Las dificultades de tres sujetos con su vida en el Cielo

Un poco de humor es justo lo necesario para hacer más ligero tu día. Por eso te traemos una historia divertida que te hará cumplir con tu dosis diaria de risa.

Para todos los eventos estresantes que nos trae la vida, hay al menos una solución: la risa. Unas cuantas carcajadas al día te ayudarán a cuidar tu salud física y mental.

Las bromas, las conversaciones ingeniosas y una buena carcajada al día son beneficiosos física y psicológicamente.

Compartir un buen chiste con alguien puede mejorar tu estado de ánimo, alegrarte el día y generar un ambiente positivo.

Además, un elemento clave de los chistes es que te obligan a mirar una misma situación de diferentes maneras. Es por eso que el día de hoy te traemos dos hilarantes chistes para mejorar tu estado de ánimo.

SIN PISAR A LOS PATOS, POR FAVOR

Tres hombres mueren en un horrible accidente de tránsito.

Cuando llegan al cielo, San Pedro los saluda y les dice: “Solo tenemos una regla aquí. No pisen a los patos”.

Entonces, entran al cielo y notaron que había patos por doquier.

Resultaba casi imposible no pisar a uno, había demasiados, y aunque intentaban evitar pararse encima de ellos, el primer hombre accidentalmente pisó uno.

De repente apareció San Pedro con la mujer más fea que el hombre ha visto en su vida.

San Pedro de inmediato encadenó a la mujer con el hombre y dijo:

“¡Tu castigo por pisar un pato es pasar la eternidad encadenado a esta fea mujer!”.

Al día siguiente, el segundo hombre también pisó un pato sin querer. Una vez más, apareció San Pedro y con él hay otra mujer extremadamente fea.

Entonces encadenó a la mujer junto al hombre diciendo:

“¡Tu castigo por pisar un pato es pasar la eternidad encadenado a esta fea mujer!”.

El tercer hombre observó todo lo ocurrido y como no quería estar encadenado a una mujer fea por toda la eternidad, fue muy cuidadoso al caminar.

Logró pasar meses sin pisar ningún pato. Pero, un día, San Pedro apareció con la mujer más hermosa que el hombre había visto.

Era alta, con lindas curvas, bronceada y extremadamente sexy. Sin decir nada, San Pedro encadenó a la mujer junto al tercer hombre.

Entonces éste le dijo a la chica: “Me pregunto qué hice para merecer estar encadenado contigo por toda la eternidad”.

La mujer respondió: “No sé tú, pero yo pisé un pato”.

Un autobús lleno de personas feas tuvo un choque frontal con un camión. Cuando murieron, Dios les concedió un deseo a todos.

La primera persona dijo: “Quiero ser hermosa”. Dios chasqueó los dedos y cumplió su deseo.

La segunda persona pidió lo mismo y Dios lo cumplió.

Esto continuó una y otra vez en todo el grupo. Pero Dios notó que el último hombre en la fila se reía histéricamente.

Cuando El Todopoderoso ya estaba por las últimas diez personas, el último hombre estaba rodando de risa en el suelo.

Al llegar su turno, se echó a reír y dijo: “Deseo que todos sean feos otra vez”.