Una mamá se sienta junto a su hijo en la escuela para evitar que sea grosero con los maestros
Becky enfrentó a su hijo de 12 años luego que este le faltara el respeto desafiando su autoridad.
"Se puso tan rojo... No hay con lo que pueda compararlo", declaró Becky Crandley luego de llegar sorpresivamente a la clase de matemática de su hijo Harley para enseñarle una lección de obediencia y buen comportamiento.
Esta madre de 30 años no dudó en tomar al toro por los cuernos y disciplinar al estudiante de 8vo grado de la escuela Sittingbourne Community College, en Kent, Inglaterra, pues la institución aseguró en repetidas ocasiones que el chico había estado mostrando una actitud negativa.
Jovencito con mala actitud. │Imagen tomada de: Pixabay
EXPERIMENTO SORPRESA
La escuela y Becky habían estado notando el mal comportamiento del jovencito de 12 años desde el año pasado, aunque esperaban notar algún cambio en su comportamiento, pero no fue así.
"Todo comenzó el año pasado con su cambio de comportamiento, creo que es parte del crecimiento, pero es su grosería y falta de respeto lo que no puedo soportar", compartió la preocupada madre.
A pesar de las amenazas de ir con él a clases para supervisar sus acciones, el jovencito hizo caso omiso a las advertencias, por lo que Crandley llevó sus palabras a la acción con la ayuda del colegio y apareció repentinamente en la clase de matemáticas del adolescente.
LA LECCIÓN DE VIDA
"No tenía ni idea, y estaba muy avergonzado, me presentaron como su madre", aseguró Becky quien además publicó la historia a través de su cuenta de Facebook.
"Una cosa que no toleraré es la falta de respeto de mis hijos hacia cualquier mujer y mi hijo mayor ha sido grosero recientemente en la escuela secundaria con sus maestras", explicó la aguerrida mamá que disfrutó ver la expresión de Harley al enfrentar el embarazoso momento.
Madre hablando con su hijo. │Imagen tomada de: Pixabay
“Los niños de ahora se vuelven peores cada segundo, creo que más padres necesitan actuar sobre la conducta de sus hijos”, concluyó la mujer que a pesar de ser cariñosa con sus crías, también asegura tener mano dura cuando es necesario y acciones como esta, la respaldan.
Como ella, Heidi Johnson también le brindó un valioso aprendizaje a su hijo Aaron de 13 años, quien con la pubertad también conoció la arrogancia, algo que su madre no podía permitir y que con una carta acabó.