackamas. La pareja pasará 6 años y 8 meses en prisión.

La hija de los Mitchell, Ginnifer, desarrolló complicaciones respiratorias y murió poco después de su nacimiento en Oregon City el 5 de marzo de 2017.

La pareja, que era parte de la Iglesia de los Seguidores de Cristo, creía que solamente con oración y la aplicación de un aceite, la persona enferma puede sanar, por lo que eligieron no llamar a la línea de emergencia ante la gravedad de la recién nacida.

Según se reveló en los documentos judiciales, los testigos del hecho aseguraron que Ginnifer estuvo respirando y alimentándose por aproximadamente cuatro horas después de su nacimiento, pero que luego se tornó letárgica y dejó de respirar.

Imagen tomada de: Pixabay

Imagen tomada de: Pixabay

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De acuerdo a la versión de quienes estuvieron en el hogar de los Mitchell, las autoridades estimaron que Ginnifer murió alrededor de las 7 p.m.

Después de la muerte, un anciano de la iglesia, Carl Hanson, se comunicó con el médico forense adjunto del condado de Clackamas, Eric Tonsfeldt, para que asistiera a la comunidad y se realizaran los trámites pertinentes.

Tonsfeldt determinó que la fallecida y su hermana melliza, Evelyn, nacieron prematuramente, a las 32 semanas.

Así mismo, aseguró que Ginnifer pesó menos de kilo y medio y que midió poco más de 40 cm de largo.

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Alrededor de 60 personas, incluidos miembros de la familia y miembros de la iglesia, se encontraban en el hogar para el nacimiento, y permanecían allí cuando arribó Tonsfeldt, pero nadie en el hogar llamó al 911.

Después de que el médico examinó a la fallecida, familiares le informaron que habían una segunda pequeña, por lo que lo llevaron a la a la habitación donde cuidaban de ella.

El especialista dijo que Evelyn parecía saludable, pero le dijo a los miembros de la familia que debido a su tamaño y a lo que le había sucedido a su gemela, ella también se encontraba en riesgo y por lo tanto debía ser trasladada al hospital.

Él repitió esta instrucción dos veces, pero en ambas ocasiones, el padre de Sarah Mitchell respondió con las palabras: "Gracias por su contribución".

Después de que el médico forense salió de la casa, llamó a la policía de la ciudad de Oregón y solicitó un "chequeo de bienestar" para la bebé, con la intención de obligarlos a llevarla al hospital.

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Cuando llegaron los agentes, el padre de Sarah se asomó a la puerta y estos le dijeron que estaban allí para verificar el estado de la bebé. Pidió a los oficiales que esperaran, entró a la casa y regresó con el padre de Travis y otro hombre no identificado.

Los oficiales nuevamente informaron el porqué estaban allí y que la bebé necesitaba ir al hospital. Joshua Mitchell preguntó a los oficiales: "¿Nos está diciendo que tenemos que ir al hospital?" Los oficiales respondieron que sí.

Los tres hombres volvieron a entrar a la casa y después de unos cinco minutos, regresaron y acordaron llevar a Evelyn al hospital en un automóvil personal.

Travis Mitchell se fue con el bebé en un automóvil y condujo hasta el Hospital Willamette Falls con la patrulla detrás.

Evelyn fue atendida en la sala de emergencias del Hospital Willamette Falls, donde la estabilizaron para luego remitirla a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón.

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La autopsia de Ginnifer realizada a la mañana siguiente concluyó que sus pulmones no estaban lo suficientemente desarrollados como para funcionar solos, por lo que terminaron colapsando.

Como parte del acuerdo con la fiscalía, los Mitchell firmaron declaraciones escritas que decían: "Deberíamos haber buscado atención médica para nuestras hijas y todos en la iglesia siempre deberían buscar atención médica para sus hijos".

Durante su permanencia en la cárcel, los jóvenes padres pueden recibir las visitas de la pequeña Evelyn, quien ya tiene 16 meses, y que ahora vive con padres de acogida.

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