Hombre de 90 años comienza su carrera universitaria tras una larga y ardua vida
Un abuelo colombiano de 90 años se puso la meta de volverse ingeniero ambiental, tras haberse graduado de bachiller el año pasado.
Claudio Melo no ha dejado que sus desgracias lo obstaculicen de hacer lo que ha querido en su vida. Solo preguntémosle.
Melo, quien es huérfano, perdió su hogar por haber sido fiador, enviudó hace veinticinco años y casi no tiene contacto con sus hijos, se dijo a sí mismo que quería ser alguien en la vida, luego de tantos años. Él quería estudiar y así lo está haciendo.
Cualquiera creería que obtener el título de bachiller marcaría el final de su etapa estudiantil, pero la realidad es muy diferente. Don Claudio apenas estaba comenzando cuando decidió matricularse en la escuela secundaria y ahora va por más.
“Soy de Anolaima, donde nacen muchos y se crían pocos”, dice Melo mientras habla con el diario El Tiempo y revuelve un café con leche.
En su barrio, Melo es bien conocido. La gente lo cuida y, pese a que ha vivido nueve décadas, está lúcido, mantiene su elocuencia y recuerda muy bien su vida a lo largo de los años.
Para Don Claudio regresar a la escuela fue complejo. Pero, poco a poco, se fue adaptando hasta volverse uno de los mejores estudiantes, admirado tanto por profesores como por estudiantes.
Fue en 1949 cuando Melo llegó a Bogotá de Cundinamarca para trabajar y hacerse cargo de sus cinco hermanos; sus padres habían muerto y ahora sería su responsabilidad.
Comenzó trabajando en una estación de servicio como barrendero, hasta que gradualmente se ganó la confianza de sus jefes y se volvió el administrador del lugar.
Tres años después conoció a Rosa María Sandoval, mujer con quien se casó y tuvo siete hijos.
Sus deseos de ser mejor lo llevaron a buscar otros horizontes, y terminó trabajando con la marca de carros Chrysler.
De mecánico pasó a conductor de uno de los gerentes, y así logró construir su casa en uno de los lotes de Pedro Navas.
Pese a que les dio a sus hijos la posibilidad de estudiar, ellos se superaron “pero para nada, porque se les olvidó el papá”, se lamentó Claudio, agregando que él es una persona solitaria.
Con la ausencia de su esposa y con la cada vez más lejana relación con sus hijos, el paso de los años fue más difícil de llevar. La casa que con tesón construyó en su juventud la perdió porque sirvió de fiador a alguien que jamás pagó la deuda.
Sobrevive de un bono para el adulto mayor que entrega el Distrito y de la bondad de algunos amigos que todavía conserva.
A pesar de lo difícil que ha sido su vida, Melo no ha perdido las ganas de vivir ni de volverse una persona más preparada.
“Decidí superarme, ser alguien en la vida, no quedarme ahí estancado, y estoy en eso.”
Desea estudiar ingeniería ambiental pues le encanta la naturaleza y le gustaría ayudar a conservarla. Gracias a un programa de la secretaría Distrital de Integración Social y tras obtener una beca, empezará clases en el Politécnico Grancolombiano.
CHICO DE 12 AÑOS ABRE SU PROPIA ESCUELA
Leonardo Nicanor Quinteros es el pequeño profesor que brinda una educación de calidad a personas de bajo recursos sin importar la edad.
El nombre de la pequeña escuela creada en el patio de su abuela, ubicada en San Juan, en Argentina, es “Patria y Unidad” y hasta hace poco llevaba 36 alumnos, en donde la mayor tiene 40 años y aprendió con Nico a escribir y leer.
El joven se toma seriamente la tarea de enseñar, tanto que en su aula improvisada no permite el uso de celulares mientras que él esté explicando algún tema.
Las personas de la zona están especialmente dedicadas al campo, muy pocos se habían interesado en estudiar, pero Nico con tan solo 12 años, incentivó en sus vecinos la semilla del saber. ¿Te interesa saber más de esta escuelita? Haz clic aquí.