Dylan Myers, el niño de 8 años con una rara condición genética que no lo deja crecer
No crecer jamás era el sueño de Peter Pan. Para este niño inglés, es la vida real. Ha superado todos los diagnósticos médicos que señalaban que no viviría más de un año, pero él sigue luchando.
Dylan Myers es de Ongar, Essex, Inglaterra. A sus 8 años de edad, su cuerpo es tan pequeño que fácilmente puede usar ropa para bebés de 12 meses. Incluso, tiene una silla para comer; una para bebés como asiento en el carro y también se baña en una bañera para pequeños, señala The Daily Mail.
Dylan pesa 12 kilogramos y mide 89 centímetros. Él solo crece 1 milímetro cada año. Su comportamiento también es el de un bebé, pues ni siquiera logra comunicarse hablando. Alcanza a decir algunas palabras cortas para identificar a cada uno de sus familiares cercanos, comenzando, claro está, con mamá.
“Gaga” le dice a su hermana mayor y “ee” a papá, mientras que el abuelo es llamado “bum bum”. Sus padres, a diario, deben resucitarlo cuando “muere” por 30 segundos al sufrir ataques de apnea.
Dylan es hijo de Danielle Myers, una pintora de 41 años, y Richard, un decorador de 44. Durante el embarazo, conocieron que el pequeño tenía problemas de salud y es que su corazón estaba al revés, según lo dejaba ver el ecosonograma. Para la familia, Dylan es un milagro. “Escuchar que tu bebé tendrá grandes problemas de salud es realmente devastador”
Dentro del progreso que ha tenido, y celebra la familia, es que ahora puede dar pequeños pasos por su cuenta. Su crecimiento, desde hace tres años, ha sido apenas de 1.5 centímetros. El niño recibe esteroides y sesiones de quimioterapia frecuentemente.
Hasta ahora ha sido diagnosticado con un “síndrome sin nombre”. Esto ocurre cuando el paciente tiene una condición genética que no ha podido ser identificada por los especialistas.
Generalmente, incluye problemas con los músculos y hasta la respiración, entre otros factores.
También con un “síndrome sin nombre” se conoció el caso de una pequeña, en Inglaterra, cuya madre empezó una campaña para crear conciencia, pues el desarrollo de su hija se detuvo a los cuatro meses de edad. Se trata de Jessica Hawley, de año y medio.
Ni ella ni Dylan son los únicos niños con enfermedades raras o que nadie ha podido identificar o nombrar.
Hace 23 años, los padres de Macauley Collinson recibieron una noticia con el nacimiento de su bebé. Había nacido con el Síndrome de Moebius, una extraña condición que no le permitiría sonreír o hablar.
A pesar de ese duro panorama, él disfruta la vida al máximo, aunque la gente a veces tenga una actitud un poco extraña hacia él.
"Lo peor es cuando la gente me juzga en función de mi apariencia y asume que necesito que me hablen como a un niño; sé que la gente no quiere decir nada malo con eso, pero es tan frustrante para alguien como yo", afirmó Collinson en una entrevista concedida en agosto de 2018, cuando ya tenía 22 años.