Perro con labio leporino que nadie quiere se hace viral conquistando a todos con su sonrisa

Puede que este perro tuviera un defecto físico, pero por dentro era un cachorro como cualquier otro.

Will Stoltenberg vio por primera vez a Clefford, una mezcla de Staffordshire terrier y Chihuahua, cuando estaba en el Centro Médico para Animales Angell de la Sociedad de Massachusetts para la Prevención de la Crueldad (MSPCA, por sus siglas en inglés) en Boston mientras se ofrecía como voluntario.

Desde ese momento sintió una afinidad con el perro. "No pude evitar ir a visitarlo cada vez que fui a ver cómo estaban los perros", dijo Stoltenberg.

Comentó que el cachorro mostró una actitud maravillosa y cada vez que pasaba cerca rasguñaba y empujaba la puerta.

A pesar de que Clefford tenía un temperamento tímido y un paladar hendido, Stoltenberg estaba sorprendido al descubrir que el perro había sido ignorado por las familias que adoptan, durante varios meses.

La comida especial y una posible cirugía no impidieron que Stoltenberg se enamorara del canino, así que decidió adoptar al perro y ofrecerle a Clefford el tratamiento que necesitaba para corregir su paladar.

Ahora, el perro se está recuperando y su personalidad estalla cada día más.

Tras la adopción, Stoltenberg descubrió que el perro era "nervioso, pero amoroso" tenía miedo de mujeres, camionetas, bicicletas, monopatines, motocicletas y corredores.

"Con el tiempo y el entrenamiento positivo, el contacto con sus miedos tomó la forma de experiencias de aprendizaje", dijo su nuevo dueño.

Stoltenberg ha ayudado a Clefford a curarse física y emocionalmente, y el perro ha devuelto esta amabilidad en compañía leal.

“Adoptar a Clefford fue una de las mejores decisiones de mi vida. Él es realmente un miembro de la familia y no puedo imaginarme un mundo donde no lo adopté", agrega Stoltenberg.

El voluntario espera que su decisión de adoptar a Clefford sirva de ejemplo para los demás. Esta historia se hizo viral en las redes sociales.

Que nadie quisiera adoptar a este canino, nos recuerda la historia de una perra que lloraba todas las noches porque nadie quería adoptarla.

Esta perrita de 7 años, estuvo con una familia durante los últimos 6 años. Sin embargo, su dueño, que estaba trabajando 16 horas al día, sintió que ya no tenía tiempo para Baby y la dejó.

Ella es una perra buena y tranquila. Según su antiguo dueño acostumbraba a ladrar a los extraños, pero una vez que los conocía y la acariciaban se quedaba tranquila.