Soldado afligido sostiene a su compañero perruno hasta su último aliento

Bodza trabajó durante 10 años para la Fuerza Aérea de Estados Unidos como perro detector de bombas.

Perder a un amigo es una de las cosas más difíciles a las que cualquier soldado se puede someter, lo peor es que es algo para lo que deben estar preparados.

Sin embargo, el oficial de la Fuerza Aérea Kyle Smith, no pudo mantener la compostura al dejar a Bodza, su mejor amigo durante los últimos 6 años de su vida.

Bodza era un pastor alemán de 11 años, que pasó un década siendo parte del escuadrón de seguridad de la organización militar. Según The Dodo, el perro trabajó con Smith a partir de 2012 y desde entonces fueron inseparables.

LAS ENSEÑANZAS DE BODZA

"Me encantó trabajar con él porque me enseñó mucho: como tener paciencia como un joven manejador y cómo entender que este trabajo no es solo sobre ti", dijo Smith.

El trabajo los unió, pero la amistad los hizo amigos inseparables. Cuando llegó el momento de retirarse para el pastor alemán, el soldado Smith no dudó en adoptarlo y se lo llevó a su casa, donde vivieron muchas más aventuras.

Sabiendo lo complicada que se había vuelto la vida para Bodza, Smith tomó la decisión que ningún amo quiere tomar: Poner a dormir a Bodza.

"Estaba sosteniendo a Bodza cuando pasó", dijo el soldado. "Fue una avalancha de tantas cosas. Fue simplemente abrumador", concluyó el joven en medio de tanto dolor.

​​​​​​​LA DESGARRADORA DESPEDIDA

Afortunadamente el militar no estuvo solo mientras dejaba ir a su mejor amigo. Algunos colegas estuvieron presentes para brindarle apoyo moral.

"Me dejaron sollozar como un bebé", reveló Smith. "Me dieron una palmada en la espalda y me dijeron que todo iba a estar bien. Mi jefe de inmediato fue y tomó una bandera, la colocó sobre él y me dejó tener un momento final", compartió el soldado.

AMIGOS INSEPARABLES

En otra historia de amistad y servicio militar, Liam Tasker era el cuidador y amigo de Theo, un perro entrenado para buscar explosivos, según The Guardian.

Tasker, de 26 años, murió atrapado en un tiroteo mientras patrullaba con el spaniel el norte de Nahr-e-Saraj en la provincia de Helmand, Afganistan. El joven murió por sus heridas.

Aunque su perro sobrevivió al tiroteo, sufrió un ataque cardíaco fatal cuando regresó a la base británica en Camp Bastion. Resulta conmovedor y sumamente triste pensar que su perro no pudo seguir sin él.