El calvario de madres venezolanas con niños enfermos: "el cáncer no espera"
En los últimos años, una fuerte crisis económica y social ha hecho que millones de venezolanos huyan de su país para lograr encontrar una mejor calidad de vida en otros lugares del mundo.
Tener acceso a la comida, la salud y a los servicios básicos como la electricidad y el agua, es todo un reto para los venezolanos.
La decadencia económica a la que ha llegado el país en manos del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro ha cobrado la vida de cientos de miles de personas, y hecho migrar a millones en los últimos años.
Miles de personas diariamente cruzan la frontera entre Colombia y Venezuela para atender algunas de las necesidades mencionadas anteriormente.
Kenny de la Cruz hablando con Caracol Noticias. | Imagen: YouTube /Noticias Caracol
Un claro ejemplo serían las madres de niños enfermos con cáncer que no consiguen tratamiento en los hospitales públicos, por lo que acuden a la nación vecina para salvarles la vida a sus pequeños.
Kenny de la Cruz es una de ellas. Ella llegó a Colombia hace 1 año junto a sus dos hijas tras cruzar la frontera de manera ilegal, informó Noticias Caracol.
La menor de ellas se enfermó y, después de efectuarle diversos estudios médicos, fue diagnosticada con un tumor cerebral maligno que ya cubría toda la parte derecha.
Kenny de la Cruz y su bebé. | Imagen: YouTube /Noticias Caracol
La menor afortunadamente recibió tratamiento, pero, hace pocos días, de la Cruz se enteró de que el hospital ya no podría ofrecerle más atención médica.
Romarilyn Sánchez es otra madre preocupada cuyo hijo recayó dos veces debido a la escasez de alimentos en Venezuela.
Buscando tratamiento, viajó a Colombia y está preocupada porque el pequeño no podrá recibir la atención que necesita.
Romarilyn Sánchez hablando con Caracol Noticias. | Imagen: YouTube /Noticias Caracol
"Carlos necesita el próximo martes continuar con la quimioterapia número tres, la cual no se puede aplazar, porque si ya él tiene 3 recaídas… el cáncer no espera."
Según indica Noticias Caracol, estas madres -como varias más- necesitan disponer de un permiso especial de permanencia para que sus hijos reciban las quimioterapias.
No obstante, pasan los meses y ellas no han logrado tramitarlo u obtenerlo. El tiempo corre y la vida de estos niños peligra.
Martha Helena García hablando con Caracol Noticias. | Imagen: YouTube /Noticias Caracol
El Instituto Nacional de Cancerología señaló que estas personas necesitan regular su situación migratoria para acceder al sistema general de salud.
"Para el caso de los pacientes ilegales, desde que cursen con una urgencia oncológica nosotros en ningún momento dejamos de atenderlos, el problema es que, al ser prolongado el tratamiento, al haber una serie de manejos ambulatorios, nos dificulta la atención por la parte económica", aclara Martha Helena García, directora encargada del instituto.
El tipo de pacientes habría recibido tratamientos por un costo de $3.500 millones aproximadamente, en los últimos dos años.
Felipe Muñoz hablando con Caracol Noticias. | Imagen: YouTube /Noticias Caracol
Asimismo, el gobierno nacional afirma que se han esforzado enormemente para garantizar a estas familias tales servicios de alto costo.
"Hemos tratado de ayudar al hospital cancerológico para que pueda seguir ayudando a estos niños, y vamos a hacer todos los esfuerzos financieros, humanos y de cooperación para que ellos puedan seguir recibiendo el tratamiento, pero también quiero ser realista que este es un tema costoso, complejo y difícil", señala Felipe Muñoz, gerente de frontera con Venezuela.
Por el momento, las madres venezolanas no pueden hacer más que esperar.
Otra historia de una mamá migrante luchadora quedó inmortalizada cuando John Moore la fotografió mientras era revisada por un agente fronterizo al sur de Texas, en una zona conocida como el valle del Río Grande, entre México y EE.UU.
Sandra y su hija de 2 años habían estado viajando desde Honduras desde hacía un mes. Cuando la madre debió soltar a la niña para ser cateada por el oficial, la pequeña comenzó a llorar. La fotografía es realmente abrumadora. Mírala aquí.