Mujer sobrevive 17 días en un bosque de Hawái comiendo polillas y durmiendo en el barro
Pasaron 17 días desde que Amanda Eller fue vista por última vez es incluso desde que su auto fue visualizado cerca de una vasta reserva forestal en Hawai.
Con la desaparición de Amanda, miles de voluntarios de búsqueda recorrieron la selva y arroyos hawaianos. Incluso su familia ofreció una recompensa de 50.000 mil dólares a quien diera con su paradero.
Sin embargo, a menos de una hora de haber que darían dinero al que la hallara, los rescatistas informaron que Eller había aparecido y que tenía una pierna rota, quemaduras y rasguños, y un menisco desgarrado en la rodilla.
AFECTADA, PERO VIDA
"Quería rendirme", dijo Eller de 35 años, desde su cama del hospital la noche del viernes. "Pero la única opción que tenía era la vida o la muerte".
La fisioterapeuta e instructora de yoga, dijo que se perdió en la Reserva Forestal de Makawao en el lado norte de Maui el 8 de mayo, convirtiendo una caminata de tres millas en una pelea de dos semanas por su vida.
La reserva tiene más de 2,000 acres, y está rodeada por miles de acres de densos bosques llenos de empinados barrancos, rocas de lava, helechos gigantes y vegetación espesa que a menudo se debe cortar con machetes.
PERDIDA EN LA SELVA
Eller había tenido la intención de ir por un sendero corto, uno que había hecho antes. En un momento dado, se salió del camino para descansar, y cuando reanudó la caminata, se dio la vuelta.
"Quería volver por donde había venido, pero mi instinto me estaba guiando por otro camino, y tengo un instinto muy fuerte.”
Amanda estimó que había caminado continuamente desde las 10:30 am hasta alrededor de la medianoche del primer día, buscando su automóvil. La misma determinación que la llevó por mal camino la empujó a mantenerse con vida.
SIENDO FIEL A SUS INSTINTOS
"Escuché esta voz que decía: 'Si quieres vivir, sigue adelante' (…) Y tan pronto como dudara de mi intuición y tratara de ir por otro lado que no fuera lo que me decía, algo me detendría, una rama caería sobre mí, me golpearía el pie o me tropezaría. Así que yo estaba como, 'OK, solo hay una manera de salir'."
Amanda no solo tuvo que lidiar con la angustia de saberse perdida, sino que tuvo que soportar las temperaturas en el área que pueden descender muchísimo, con alta humedad, neblina fría y lluvia frecuente.
Eller llevaba una delgada camiseta sin mangas y pantalones largos de yoga. Había dejado su botella de agua, teléfono celular y billetera en su auto, lo que llevó a muchos a creer que había sido secuestrada, o algo peor. Ella lo había dejado todo porque planeó volver en poco tiempo.
AL TERCER DÍA
En el tercer día, cuando los oficiales de policía y los bomberos comenzaron a buscarla, Eller abandonó las esperanzas de encontrar el comienzo del sendero y comenzó a buscar agua.
Las cosas solo empeoraron. Ella cayó desde 6 metros de altura por un acantilado, fracturándose la pierna y rasgando el menisco en su rodilla. Al día siguiente, ella perdió sus zapatos en una inundación repentina. Ella se movió mucho más despacio después de eso.
"Durante todo el tiempo fui adentrándome en la jungla, aunque pensé que volvería al lugar de donde había partido", dijo.
USÓ A LA NATURALEZA COMO ABRIGO
Por la noche, Eller se cubrió con helechos, hojas y cualquier otra cosa que pudiera encontrar en el suelo. Algunas noches dormía en el barro.
Pasó una noche en la guarida de un jabalí. Comió todo lo que pudo salvar, incluidas frutas silvestre, las plantas que no pudo identificar y las polillas que aterrizaron en su cuerpo.
"Estaba tan flaca que realmente estaba empezando a dudar de si podría sobrevivir", dijo Eller. Ella había comenzado a gatear en lugar de caminar, y se enfrentó con una fuerte caída.
DEBAJO DE CADA PIEDRA
Mientras tanto, un ejército de voluntarios buscaba debajo de cada piedra buscándola.
Rapelearon en barrancos, buscaron en cuevas, se zambulleron en piscinas y navegaron en corrientes rápidas en busca de Eller.
Otros mataron jabalíes agresivos y revisaron sus intestinos en busca de restos humanos. Al menos un voluntario fue atacado por un jabalí.
El día 17, Amanda estaba cerca de un arroyo en busca de "alguna planta para cenar y un lugar para dormir que no estaba directamente en el barro" cuando vio un helicóptero.
Dijo que había visto y escuchado a varios helicópteros sobrevolarla durante su terrible experiencia, pero ninguno la había visto. Este lo hizo.
"Miré hacia arriba y estaban justo encima de mí", dijo. "Yo estaba como, 'Oh, Dios mío', y me quebré y comencé a llorar".
VIENDO UN POCO MÁS ALLÁ
Los trabajadores de rescate habían estado peinando el denso bosque de 1.5 millas alrededor del auto de Eller. Pero por un capricho, los buscadores en el helicóptero el viernes, decidieron ir más lejos, a unas siete millas del área central de búsqueda por aire, dijo Javier Canetellops, un coordinador de búsqueda que estaba en el helicóptero.
"Todos hicimos una doble toma", dijo, refiriéndose a cuando vieron a Eller. "Donde la encontramos es un área extremadamente traicionera".
La llevaron en avión a un aeropuerto y de ahí a un hospital, donde se espera que se recupere completamente de lo que llamó un "viaje espiritual" para mantenerse con vida.
"Siempre estoy endeudada y abrumada por la cantidad de personas que vinieron a ayudarme", dijo Eller. "Fue un milagro".
AGRADECIDA
Desde el hospital, Amanda envió un mensaje de agradecimiento y amor para todos los que estuvieron pendientes de su desaparición y para los que ayudaron en la búsqueda.
Ella se siente afortunada por la cobertura que le brindaron a su desaparición y por todo el esfuerzo que se realizó para que regresara a casa.
La joven perdió aproximadamente 7 kilos. “Llegó un punto en que se trataba de escoger entre la vida y la muerte, y yo escogí la vida (…) Los últimos días han sido los más duros de mi vida”.
Julia Eller, la madre de Amanda declaró ante los medios que su hija requiere recibir tratamiento médico para la fractura de su pierna y las lesiones de la piel.
Su madre dijo que en su corazón sabía que estaba viva. “Nunca perdí la esperanza ni por un minuto. Aunque a veces tuve momentos de desesperación, me mantuve fuerte por ella porque sabía que la encontraríamos si éramos persistentes”, dijo Julia Eller.
La historia de Amanda Eller ha dado la vuelta al mundo. Hoy, se siente afortunada de poder contarla.
Otra mujer que fue rescatada después de vagar desnuda por un denso bosque durante casi un mes también contó su historia y dijo estar agradecida de estar viva.
Lisa Theris y su familia. | Imagen: YouTube/Inside Edition
Lisa Theris, quien es legalmente ciega (carece de visión en un ojo), fue descubierta desnuda en el costado de una autopista en agosto de 2017.
Su piel estaba bronceada por el sol y todo su cuerpo cubierto de cicatrices por picaduras de insectos y hiedra venenosa. Conoce los detalles de su historia aquí.