Historia de un hombre sin hogar que recibió una nueva oportunidad de vida debido a la bondad de un extraño

La vida da muchas vueltas y Mike Mayers, quien ya tenía 30 años viviendo en las calles, fue testigo de esto después de que un desconocido le ayudara a reencontrar una de las cosas más valiosas para cualquier persona: la familia.

Tras pasar 30 años viviendo en la calle, la vida de Mick Mayers, de 67 años, dio un giro totalmente inesperado después de que un completo extraño se solidarizara con él y le ayudara a encontrar una de las cosas más importantes que el hombre había perdido: su pasado.

Sin un techo donde refugiarse y sin una familia a la cual acudir, Mayers pasaba los días pidiendo limosnas en una estación de servicios del condado de Alameda, en California (EEUU). Pero pedir dinero en esa zona es ilegal, por lo que un día el policía Jacob Swalwell, quien siempre se lo advertía, finalmente se acercó.

Ya Swalwell, quien le había dicho en diferentes ocasiones que no podía pedir efectivo en ese lugar, pensó que ponerle una multa al viejo sin hogar en realidad no lo ayudaría en nada.

Así, Mick le indicó que esa era la única forma en que podía sobrevivir mientras estuviera en las calles, ya que su único familiar, su madre adoptiva, había fallecido años antes.

El sexagenario le explicó que no tenía identificación, seguridad social ni a nadie dispuesto a acogerlo o ayudarlo de cualquier forma.

El oficial decidió ayudarlo, de manera que no solo le consiguió a Mick su tarjeta de identificación necesaria, sino que también pudo asegurarle los beneficios médicos y de seguridad social.

REENCUENTRO FAMILIAR

Lo que Mayers nunca imaginó fue que los dos hombres le ayudarían a encontrar a su familia de nacimiento, perdida hace 65 años.

En esta parte de la historia entra el investigador privado Mark Askins, voluntario de Miracle Messages (Mensajes Milagrosos), una organización sin fines de lucro dedicada a reconectar a las personas sin hogar con sus seres queridos.

Usando la poca información que tenían a la mano, el detective dio con el paradero de Polly, la madre biológica de Mayers, que reside aproximadamente a 250 millas de distancia en Eureka, California.

Swalwell y Mark Askins hicieron los arreglos necesarios para que Mick viajara a conocer a su madre, de 85 años, y a la familia que nunca había conocido.

Polly tampoco tuvo una vida fácil, explicó. Después de dejar a su esposo, se convirtió en madre soltera adolescente y se le hizo cuesta arriba mantener a sus tres hijos.

Refirió que Mick estaba enfermo y necesitaba cirugía, así que cuando solo tenía 2 años, Polly lo entregó en adopción.

"Después de una vida de espera, lo que pensé que nunca sucedería, sucedió: un hombre de 67 años se encuentra con su madre de 85 años. ¿Quién pensó que algo así podría pasarle a cualquiera, y mucho menos a mí’".

Polly ha invitado a Mick a vivir con ella y su esposo en Eureka, pero el sexagenario no quiere mudarse del área donde ha pasado toda su vida.

Por ahora, está trabajando para conseguir un automóvil y prometió regresar y visitarla tan a menudo como sea posible.

UN CAMBIO RADICAL

Mientras tanto, en España, una dolorosa lucha con la salud mental llevó a José Antonio a vivir en las calles de Palma durante 25 años.

Antes de eso, era un electricista experto que se ganaba la vida de esta manera. Sin embargo, su condición le hacía dormir bruscamente y comenzó a tener ataques de depresión que se apoderaron de él por completo, según explicó.

De golpe se sintió tan deprimido que no pudo trabajar más porque simplemente ya no quería levantarse de la cama. Como resultado de no poder laborar, se quedó sin hogar.

Ahora tenía 55 años, pero parecía aún mayor debido a sus condiciones de vida.

Un día, Silvia García, propietaria de la peluquería La Salvajería, lo vio y quiso ayudarlo dándole un cambio completo de look, de la cabeza a los pies.

Así, con la ayuda de sus estilistas profesionales, García le cortó y pintó el cabello, acomodó su barba e incluso le regaló ropa nueva.

De esta manera, José sintió que la vida le daba otra oportunidad que decidió no desaprovechar.

CORAZONES DE ORO

En el mundo siguen existiendo personas con un corazón de oro. Esta vez, un hombre millonario de la India tomó la iniciativa de donar 90 casas a personas desamparadas, en lugar de hacer una gran boda para su hija.

Manoj Munot, un rico comerciante al por mayor de telas y trigo en el distrito de Aurangabad, construyó las viviendas en dos acres de tierra y luego decidió quiénes las habitarían.

Para seleccionar a las personas que eran elegibles para tomar las residencias, estableció tres criterios. Si quieres saber cuáles son, haz click aquí.