Niño discapacitado es obligado a separarse de su amado perro de tres patas por coronavirus
Dos fieles amigos han sido separados en medio del confinamiento por la pandemia. Un niño ha tenido que verse lejos de la mascota que le ha acompañado durante siete años.
Haatchi es un hermoso perro pastor de tres patas, pero mucho más allá de eso es también el mejor amigo de Owen Howkins, de 13 años de edad. Por ello ha resultado tan difícil la separación temporal de ambos.
El hermoso perro tiene su propia cuenta en Facebook, en la que su familia humana comparte muchos de sus instantes con el niño. Fue precisamente allí que anunciaron que por precaución Owen fue llevado a casa de su madre Kim, en la ciudad inglesa de Oxford, con el fin de evitar cualquier riesgo de contagio de coronavirus para él.
La decisión fue tomada luego de consultarlo entre el personal médico que atiende Owen, su equipo de la escuela y la familia, claro está.
“Estamos devastados pero sabemos en nuestros corazones que esta es absoluta e incuestionablemente la decisión correcta. Nos mantendremos en contacto constantemente con él a través del teléfono”, comentaron también en la publicación.
Haatchi y Owen han sido inseparables y mejores amigos desde hace siete años, cuando su familia salvara al can de un cruel destino. Al llevarlo a casa de inmediato nació un fuerte lazo entre niño y mascota que se fortalece cada día.
"Fue muy difícil decirle adiós a Haatchi. Él es mi mejor amigo en el mundo. Le cuento todo y me acurruco en él cada noche porque es tan grande y mimoso", dijo Owen al Daily Mail.
En la casa del padre de Owen, en la ciudad de Basingstoke, es inevitable notar lo mucho que Haatchi extraña a su amigo. Tal como han señalado a la prensa, el gigante perro se queda todo el día mirando por la ventana y espera el regreso de su amigo.
Así lo ha hecho durante las seis semanas que el niño se ha ido de casa. El pastor solo se mueve en la noche para dormir, pero a la mañana siguiente regresa a la ventana.
Owen nació con una rara alteración muscular que no le permite caminar bien y tampoco respirar con facilidad. Cada noche debe dormir con un respirador artificial.
La decisión de trasladarlo a casa de su madre fue tomada porque su madrastra Colleen trabaja en los servicios de emergencia médica y por la vulnerabilidad del niño, también llamado con cariño “Little B”, debe mantenerse alejado de cualquier riesgo de contraer coronavirus.
Owen tiene síndrome de Schwartz-Jampel. Una condición que afecta los músculos y huesos y ha sido diagnosticada en menos de 50 personas en el mundo. La esperanza de vida de alguien con su diagnóstico es similar a la de una persona normal.
La leal amistad que ha nacido de manera instantánea entre ambos ha inspirado a tantas personas que su tierna historia llegó a ser relatada en un exitoso libro, así como en una película documental que fue difundida a través de YouTube.
La conexión entre un niño y su mascota puede realmente llegar a ser muy especial. Sin duda uno de los lazos más fuertes de fidelidad que puedan llegar a verse.