Irene Villa: la víctima de un ataque terrorista que ha aprendido a perdonar
La periodista y escritora ha demostrado desde su infancia que no hay obstáculos para ser feliz y lograr los sueños. La perseverancia y el perdón han sido sus mejores armas para llevar una vida completamente normal contra todo pronóstico.
En 1991, Irene Villa, de 12 años, viajaba con su madre camino a casa después del colegio, y ambas fueron víctimas de un atentado terrorista del grupo ETA.
Villa perdió las dos piernas y los dedos de una mano. Su situación fue tan crítica que su padre le pidió a los médicos "que no la salvaran” porque pensó que iba a sufrir mucho durante su vida por las secuelas del atentado.
EL SHOCK DE LAS SECUELAS
Sin embargo, hoy es periodista, escritora y campeona paralímpica de esquí alpino. Irene se casó y tiene tres hijos, un proyecto de vida al que se ha dedicado y la hace totalmente feliz.
Durante una entrevista con Risto Mejide en “Chester”, Irene contó su historia y cómo logró superar las consecuencia físicas, psicológicas y emocionales con ayuda de sus padres y su madre, quien también perdió una mano y un pie en la tragedia.
Villa comentó que en el hospital entró en shock tras levantar las sábanas y descubrir que no tenía piernas. Según ella, sus gritos se escucharon por todo el recinto.
“Mi padre cuando ya se recompuso me dio un poco la clave de la vida. Me dijo cierra los ojos, te podías haber quedado ciega. Me cambió el foco, en lugar de llorar porque no tenía piernas dije: ‘pues encima tengo que dar gracias’”.
Su madre estuvo invitada también al programa con Risto, donde compartió el emotivo momento en el que se enteró tras varias horas en el hospital que su hija no había muerto. Asimismo, contó cómo puso a escoger a su hija entre las dos opciones que cambiarían el rumbo de su tragedia para siempre.
DOS OPCIONES DE VIDA
"Hija esto no tiene un por qué, hay gente en este país que cree que los demás somos sus enemigos y nos matan, pero no a ti ni a mi sino a cualquiera. Lo que tenemos es irreversible. Podemos tomar dos caminos, uno, odiar y maldecir a los que nos han hecho esto porque tenemos todo el derecho del mundo. Esto implica que el odio te envenena la sangre y no les llega a ellos, si les llegara los odiaríamos todo el tiempo, pero a ellos no les va a llegar. Las únicas perjudicadas somos nosotras”, empezó diciendo a su hija que lloraba desconsolada.
Y prosiguió: “También hay otro camino, pensar que hemos nacido así, hay mucha gente que nace sin piernas, sin brazos y es feliz. Y necesitamos todas las energías que tenemos para ser felices. Tú piensa lo que quieres hacer que yo te voy a acompañar en la decisión que tomes, si quieres odiar odiamos y si quieres perdonar perdonamos”.
LA DECISIÓN QUE LA SACÓ A FLOTE
Irene Villa tomó la decisión de perdonar y construir una vida con lo que quedaba intacto en ella porque considera que esa es la única herramienta para ser feliz. Así lo demostró en el documental de Juan Manuel Cotelo "El mayor regalo", donde fue una de las historias de perdón que se presentan en la producción.
"... Esto implica que el odio te envenena la sangre y no les llega a ellos, si les llegara los odiaríamos todo el tiempo, pero a ellos no les va a llegar. Las únicas perjudicadas somos nosotras.”
SU MATRIMONIO
La deportista estuvo casada por siete años con el padre de sus tres hijos, Juan Pablo Lauro. A finales de noviembre de 2018 se conoció que su relación llegaba a su fin.
Recientemente, los medios filtraron que él ya tiene una nueva pareja y la armoniosa reacción de Villa con la nueva pareja de su ex tomó por sorpresa, una vez más, a la opinión pública.