Chica que fue traficada a un burdel a la edad de 13 años revela su impactante historia

La adolescente habló sobre el maltrato al que fue sometida a diario, incluyendo haber sido alimentada con esteroides de vaca.

Ahora con 19 años, Rupa trabaja en Kandipara, una de las 20 "aldeas" de burdeles legales de Bangladesh, y vive junto a otras 400 prostitutas, bajo el mismo techo.

Según lo reseñado por Telegraph, las leyes de Bangladesh prohíben que cualquier persona menor de 18 años trabaje en burdeles, y aún teniendo la edad establecida, también debe contar con una licencia emitida por el estado, confirmando su legalidad para ejercer la prostitución.

A pesar de ello, se estima que alrededor del 47 por ciento de las trabajadoras sexuales, en algún momento fueron novias infantiles, quienes son tratadas como prostitutas y obligadas a cualquier cosa en contra de su voluntad.

Rupa se casó a los 11 años, con un hombre que casi le triplicaba la edad.

Ella quedó embarazada de su esposo, pero él murió poco después en un accidente de trabajo, por lo que tuvo que acudir a su familia por ayuda, pero ellos se negaron a asistirla.

"Dijeron que no podían permitirse cuidar de mí o de mi hijo. Ya no era virgen, así que ningún otro hombre se casaría conmigo", le dijo Rupashe al Telegraph.

Tras lo sucedido, se vio obligada a viajar a Dhaka para buscar trabajo, donde las trabajadoras sexuales la encontraron y obligaron a prostituirse.

Durante los tres días posteriores a su llegada a Kandipara, Rupa dice que la encerraron en una habitación y la golpearon cada vez que intentaba irse.

Ella fue alimentada con Oradexon, fármaco que funge como esteroide para vacas, en un intento por forzar a su cuerpo a desarrollarse y hacer que subiera de peso para parecer mayor.

"Cuando finalmente me enviaron a la estación de policía para obtener mi licencia, tenía tanto miedo de que me volvieran a hacer daño que simplemente repetí lo que mi señora me había dicho que dijera: que tenía 18 años y que estaba feliz de trabajar en el burdel porque no tenía otras opciones ", agregó.

Ahora Rupa se ve obligada a atender entre 10 y 12 clientes al día para sobrevivir, y cada uno paga 200 taka por sus servicios, equivalentes a poco más de dos solares.

Mientras tanto, la última clínica médica administrada por una ONG, cesó sus servicios al burdel en 2014 debido a los recortes de fondos, por lo que desde ese entonces Rupa no ha sido sometida a ninguna prueba de Enfermedades de Transmisión sexual (ETS).

La joven también admitió que sus clientes la golpean con regularidad, pero en el burdel la obligaban a encubrir sus heridas para seguir trabajando.

A menudo, las prostitutas en Bangladesh se ven obligadas a trabajar hasta que tienen suficiente dinero para comprar su libertad, pero Rupa dice: "Me gusta soñar con un futuro mejor. Pero sé que no sucederá para mí".

Según Unicef, el 22 por ciento de las niñas de entre 15 y 19 años en Bangladesh se casaron en 2017, mientras que el 59 por ciento ya están casadas para lo que va del 2018.

Charity Girls Not Brides, también afirma que Bangladesh tiene la cuarta tasa más alta de matrimonio infantil en el mundo detrás de Nigeria, República Centroafricana y Chad.

El matrimonio infantil es más frecuente en las zonas rurales, donde el 71% de las niñas se casan antes de los 18 años, en comparación con el 54% en las zonas urbanas.

Pero de acuerdo con fundación de caridad, existe un vínculo intrínseco entre el matrimonio infantil y las tasas de prostitución entre las mujeres jóvenes.