Patos dan la bienvenida al hombre que siempre los alimenta en divertido video
Una docena de gansos, cisnes y patos casi le tocan la puerta a su alimentador luego de que este se retrasara una mañana antes de darles de comer.
Sí, así como lo lees. Se trata de Jitesh Parmar, un hombre que vive en Cardiff, Reino Unido, que durante años les ha dado de comer a sus amiguitos con plumas, cuando es temporada de invierno.
Los patos, gansos, cisnes y gaviotas que habitan en el lago Roath son muy afortunados, y es porque Parmar los cuida y alimenta cuando más lo necesitan.
Jitesh es apodado ‘El encantador de pájaros’. El vínculo que ha forjado con cada uno de estos animales ha hecho que incluso vayan a buscarlo a su casa, subiendo por una empinada calle frente al lago.
Imagen tomada de: Flickr
FUERON A BUSCARLO
Un día, Jitesh se había tardado más de lo normal en bajar a las orillas del lago, por lo que sus amigos, muy hambrientos, decidieron unirse en bandada para caminar hacia su casa y tocarle la puerta.
No obstante, no fue necesario que subieran por toda la calle, puesto que justo se encontraron de frente con su alimentador.
Imagen tomada de: Facebook / The Bird Whisperer
El hombre siguió bajando por la calle hacia el lago, siendo perseguido por las adorables aves.
Cuando el frío llega a Cardiff, la comida escasea para los animales, y esto provoca que muchos sufran de hambre o que incluso mueran.
Imagen tomada de: Facebook / The Bird Whisperer
CADA AÑO LOS CUIDA ALIMENTÁNDOLOS
Jitesh, siendo amante de los animales, sabía que no podía permitir que eso siguiese sucediendo, así que cada año, a las 8 a.m., él hace de las suyas para no dejar que los patos, gansos, cisnes o gaviotas del lago Roath, se vean perjudicados por no comer.
El momento quedó inmortalizado en video, y más tarde compartido en las redes sociales como Facebook y YouTube. Míralo, a continuación:
Este caso nos recuerda cuando una mujer sacrificó su vida privada para rescatar animales indefensos durante los últimos 29 años.
Durante muchos años, Yolanda Romero ha dedicado su vida a cientos de animales que atiende en un albergue en Tula-Hidalgo. Nunca se da días libres, porque se toma el cuidado de sus perros muy en serio.
Nada de ese trabajo ha sido sencillo para ella, e incluso su salud se ha visto afectada. Pero el resultado obtenido por su labor es lo que le da fuerzas para continuar y dejar de lado cualquier crítica o maldad que quiera enturbiar su noble causa.