Mamá soltera revela las batallas cotidianas de criar a tres niños con autismo

Una madre de Gales cuenta que no tiene ningún apoyo de las autoridades para cuidar de sus tres hijos, quienes presentan autismo no verbal y requieren significativa atención dedicada todos los días.

Laksuma Begum, una madre oriunda de Newport, Gales, ha compartido impactantes videos de sus dificultades criando a tres niños con autismo severo. La mujer de 32 años dice que a veces se seitne como "prisionera en su propio hogar" cuidando de sus chicos, y hasta ha tenido que llamar a la policía. Begum, maestra suplente, ha compartido los videos para solicitar ayuda de las autoridades municipales.

Sus hijos, Caius, de 8 años, Kyan, de 7, y Sammy, de 5, pueden verse en el video sujetando el cabello de Begum, tirando de las cortinas, gritando y mordiendo. Laksuma dice que ha estado buscando ayuda institucional para sus "ángeles disfrazados" desde el 2015, sin éxito. Laksuma se separó de su marido en febrero del año pasado, y comparte los videos para crear conciencia sobre el impacto del autismo en las familias.

La madre de 32 años cuenta que "mis bebés no pueden expresarse, y eso les causa severa ansiedad. El autismo es algo muy diferente y complejo. Mis hijos son un reto, pero me han llevado a tal nivel, que creo que me los dieron por una razón, para crear conciencia sobre el autismo y las familias". Dice que lo único que le ha pedido a las autoridades es "algo de ayuda para que mi hogar sea un lugar seguro y que mis hijos puedan tener madre", pero no ha recibido nada.

"No estoy peleando sólo por mis hijos, quiero crear conciencia por todas las familias que puedan estar pasando por lo que yo estoy pasando.

Tengo mucha paciencia y energía y aún no me he quebrantado, pero no sé cuánto tiempo pueda seguir aguantando. Actualmente, somos prisioneros en nuestro propio hogar. Hasta el sol de hoy no puedo salir con mis hijos sin arriesgarme a que uno salga corriendo. Tengo que ponerles correa para que tengan vida".

"La gente me ve en el supermercado, con los tres niños firmemente atados al carrito a pesar de no ser tan pequeños, y dicen que soy una madre perezosa. Hay muchos malentendidos porque mis hijos se ven hermosos y normales".

Sus hijos son estudiantes de escuela primaria en Newport, y su madre describe su escuela como "absolutamente fantástica". Pero la vida como madre soltera es difícil, y para tener tiempo de cocinar o darse una ducha, tiene que tener a sus hijos ocupados con tablets, las cuales suelen romper. Hace dos semanas, Kyan atacó a Sammy con tanta violencia, que Laksuma tuvo que llamar a la policía local.

El municipio le ofreció dos noches de cuidado para los niños mayores al mes, para que pudiera descansar más, pero Laksuma explica que tras dos estadías, revocaron la oferta.

Su expareja, con quien sigue en contacto debido a sus hijos, cuida de los chicos una vez al mes desde su separación el año pasado. Laksuma cuenta que a veces sus vecinos la ayudan antes y después del horario escolar, para que pueda trabajar, pero que cada vez se ofrecen menos, a medida que las acciones de los chicos se hacen más violentas.

Previamente ha pagado a dos niñeras privadas, cubriendo de 9 a 12 horas semanales, pero tuvo que dejar de trabajar en diciembre hasta poder hallar una solución más permanente. "He tenido que poner mi trabajo en pausa, quiero ser madre de mis niños y poder pasar tiempo con ellos, y quiero que mis hijos tengan madre. Comienzo a darme cuenta de que sin quererlo me he convertido en una "supermamá", pero en realidad me siento más como una cuidadora".

"Preferiría que mis hijos tuviesen una vida, porque por ahora sufren aún más que yo". Un vocero del concejo de la ciudad explicó que las autoridades "simpatizan con las preocupaciones de la familia y un trabajador social ha estado trabajando con la madre por muchos meses para ayudar a aliviar algunas de sus preocupaciones".

Mira el video a continuación.

Quizás un poco de apoyo extra sea lo que hace falta para cambiar las vidas de sus hijos. Como en el caso de Maria Cecilia Lovera, quien en 1997, junto a su esposo, asistieron a una cita con una psiquiatra en Chile para evaluar el estado de su bebé, de tan solo 3 años de edad. La profesional, luego de evaluar al menor, les contó que iba a ser un chico muy especial, era autista.

De hecho, mirando a ambos padres, les dijo que siguieran intentando tener más hijos, pues el pequeño Iván "no iba a servir para nada". Pero Iván le demostró a todos lo equivocados que estaban al respecto. Hoy en día, es ingeniero informático.