Niño interrumpe a juez y su madre rompe en llanto cuando explica por qué quiere ser adoptado

Aunque Sarah no estaba segura de adoptar a Dayshawn de 13 años pero tan pronto se conocieron, supo que convertise su madre era lo correcto.

Sarah y Stuart Shank se licenciaron para servir de hogar de transcisión para niños a la espera de ser adoptados. Un buen día recibieron el llamado para acoger a Michael, un niño que para el momento tenía 3 años. Así, lo que comenzó siendo una estadía de solo un fin de semana, se conviritó en "para siempre".

De acuerdo a Popsugar, tan pronto se enteraron que Michael tenía un hermano mayor llamado Dayshawn de 11 años, los Shank comenzaron a considerar la posibilidad de traerlo a casa también. Sin embargo, mantenían ciertas reservas con respecto al hecho de que sea un adolescente.

Pero cuando se conocieron, todo cambió. Ahora, tres años después, Sarah y Stuart por fin han conseguido completar la familia compartiendo su apellido con su dos hermosos hijos.

MADRE E HIJO APENAS TIENEN 13 AÑOS DE DIFERENCIA ENTRE ELLOS

"Ni siquiera parece darse cuenta de que soy tan joven (o simplemente no le importa). Para él, solo soy su madre. Estaba tan emocionado en nuestro día de adopción. Mi parte favorita es cuando se sintió obligado a interrumpir al juez para explicar exactamente por qué quería ser adoptado", aseguró la mamá de 26 años.

"Ellos son lo mejor que me ha pasado. Si pudiese desear algo en el mundo, desearía estar con ellos el resto de mi vida"; le dijo Dayshawn a la jueza que presidía el trámite de la adpción.

Ante la tierna declaración, Sarah comenzó a llorar y a reir al mismo tiempo, se notaba que tanto amor no le cabía en el cuerpo. Pero este es apena el comienzo en el camino de la adopción para la familia Shank.

Sarah le comentó a Love What Matters que están a punto de convertirse en un hogar especializado para madres adolescentes, adolescentes víctimas de trata sexual y / o jóvenes LGBTQ +.

LA BONDAD ATRAE EL AMOR

El agradecimiento y amor que emanan de los hermanitos Shank son una inspiración para quienes desean adentrarse al mundo de la adopción y la ayuda social, pues además de ayudar a niños y jóvenes sin oportunidad de progresar, también se gana mucho cariño de los hijos.

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Por ejemplo, un bebé adoptado gritó "Papá" a su padre adoptivo, mientras la jueza oficializaba la adopción. Ante el gesto del niño, todos quedaron sorprendidos, pero la funcionaria del tribunal quedó sobre todo satisfecha de la decisión que tomó concediéndole el apellido de la familia al niñito.