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Desgarradora carta de la mujer sobre su leal perro que se está muriendo

Vanessa Guzmán
18 ene 2019
00:27

Las palabras que esta mujer derramó sobre el papel, son evidencia del profundo amor que un humano puede sentir por su mascota.

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Cuando su perrita estaba por morir, esta sensible dama escribió una carta para hablar de ella. Sus conmovedoras palabras tocan el corazón de cualquier persona que ame los animales

La tierna dama dijo que su perra estaba muy mayor y que estaba muriendo. Casi no podía caminar y su cuerpo no podía sostenerse.

"Ayer estuvimos en nuestro veterinario, uno que está apenas a cinco minutos de casa. La distancia máxima que Troya es capaz de recorrer. Acudí con Tula, a la que había que vacunar, y también con ella. Fuimos despacito. Camina insegura, sabe que sus patas traseras no la sostienen largo rato. Para cruzar el umbral de la clínica, en el que hay un escalón, la tuve que coger en brazos", escribió la mamá humana de la perrita.

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Según narró la mujer en la carta, Troya tenía un corazón que latía contento, o al menos eso fue lo que el veterinario le dijo a la chica.

"En septiembre la hicimos pruebas de todo tipo y todas dieron bien. No hay dolores de ningún tipo. Incluso conserva bien los dientes. Lo que hay es debilidad, pérdida de masa muscular. Son muchísimos años para una perra de su tamaño".

Melisa, nombre de la ama de Troya, dijo que la perra pasa mucho tiempo acostada durmiendo. "Pero está feliz. Quiere salir a la calle, aunque le cueste cada día un poquito más ponerse en pie".

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"Su declive sigue adelante y no hay nada que podamos hacer para detenerlo. La vejez no tiene cura. Ayer coincidía con nuestro veterinario en que si comienza el dolor, o la debilidad llega a extremos insostenibles, tocará darle el regalo de un buen final. No hay otra opción".

Escribió que la muerte tiene que llegar. "Como bien decía Terry Pratchett, la muerte es condenadamente buena haciendo su trabajo. No hay nadie que se libre de su último abrazo. Teniendo eso en cuenta lo mejor que podemos desear para los nuestros y para nosotros es que llegue tarde tras una vida larga y buena, que no lo haga precedida de sufrimiento y que podamos elegir cuándo darle la bienvenida dejando en los demás un buen recuerdo".

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En la carta, Melisa también dijo: "Creo que Troya podrá tener todo eso. Al menos me esforzaré para que así sea. Así que, en cierto modo, habría incluso que estar felices por ella. No habrá mejor manera de marcharse que la suya, yo me aseguraré de ello".

Indicó que le explicó a su hija de 9 años la situación de la perrita y que la niña lloró.

"Le pregunté por qué lloraba tanto y me contestó: 'porque Troya está muy mayor y se va a morir pronto'. Sí, es muy mayor y se va a morir pronto, imposible negarlo. Pero aún está aquí con nosotros para recibir y dar cariño y compañía y tendrá el mejor final posible, el que cualquiera desearíamos".

"Es una forma de consolarnos, de prepararnos para lo que tiene que llegar, aunque sé bien que no hay forma de regatear el dolor cuando llegue la hora de la verdad. Y también sé que llegará pronto".

Relató que eso es un buen aprendizaje para los niños. "También para nosotros, los mayores. No obstante, insisto. Aún está aquí. Un tiempo que tiene valor. Nuestro trabajo es asegurarnos de que transcurra feliz para ella. Y en ello estamos".

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LE CANTÓ ANTES DE MORIR

La periodista argentina Valeria Schapir estaba segura de que la partida de su perro ameritaba una despedida genial.

Ella publicó un emotivo video en Instagram mostrando los momentos finales de su perro. Pero lo que más conmovió a sus seguidores fue la hermosa canción que ella susurro al oído de su compañero de cuatro patas.

Schapira le cantó la canción "Hasta el final" y mientras ella recitaba que lo amaría hasta el final, se puede ver al perrito con los ojos cerrados y respirando agitado momentos antes de morir.

SE QUEDÓ A SU LADO

Cuando Janine Guido conoció a Watson por primera vez, su expresión decía todo. "Lo primero que noté fueron sus ojos", dijo la dama, fundadora de Speranza Animal Rescue.

Watson estaba hospedado en un veterinario de emergencia para que lo cuidaran las 24 horas después de que lo trajo un chico de la universidad que lo encontró en un parque de Filadelfia. Parecía que no tenía fuerzas para seguir.

Para cuando lo transfirieron al refugio, estaba claro que todo lo que Watson quería era que alguien se sentara con él. Lo único que podían hacer en ese momento era tratar de mantenerlo cómodo, y Guido lo hizo. Ella se quedó a su lado toda la noche mientras el perro se desprendía de este mundo.

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