logo
página principalVida

Niña desaparecida fue hallada en el sótano de su padre en el que fue prisionera por 24 años

Stef Colina
21 ago 2018
00:03

En Austria, Josef Fritzl encerró a su hija en el sótano cuando ella tenía 18 años y le dijo a su madre que la chica había huído con un culto religioso.

Publicidad

Elisabeth Fritzl fue mantenida en cautiverio desde 1984 a manos de su propio padre, Josef Fritzl, quien le mintió a su esposa y a la policía con respecto al paredero de su hija. Según informó allthatsinteresting.com, Josef le pidió a su hija que le ayudara a instalar una puerta en el sótano, cuando la dejó insconsciente con una toalla empapada de éter.

Así fue como comenzó el encarcelamiento de Elisabeth, a quien su padre visitaba tres veces a la semana para violarla luego de ver pornografía. Pero este comportamiento pervertido no era nuevo, pues el hombre abusaba de ella desde los 11 años.

Con el tiempo, las excusas de Josef hicieron que la policía dejara de buscar a su hija, que eventualmente embarazó más de siete veces. En 1988 nació la primera hija del incesto, Kirsten, dos años más tarde Elisabeth dio a luz a Stefan. Ambos permanecieron con su madre durante todo el encierro.

Créditos de la imagen: Youtube / Real Stories

Créditos de la imagen: Youtube / Real Stories

Publicidad

ABUELO Y PADRE AL MISMO TIEMPO

Durante su estadía en el calabozo familiar, Elisabeth dio a luz cinco veces más, uno de los bebés se quedó con ella, otro murió poco después de haber nacido, mientras que Josef se llevó a los otros tres a vivir con él y con su esposa Rosemary.

El retorcido padre y abuelo de los niños inventó otra historia para justificar la existencia de sus hijos, alegando que Elisabeth los abandonó con una carta explicando que no quería hacer cargo de ellos y que por lo tanto se los dejaba a sus abuelos.

En algún momento, Kirsten la primogénita se enfermó gravemente y Elisabeth le pidió a su padre que llevara a la adolescente a un hospital. Josef accedió a regañadientes y fue allí cuando la elaborada red de mentiras comenzó a caer.

Créditos de la imagen: Youtube / Real Stories

Créditos de la imagen: Youtube / Real Stories

Publicidad

EL COMIENZO DEL FINAL

La policía estuvo interrogando a Kirsten por una semana y buscando su procedencia, al no encontrar prueba de que tuviese una familia, crecieron las sospechas contra su padre y decidieron re-abrir la investigación de Elisabeth y su desaparación.

El momento clave fue cuando las autoridades revisaron las cartas que supuestamente había escrito Elisabeth, encontrando más de una inconsistencia. Finalmente en 2008, Josef decidió liberar a su hija del cautiverio que duró 24 años.

Aunque se desconoce si la presión de la investigación fue lo que afectó al anciano Fritzl, lo cierto es que tan pronto Elisabeth salió, fue a ver a su hija al hospital, lo que por supuesto, puso en alerta a todas las autoridades quienes al prometerle que nunca más vería a su padre, obtuvieron la información necesaria para arrestarlo.

Créditos de la imagen: Youtube / Real Stories

Créditos de la imagen: Youtube / Real Stories

Publicidad

UNA NUEVA VIDA PARA ELISABETH

Esa misma noche la policía se llevó a Josef y el resto de los hijos de Elisabeth fueron liberados del calabozo. Por su parte, Rosemary huyó de la casa alegando que nunca supo lo que pasaba, mientras que los inquilinos que ocupaban la planta alta del lugar también aseguraron no tener idea de la situación.

Créditos de la imagen: Youtube / Real Stories

Créditos de la imagen: Youtube / Real Stories

De acuerdo la publicación de News.com.au, en una entrevista, Elisabeth le dijo al jefe de la investigación, Willibald Reitner, que ella pensaba que nadie creería su historia; además aseguró que para ella su padre (a quien se refería como "Él") era un mosntruo.

"Ella tenía mucho miedo de que nadie le creyera y que solo le creyeran a su padre", dijo Reitner, quien mantiene contacto con Elisabeth, quien perdió a Kirsten a causa de la enfermedad que la mandó al hospital.

Ahora Elisabeth vive en el anónimato para preservar su seguridad, en un complejo residencial rodeado de un circuito cerrado de cámaras y de policías que patrullan constantemente el área.

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares