Perra asustada con las mamas llenas de leche lleva a rescatistas a casa donde no la dejaban entrar
El comportamiento de los animales más de una vez nos ha sorprendido. Es increíble cuánto amor y protección hay en una madre, no solo humana, sino de cualquier especie.
El centro de Rescate para Pitbulls de Villalobos en Nueva Orleans, Estados Unidos, recibió una llamada para notificar una situación que tuvo un final feliz.
Según reseñó Upsocl, el oficial de seguridad de un supermercado en la zona notificó que una madre perruna se encontraba merodeando por el lugar, lucía en mal estado, desnutrida y enferma.
Nadie sabía a quién pertenecía el canino, pero lo que sí era notorio es que recién había tenido cachorros, pero no los tenía con ella a su lado.
De inmediato, los rescatistas iniciaron las labores para el encuentro y ayudar a la madre perruna.
Fuente: YouTube / Animal Planet
Al llegar al estacionamiento, la Pitbull se encontraba temblorosa, delgada y sin fuerzas. Sin embargo, era amigable.
Ella estaba ansiosa y al darse cuenta de las intenciones del equipo, guio a los rescatistas hasta una casa cercana, donde se encontraba un hombre que informó que la perra pertenecía a su compañero de habitación, pero él estaba en prisión.
Fuente: YouTube / Animal Planet
Afirmó que él se estaba encargando de la perra, pero era obvio que eso no era cierto. Los cachorros se encontraban en la casa, pero el sujeto se negó a dejar pasar al equipo de rescate, así que solo pudieron salvar a la madre, quien estaba triste.
El grupo de rescatistas no se conformó con la respuesta del hombre e hizo todas gestiones para obtener un permiso legal e ingresar a la casa y llevarse a los perritos al refugio donde su madre estaba.
El reencuentro fue muy especial y quienes trabajaron por hacerlo posible supieron que valió la pena todo el esfuerzo.
A pesar que esta raza da la impresión de ser fuertes y rudos, los pitbull son muy nobles.
Tal es la historia de JJ, quien se encontraba en un refugio rural en Dallas, Texas, necesitado de cariño y atención. Cada vez que alguien pasaba cerca de él el cachorro de nueve meses estiraba la pata tratando de conquistar a alguien, hasta que finalmente lo logró.