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Bebé prematura era tan pequeña que la mantuvieron viva dentro de una bolsa para sándwich

Diego Rivera Diaz
23 abr 2019
02:21

Una bebita que vino al mundo con 16 semanas de antelación y un peso de apenas 700 gramos logró superar todo pronóstico y celebrar su primer cumpleaños.

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Amina Dobson era tan diminuta y frágil que los doctores tuvieron que resguardarla en una bolsa de sándwiches para mantenerla caliente, mientras la bebita luchaba por su vida.

El material plástico imita las condiciones del vientre materno, lo que lo hace ideal para que la niña continuara su crecimiento en su interior.

El 23 de febrero del año pasado, cuando Amina nació, tenía una válvula abierta en el corazón y una hemorragia cerebral, y tuvo que pasar 76 días en el hospital. Pero le fue muy bien en el recinto y sus condiciones sanaron por su cuenta, así que eventualmente fue dada de alta para ir a casa con sus padres en Chicago, Illinois.

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Taylor Dobson, su madre de 24 años, dijo que "pensamos que Amina no lo lograría, así que estar aquí celebrando su primer cumpleaños es tan especial, y nos sentimos tan afortunados. Cuando nació, fue aterrador. Era tan pequeña".

"Ella nació temprano por yo tener un cérvix incompetente. La noche antes de nacer Amina, me ingresaron a sala de partos y me dijeron que tenía contracciones, pero que intentarían detenerlas 24 horas usando magnesio. Entré a las 5 y las contracciones se hicieron más y más próximas toda la noche".

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Para las 9 de la mañana, "un doctor entró y le hizo un ultrasonido a Amina y dijo que estaba saliéndose a patadas de mi cérvix. Me dijeron que tenía una infección y que ella tenía que nacer por cesárea de emergencia o estaba en riesgo de contraerla también", explicó la madre.

Taylor y su pareja, Dahoud Maizer, no pudieron ver a su recién nacida por tres días, hasta que su condición se estabilizó. A los cuatro días de nacida, les permitieron tocarla por primera vez. De ahí en adelante, Amina creció rápidamente, excediendo las expectaciones de enfermeras y doctores al respirar y comer independientemente un mes antes de la fecha programada de parto.

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"No esperaba entrar a la UCIN un día y que las enfermeras me dijeran que en un par de días mi bebé estaría lista para ir a casa", dijo Taylor. "Vino a casa con 35 semanas de gestación, y pesando sólo 1,55 kilos."

Desde que fue dada de alta, Amina ha crecido increíblemente. "Amina ya no necesita ver al cardiólogo, al oftalmólogo, ni a ningún especialista. Ahora tiene un año y está tan sana como se puede estar", dice con orgullo Taylor.

Y este no es el primer caso en el que una bolsa de sándwich salvó a un bebito.

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Después de que Sharon Grant dio a luz a su hermosa bebé, llamada Pixie, todos pensaron que no iba a poder seguir viviendo mucho más tiempo. Pixie fue traida al mundo por una cesárea de emergencia en el Hospital Derriford en Plymouth, Inglaterra, ya que era peligrosamente prematura.

La pequeña Pixie fue llevada rápidamente a la unidad de cuidados intensivos, donde los doctores decidieron hacer todo lo posible por mantenerla con vida, aunque pensaron que no lo lograría. Su condición siguió siendo precaria hasta que por fin, la pusieron dentro de una bolsa de sándwich.

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