Cómico momento en que gallina se burla de trabajadores y arruina concreto recién pavimentado

Nada mejor que terminar un arduo trabajo y decir con satisfacción: “misión cumplida”. A menos que una desconsiderada ave lo dañe todo en un dos por tres.

El video de un inoportuno gallina arruinando descaradamente el trabajo de unos obreros que construían una acera en una calle de Australia, nos demuestra que en el mundo de la albañilería nada está listo hasta que el cemento seque.

De acuerdo con la información vertida en YouTube al pie del clip, el desastre ocurrió el pasado 10 de agosto en Mooroolbark, Victoria, Australia, y aunque a cualquiera le entrarían ganas de llorar por tener que repetir la tarea, al trabajador afectado solo le produjo risas.

En el metraje puede verse al ave de corral caminando muy oronda sobre el cemento fresco, marcando las estrellas de sus patas en sinuosas hileras, mientras el albañil, muerto de la risa, trata de atraparla para sacarla de allí.

La descripción indica que luego de estampar su “firma” en el pavimento, el bromista emplumado desapareció a eso de las 3:00 de la tarde por el patio delantero de una de las casas del lugar, mientras el trabajador hacía tiempo extra para reparar la obra.

Al día siguiente, los contratistas regresaron a continuar el trabajo, donde todo iba bien hasta que a las 10:00 am apareció otra vez el impertinente animal, al parecer con intenciones de seguir chapoteando en el cemento mojado.

Ante este segundo intento de invasión, los albañiles tuvieron que improvisar barreras adicionales para evitar que el pollo les arruinara el trabajo de nuevo.

Está bien la primera vez, pero ya todos los días se hace fuerte, así que el amigo con plumas tendrá que buscar protagonismo de otro modo menos perturbador.

Tal vez pueda redimirse con un acto de amor, como el de una gallina que se ha robado los corazones en la red al ser captada en video protegiendo a sus polluelos de un fuerte aguacero que caía en un mercado de la India.

Cuando el temporal comenzó fue de repente y todos corrieron a guarecerse. Todos, menos ella, que prefirió quedarse con sus hijos debajo del aguacero, para resguardarlos bajo sus alas de las inclemencias del tiempo.

Sin duda, una muestra de entrega y cariño que quizás vaya más allá del simple instinto maternal, a pesar de que muchos duden de que las gallinas puedan “pensar”, y también que a veces los animales son mejores padres que los seres humanos.