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Médicos le dijeron que nunca sonreiría o hablaría debido a rara enfermedad, pero él vive la vida al máximo

Los padres de Macauley Collinson recibieron una terrible noticia luego de su nacimiento: los médicos les dijeron que nunca caminaría, ni hablaría, puesto que padecía una rara afección llamada Síndrome de Moebius.

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Se trata de una discapacidad de uno en un millón le ha quitado los nervios en la cara. Así lo reseñó Mirror.

A pesar que los médicos dijeron que nunca caminaría ni hablaría, el valiente ha desafiado las probabilidades y ahora quiere que otros vean más allá de su discapacidad.

"Lo peor es cuando la gente me juzga en función de mi apariencia y asume que necesito que me hablen como a un niño; sé que la gente no quiere decir nada malo con eso, pero es tan frustrante para alguien como yo.

"Es mejor hablar con las personas discapacitadas y averiguar qué pueden y qué no hacer y luego ir de allí", dijo Macauley.

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La madre de Macauley, Beverley, tuvo un embarazo completamente normal y no había nada para sospechar que a su primogénito la golpearía con una rara afección.

Beverley era una mamá primeriza muy emocionada, que esperaba conocer a su bebé, pero pronto quedó claro que no sería tan simple. Tuvo que ser sometida a una cesárea de emergencia y de inmediato ingresó a una unidad de cuidados especiales.

En ese momento supo que algo no estaba bien. El bebé no podía alimentarse, ya que el síndrome significaba que no podía succionar la leche materna como la mayoría de los recién nacidos.

Sin embargo, los médicos insertaron un tubo de alimentación y lo dieron de alta nueve días después.

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Durante los primeros meses de su vida, Macauley tuvo múltiples escáneres cerebrales, análisis de sangre y pruebas genéticas, tratando de descubrir la causa de sus problemas de salud.

Cuando tenía tres meses, era tan flexible como un recién nacido. En ese momento, sus padres recibieron la devastadora noticia de que nunca caminaría o hablaría. Sin embargo, superó esas posibilidades con mucho amor y estimulación.

A los 10 meses se sentó sin ayuda y pronunció su primera palabra, 'da-da', a los 12 meses. Dio sus primeros pasos cuando tenía dos años y medio.

Fuente: Captura YouTube

Fuente: Captura YouTube

UN LUCHADOR

A los 18 meses, los médicos finalmente le diagnosticaron el síndrome, una condición neurológica rara que afecta los nervios que controlan la expresión facial y el movimiento ocular.

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"Estaba totalmente conmocionada por el diagnóstico de Macauley, ya que había una posibilidad en un millón de tenerlo", recordó Beverley.

"Me sentí triste porque nunca sonreiría, sentiría el beso de una chica, comería bien y le preocuparía no poder adaptarse" expresó.

Macauley se sometió a una "cirugía de sonrisa" en el Hospital Alder Hey Children's cuando tenía 19 años, pero decidió que no se lo haría del lado derecho porque la operación fue muy dolorosa.

Por mucho tiempo fue objeto de burlas en el colegio y en la calle.

"Siempre he sido uno para defenderme, sin importar quién sea. Si alguien dice algo negativo conmigo, me llega a mí, pero hago todo lo posible por demostrar que la gente está equivocada", explicó.

"Recuerdo una vez en la escuela secundaria cuando estaba caminando por el pasillo y fui atacado físicamente por una niña.

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"No iba a devolverle el golpe, pero ella me estaba maltratando y no había nada que yo pudiera hacer al respecto. Tuve que tratar de contenerla y ella me mordió el brazo y salió corriendo. Lo peor fue que ambos recibimos el mismo castigo porque me defendí", comentó.

Macauley ha querido siempre enorgullecer a sus padres. A pesar de que Beverley lo alentó a alejarse de situaciones difíciles, tuvo que defenderse a sí mismo en lugar de ser el saco de boxeo de la gente.

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"La forma en que las personas reaccionan a mi condición me ha afectado, pero no tanto como podría haberlo hecho. Quiero transmitir el mensaje de que tener una discapacidad no es ser todo y terminar, sí, tengo este síndrome, pero mi vida es buena”, dijo.

En la actualidad, tiene trabajo, amigos, hobbies, tiene una vida. No le gusta que las personas sientan pena por él. Por el contrario, quiere que las personas intenten comprender su condición y no tengan miedo de hacerle preguntas.

Con el paso del tiempo, pareciera que aparecen más enfermedades y síndromes.

Tal es el caso de un niño llamado Byron Baxter, quien tiene una enfermedad llamada Osteogénesis imperfecta, conocida también como “huesos de cristal”, la cual le ha causado 60 facturas, desde que nació, hace apenas tres años.

No obstante, recientemente vivió la experiencia de bañarse en una piscina por primera vez ¡y no pudo ser más asombroso!

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