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Perrita mostró preocupación por su mejor amigo mientras era operado por el veterinario

Cuando Kira Wilson tuvo que dejar a Laszlo, su bulldog francés, en la oficina del veterinario para pruebas y cirugía a principios de septiembre, se encontraba bastante nerviosa.

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A lo que Kira regresó a su hogar, se percató de que otro miembro de la familia estaba aún más preocupado que ella. Se trataba de su querida labrador marrón chocolate, Hannah.

Wilson contó lo que sucedió a The Dodo: "Llegué a casa y Hannah vio que no tenía a Laszlo conmigo. Comenzó a llorar. Estaba muy triste. Nunca la había visto así antes".

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Resulta que los dos perros son inseparables. Wilson cuenta que la primera vez que llevó a Laszlo a su casa (vive cerca de Dayton, Ohio) a principios de este mes, estaba un poco algo nerviosa por la posible reacción de Hannah.

Sobre todo porque existe una diferencia importante de 45 kilos entre ellos. Desde el primer día, se la pasan juntos y tienen una tierna amistad.

Dicho vínculo demostró ser lo suficientemente fuerte durante la estadía de Laszlo en el veterinario. Tanto Wilson como Hannah extrañaban al pequeño bulldog hasta que finalmente, Kira recibió buenas noticias.

Hannah se emociona al ver a Laszlo de vuelta. | Fuente: Facebook/WatchdogMary

Hannah se emociona al ver a Laszlo de vuelta. | Fuente: Facebook/WatchdogMary

Le notificaron que Laszlo se encontraba bien y que ya podía llevárselo de vuelta a la casa.

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Como era de esperarse, Hannah está más feliz que nunca con el regreso de su amigo y no le quita un ojo de encima. Incluso se asegura de que esté en su caja por la noche antes de irse a dormir.

De acuerdo con Kira Wilson, Hannah ha tratado de mantener un trato más gentil y cordial con Laszlo, pues percibe que algo le pasa:

"De alguna manera sabe que está herido, por lo que ni siquiera lo toca", dijo Wilson. "Ella simplemente deja que él se recueste sobre ella y haga lo que sea. Pero ella está allí. Siempre cerca. Puedo decir con la mayor confianza que son los mejores amigos de por vida. Hacen que mi corazón sea tan feliz".

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En una historia similar, un perrito de nueve años llamado Harry dejó espacio en el cojín de dormir para su mejor amigo que murió hace un año. Su dueña tomó una fotografía del momento, en la cual se aprecia a Harry descansando su cabeza sobre el cojín donde su amigo, George, solía dormir antes de que falleciera.

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