Estudiante rompe en llanto porque su familia no quiso asistir a su graduación
La graduación universitaria es uno de los momentos más felices que puede vivir un estudiante, pero para este joven fue todo lo contrario.
Jeric Rivas relató en una publicación de su perfil de Facebook que el día de su graduación fue uno muy triste.
Se supone que las únicas lágrimas que se derramen durante este gran evento, deben ser de alegría porque luego de tantos años de arduo trabajo finalmente se ha logrado el objetivo.
Rivas explicó que sintió tristeza porque aunque recibiría su diploma junto a sus compañeros de clase, su familia no iba a estar junto a él apoyándolo.
“Estaba triste porque recuerdo lo que pasó cuando estaba en la escuela primaria y secundaria."
Jeric contó que cuando estudiaba primaria ganó un premio y se suponía que un miembro de la familia le entregaría la medalla, pero no nadie apareció .Así que no subió al escenario para aceptar su reconocimiento.
Luego, tuvo el mismo problema, pero le pidió a los padres de un amigo que lo acompañaran. Fue desgarrador, pero quería que se le reconociera por su arduo trabajo.
A pesar de la falta de apoyo de su familia, Jeric se mantuvo positivo y continuó trabajando en sus estudios.
Para poder estudiar en la universidad tuvo que mudarse de casa y tener varios trabajos ocasionales, lo que le permitió obtener el título en criminología.
Mientras sus compañeros de clase subían al escenario para recibir sus diplomas, Jeric tenía miedo porque estaba solo.
"Sentí que mis lágrimas goteaban, me senté a un lado", escribió.
Pero cuando subió al escenario, uno de sus profesores vino al rescate. Los dos intercambiaron abrazos y Jeric recibió su diploma junto a alguien que lo apoyaba.
En su post en Facebook, Jeric agradeció a todos los que le ayudaron, incluyendo a su familia.
Aunque estos no tuvieron ningún interés en apoyarlo con su carrera académica, el joven contó con la suerte de encontrar un excelente sistema de apoyo en la universidad.
Otro estudiante que se graduó con mucho esfuerzo fue Joel Weber, de 25 años, quien construyó una casa de 44 metros cuadrados para evitar pagar el alquiler en la escuela.
Al regresar a la Universidad de Texas en Austin para cursar su tercer año, él decidió ahorrarse unos $19.200 durante dos años, mientras terminaba de estudiar. La residencia tiene dos ambientes, plomería, electricidad, ducha y estufa de propano.