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Esposa le pide a su marido que visite a un hipnotizador

Georgimar Coronil
11 dic 2018
23:18

Ninguna relación es perfecta y las parejas tienen que acostumbrarse a los hábitos que cada uno tiene, aunque estos sean molestos.

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A veces, necesitan un poco de ayuda externa para hacerlo. Esta historia es acerca de una pareja que recurrió a un hipnotizador para solucionar un problema común que estaban experimentado.

Un día, la esposa de un hombre llegó a su casa y le dijo: "¿Recuerdas los dolores de cabeza que he tenido a lo largo de los años? Bueno, se han detenido".

Sorprendido, el marido quería saber cómo había logrado curarse y le preguntó: "¿Cómo conseguiste que se detuvieran? ¿Qué hiciste?".

Imagen tomada de: Freepik

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La esposa respondió: "Mi amiga Shannon me refirió a un hipnotizador profesional".

Continuó: "Me ordenó que me mirara en un espejo y repitiera: No tengo dolor de cabeza, no tengo dolor de cabeza, no tengo dolor de cabeza y ¡Realmente funcionó! ¡No más dolores de cabeza!".

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Imagen tomada de: Freepik

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Luego le dijo a su esposo: "Hace unos años que no eres exactamente lo más emocionante en el dormitorio. ¿Por qué no visitas al hipnotizador y ves si él puede ayudarte con eso?".

EL MILAGRO DE LA HIPNOSIS

El marido obedeció. Vio al hipnotizador unos días después. Cuando regresó a casa de la cita, se quitó la ropa de inmediato.

Imagen tomada de: Freepik

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Luego levantó a su esposa y la llevó a su dormitorio. La acostó en la cama y le dijo: "No te vayas a ningún lado, ya vuelvo".

Desapareció en el baño y volvió unos minutos después. Luego le hizo el amor apasionadamente a su esposa, como nunca lo habían experimentado antes.

Imagen tomada de: Freepik

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"¡Wow! ¡Eso fue increíble!" exclamó la esposa.

"¡No vayas a ningún lado! ¡Vuelvo enseguida!". El marido le dijo de nuevo. Regresó al baño y luego regresó con su esposa para la segunda ronda.

De alguna manera fue incluso mejor la segunda vez. Su esposa estaba más allá de sí misma con satisfacción.

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Imagen tomada de: Freepik

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"¡No vayas a ningún lado! ¡Vuelvo enseguida!" El marido repitió una vez más. Cuando corrió al baño, su esposa lo siguió en silencio para saber qué era lo que hacía.

Lo encontró mirándose al espejo y diciendo una y otra vez: "Ella no es mi esposa. Ella no es mi esposa. Ella no es mi esposa".

El servicio funerario del difunto marido se llevará a cabo el domingo.

Si te gustó esta historia, puedes leer un par de chistes divertidos para que te distraigas.

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