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11 señales que podrían querer decir que eres un sanador espiritual

Diego Rivera Diaz
07 ago 2018
09:03

La mayoría de los sanadores no saben que lo son. Normalmente, sólo se sienten un poco diferentes a los demás, pero no saben la razón.

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¿Sueles atraer gente rota y dañada? ¿Te sientes atraído hacia esas mismas personas? Y cuando encuentras a alguien con daños, ¿intentas hacer todo lo posible para reparar y arreglar su alma?

Si respondiste que sí a estas preguntas, podrías ser un sanador. Los sanadores o chamanes curanderos son humanos que tienen poderes de sanación, y la capacidad de arreglar a gente rota y curarlos de sus heridas, como reporta The Daily Net.

Los sanadores están repletos de energía. No es necesario que el sanador sea una persona feliz o llena de optimismo, muchos también estás "rotos". La mayoría de las veces, son personas mucho más maduras que quienes los rodean. Los sanadores empujan a las personas a sus mayores y más grandes potencialidades, eliminando las dudas y cuestionamientos.

Lee a continuación las señales que sugieren que podrías ser un sanador espiritual.

Imagen tomada de: Pixabay

Imagen tomada de: Pixabay

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1. Hay sanadores en tu familia

Si tienes ancestros sanadores, o un historial familiar de sanadores, es probable que también lo seas. Los doctores, psicólogos, activistas, terapeutas y demás son algunos de las carreras que atraen sanadores, pero no son las únicas.

2. Estás roto

Si has atravesado muchas cosas en tu vida, pero siempre encontraste la manera de superarlas por tu cuenta, podrías ser un sanador. Los sabios dicen que la experiencia moldea la madurez. Si la vida ha sido dura contigo, pero lidias bien con eso, podrías ser un sanador.

3. Atraes a gente rota

¿Atraes a gente con problemas? ¿Todos tus amigos están "rotos"? ¿Prefieres estar cerca de gente triste que cerca de gente feliz y energética? Si respondiste que sí, podrías ser un sanador. Suelen rodearse de gente a la que pueden ayudar, y si tú también lo haces, podrías serlo.

4. Eres muy intuitivo

La gente no te puede mentir. Lees rostros como libros. Cuando algo anda mal, lo sientes en el estómago. La otra persona no tiene ni que decir nada, automática sientes las ivbras tristes emanar de ellos, y sabes que algo anda mal.

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Imagen tomada de: Pixabay

Imagen tomada de: Pixabay

5. Amas la naturaleza

Te fascina lo natural. Mientras más cerca tienes la naturaleza, más calma sientes. Los sanadores prefieren la paz al ruido de una fiesta. Si amas a los animales y te importan todos los que te rodean, podrías ser un sanador.

6. Amas estar solo

Evitas reuniones sociales, y cuando no te queda opción y tienes que ir, te cansan y drenan. En multitudes, te cuesta leer a la gente que te rodea, así que te cansas, te sientes incómodo y te dan dolores de cabeza, típicamente.

7. Los animales y niños te aman

Los animales y los niños son puros e inocentes, tienen la capacidad de detectar el bien y el mal en las personas. Si los animales te aman y los niños sienten una extraña simpatía hactia tí, sin que siquiera lo intentes, podrías ser un sanador.

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8. La gente se abre contigo fácilmente

La gente que te rodea te confía tus secretos y no duda en decirte sus problemas personales y quejas. Les resulta muy fácil abrirse contigo, diciéndote que eres fácil de entender y muy comprensivo. Si la gente te dice cosas que no le diría a más nadie, podrías ser un sanador.

Imagen tomada de: Pixabay

Imagen tomada de: Pixabay

9. Estás sufriendo casi todo el tiempo

Sean dolores de cabeza, del cuello, o en las manos, siempre algo te duele físicamente. Estos dolores van y vienen sin explicación aparente. Puede tratarse de tus poderes de sanación, manifestándose ocasionalmente.

10. No puedes ver a nadie sufrir

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Eres compasivo y empático. No toleras ver a gente sufrir ningún tipo de dolor. Intentas de todo para arreglarlos y lograr sentirte mejor. Si eres el tipo de persona que refugia a perritos sin hogar y cuida de ellos, bien podrías ser un sanador.

11. Ves el mundo de manera diferente

Eres diferente a todos a tu alrededor. Ves las cosas de un color diferente. Tu manera de pensar y juzgar es muy distinta a la de todos, y muy adelantada a tu época. A veces, escuchas cosas que nadie más puede oír. Sueles experimentar el deja vu.

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