Chiste del día: De camino al aeropuerto, el Papa le pregunta a su conductor si puede conducir
Después de años sin estar ante un volante, el Papa siente la tentación de manejar el taxi que lo lleva, pero su impericia hace que lo detenga un policía que no logra salir de su asombro.
Montado en un taxi camino al aeropuerto, el Papa se percata de que tiene tiempo de sobra para llegar a su destino.
Ante la expectativa de pasar horas aburrido a la espera de su vuelo, se le ocurre una idea. Le pregunta a su conductor si podría conducir el vehículo porque tienen mucho tiempo libre y no ha podido conducir un automóvil desde que se convirtió en Papa.
Un sacerdote durante una misa. | Foto: Shutterstock
El taxista acepta la propuesta y cede el volante a su eminencia, a quien los años sin manejar le han pasado factura, por lo que su torpeza llama la atención de una patrulla de camino que enciende las luces para indicarle que se detenga.
El oficial se acerca a la ventanilla, y en su rostro resulta evidente que está muy sorprendido. Le pide al Papa que se espere unos minutos y se dirige de inmediato a su patrulla, desde donde hace una llamada por radio a su jefe.
Taxi en una parada concurrida. | Foto: Shutterstock
"Jefe, tenemos una situación. Detuve a una figura importante", dice el oficial a su jefe.
El jefe le pregunta qué tan importante es la figura, y si se trata de un gobernador o equivalente. El funcionario le dice sin dudar que está seguro de que es una personalidad mucho más importante.
Cada vez más impaciente, el jefe le pregunta si se trata de una celebridad, recibiendo una nueva negativa, por lo que infiere que se debe tratar de un político muy importante.
Patrulla de policía. | Foto: Shutterstock
"No señor, él es más grande que eso", dice convencido el patrullero. Ya totalmente alterado, el jefe se deja de adivinanzas y pregunta en forma hostil que a quién demonios detuvo.
"Señor, en realidad, no estoy seguro, pero el Papa es su conductor", dice finalmente el policía.
Sacerdote con manos de rezo. | Foto: Shutterstock
EL PAPA Y EL ABOGADO
En las puertas del cielo, San Pedro recibió al Papa y a un abogado que habían fallecido en un accidente. El anciano buscó a cada uno por su nombre en su gran libro.
"Si vienen conmigo, les mostraré sus eternas moradas", les dijo San Pedro a ambos.
A lo largo de un camino de nubes, los tres hombres llegaron a una mansión increíble con todo tipo de lujos. San Pedro se dirigió al abogado y le dijo que esa sería su casa.
Las puertas del cielo. | Foto: Shutterstock
La emoción del Papa fue muy grande, imaginando que dado su rango en la iglesia católica, su casa sería inimaginable.
Sin embargo, luego de una caminata, ambos llegaron a una pequeña choza destartalada de madera y San Pedro le dijo que esta sería su morada. El Papa se mostró muy sorprendido y no pudo evitar pedirle una explicación.
“Ese otro tipo era abogado y consigue una mansión. Yo era el jefe de la iglesia católica romana, ¿y esta es toda la recompensa que recibo?”.
Escritorio de un juez. | Foto: Shutterstock
San Pedro lo miró con detenimiento y tuvo que admitir que sabía que el Papa había hecho grandes cosas, agregando “pero hay muchos Papas en el cielo, y ese tipo fue el primer abogado en llegar aquí". Para más chistes, haz clic aquí.