Aterradora historia de chica embarazada encerrada en psiquiátrico por padres prejuiciosos
Una joven mujer que quedó embarazada en la década de los 60s fue ingresada a un manicomio por sus adinerados padres.
En 1963, parecía que Julie Mannix, de 19 años, tenía el mundo a sus pies. La hermosa rubia de ojos azules fue debutante en el circuito principal de la alta sociedad de Filadelfia, moviéndose en los más exclusivos círculos sociales.
Pero cuando ocurrió lo inimaginable, los adinerados padres de Mannix la ingresaron a la fuerza en un manicomio, por la duración de su embarazo.
Julie Mannix/ Fuente: YouTube/ Secret Storms
Querida hija, es obvio que estás tan sobrecogida que no puedes pensar con claridad. Tu padre y yo tememos terriblemente que intentes hacerte daño. Por eso, hemos arreglado tu estadía en el lugar donde estás, hasta que este terrible episodio termine. Pensaremos en tí cada día. Madre"
La conservadora madre católica de Mannix creía que el aborto sería la mejor solución para el problema de su hija, pues tener un hijo fuera del matrimonio era impensable entre sus amigos. El aborto era ilegal en 1963, y sólo era permitido si la madre estaba en riesgo físico o mental. Así que hizo que diagnosticaran a Mannix como "depresiva" y que la confinaran en un manicomio, donde habría disponibilidad de abortar.
Pero Mannix se negó a abortar, y pasó todo su embarazo rodeada de desquiciados y personas criminalmente dementes.
Julie Mannix/ Fuente: YouTube/ Secret Storms
Frank y Mannix tuvieron otros dos hijos, pero jamás olvidaron a su primera hija, y celebraron discretamente su cumpleaños cada año.
Mannix conoció al padre de su hija estudiante en Nueva York para ser actriz. Conoció a Frank von Zenneck, de 23 años, en un taller de drama, y se enamoraron rápidamente. Al poco tiempo descubrió que estaba embarazada. Además, se enteró de que Frank era casado, lo cual fue devastador.
Fiesta de debutante de Julie Mannix/ Fuente: Youtube/ Secret Storms
Cuando su hija nació, el 19 de abril de 1964, Mannix la nombró Aimee Veronica, pero la obligaron a darla en adopción a través de una caridad católica.
Pasarían décadas antes de tener la oportunidad de volver a ver a su hija.
Jullie Mannix y su familia/ Fuente: YouTube/ Secret Storms
Devastada, pasarían años antes de que Mannix se enterara de que Frank se había divorciado de su esposa mientras ella estaba en la manicomio, y había estado intentando desesperadamente comunicarse con ella. Sus padres le negaron acceso a Mannix, y cuando descubrieron que ella tenía intenciones de casarse con él, la desheredaron.
Frank y Mannix tuvieron otros dos hijos, pero jamás olvidaron a su primera hija, y celebraron discretamente su cumpleaños cada año. Eventualmente, recibieron una carta de una mujer llamada Kathleen Wisler, quien se presentó como su hija.
Pluma y carta. Fuente: Pixabay
"Queridos Sr. y Sra. von Zerneck:
¿Cómo comenzar una carta como ésta? Bueno, creo que simplemente comenzaré diciendo que nací el 19 de abril de 1964, en Filadelfia. Basado en los documentos que los Servicios Sociales Católicos me suministraron, me parece probable que ustedes sepan algo de información sobre mi familia biológica... No es mi intención interrumpir sus vidas, simplemente quisiera conectarme en cualquier nivel con el que se sientan cómodos".
En cuestión de días, Kathleen recibió una llamada teléfonica de sus dichosos padres, quienes no podían esperar por reunirse con ella, conocer a su marido, ¡y a sus nietos! La historia de Julie Mannix finalmente terminó en un felices para siempre. Y no es la única.
Emily Gavigan era una estudiante de segundo año en la Universidad de Scranton en enero de 2009, cuando su familia comenzó a notar drásticos cambios en su usual actitud feliz y positiva. Hasta ese momento, había sido una persona activa, tenía novio y estaba en la lista de honor del decano de su universidad.
Entonces, casi de la noche a la mañana, se convirtió en una persona paranoica, que creía que los camiones la seguían y que la gente estaba conspirando en su contra. Casi terminó internada en un manicomio, hasta que su familia descubrió la verdad: no estaba loca, sino muy. muy enferma.