Mujer encontró a perro triste en restaurante y notó su mirada triste justo a tiempo
El perro necesitó de una cirugía para poder caminar de nuevo. A pesar de rescatarlo para buscarle un hogar permanente, quien lo rescató no pudo separarse de él y ahora es su familia.
El amor a primera vista sí existe y al parecer se transmite por las miradas. Esto fue lo que pasó con Kiara Alamo en un restaurante ubicado en Luquillo, Puerto Rico, cuando notó la presencia de un perrito escuálido en una esquina del local.
Según Alamo contó a The Dodo, el perrito de color blanco y manchas en la cara, estaba doblado, con una expresión de tristeza y miedo, que denotaba la necesidad afectiva que este amigo necesitaba.
La chica simplemente no podía ignorar al animal como los demás lo habían estado haciendo por quien sabe cuanto tiempo; ella sabía que tenía que hacer algo al respecto, porque además hay una autopista cerca del restaurante.
"Estaba preocupada por el perro porque el restaurante está cerca de una autopista", dijo Alamo, "por lo que mi madre me convenció de llevarlo a casa".
UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA UTO
Así fue como Kiara se hizo de cargo del peludo a quien llamó Uto. Pero rápidamente notó que tenía problemas para caminar, pues mantenía su cadera en el piso, como si sintiera mucho dolor al andar.
Kiara hizo lo necesario y llevó a Uto al médico. Allí descubrieron que necesitaría una cirugía para quitarle la molestia y darle la posibilidad de ser un perrito normal.
Entonces Alamo decidió quedarse con Uto para ayudarlo con su recuperación y luego buscarle un hogar permanente.
Aunque a veces las cosas no salen como se planearon en primer lugar, porque el corazón tiene sus propios designios, a los que es mejor apegarse.
"Mi plan era ayudarlo a mejorar y darlo en adopción a un hogar para siempre, pero después de meses de terapia, sentía mucho amor por él. Es como un ángel y no podía darlo en adopción con esa carita, así que decidí quedármelo y ha sido la mejor decisión que he tomado“, declaró Kiara.
RESCATAR ES DAR VIDA
Hoy Uto es un perro sano, amado y contento. Su rostro ya no refleja dolor y tristeza, ahora está rozagante, lleno de energía y con la fuerza para caminar sin molestia alguna. Todo gracias a la buena voluntad de Kiara y su familia.
Como Uto, otros perritos han corrido con la misma suerte, encontrando gente amorosa luego de haber pasado una vida llena de obstáculos y sufrimiento.
Así es la historia de Capellán, un perro que por su apariencia, pasó 3 años esperando a ser adoptado, hasta que una estudiante terminó la espera y lo hizo parte de su clan.
O como este dramático rescate de 20 perros en un mercado chino, que estaban destinados a ser la cena de alguien. Gracias a la disposición de voluntarios amantes de los animales, estas mascotas tendrán la oportunidad de tener una vida llena de juegos y amor.