Irene Villa vivió una tragedia que cambió su vida pero no borró la sonrisa de su rostro
La periodista tuvo que armarse de fortaleza durante su niñez para poder encarar la terrible situación que le tocó vivir, después de que ella y su madre sufrieron un atentado hace casi 29 años.
El 17 de octubre de 1991, Irene Villa perdió las piernas y parte de una mano debido a una explosión generada por el artefacto explosivo que colocó el grupo terrorista ETA en el automóvil de su madre, María Jesús González.
UNA TERRIBLE TRAGEDIA
Samanta Villar recordó la vida de la periodista en su programa ‘Samanta y la vida de...’, donde señaló que su colega experimentó un inmenso dolor y se enfrentó a un gran reto desde muy temprana edad.
Hoy en día, es una mujer fuerte y valiente que, a pesar de la situación tan complicada que vivió cuando tenía tan solo 12 años de edad, no duda en encarar la vida con una sonrisa y lucha para vivir plenamente.
LOS HECHOS DE AQUEL DÍA
Irene le contó a Samanta cómo ocurrieron las cosas aquel fatídico día, y cómo fue que se dieron cuenta de que había sobrevivido a la explosión.
“Parecía que estaba muerta y decían: ‘A por la madre que la niña está muerta’, y se llevaron a mi madre”, recordó Irene durante el programa.
Señaló que, mientras todavía continuaba tirada en el suelo, alguien le dio la vuelta y comprobó que tenía pulso. “Que la niña también está viva”, dijeron los presentes, según contó la también escritora.
La joven perdió ambas piernas y parte de su mano izquierda en la tragedia, y su madre, una funcionaria de la Comisaría de Los Cármenes, perdió una pierna y una mano.
Sobre esto, Samanta manifestó estar sorprendida de que no se desangraran mientras las trasladaban al Hospital Gómez Ulla, e Irene le dijo que el fuego de la explosión cauterizó sus heridas.
UN MILAGRO ESTAR VIVA
Sin embargo, indicó que el automóvil se abrió debido al estallido y eso fue lo que evitó que se quemaran por completo. “Como se abre el techo, se abre todo, salimos de ahí sin piernas, pero vivas”, dijo.
A pesar de aquel atentado que cambió su vida, la periodista, que también es deportista de esquí alpino adaptado, contó su terrible experiencia con mucha serenidad, pues considera que, el hecho de que su madre y ella sobrevivieran es un milagro.
INESPERADO REENCUENTRO
A pesar de haber tenido una dura rehabilitación tras el atentado, Irene le contó a Samanta que recuerda con un inmenso cariño a Juan Lechón, el fisioterapeuta que le enseñó a caminar nuevamente.
Señaló que es una de las personas de su pasado a las que le encantaría ver otra vez y contó que él lograba sacarle una sonrisa en medio del dolor.
“Ay, ay, ay… pues guarda para cuando no hay”, le decía Juan a Irene cuando se quejaba mucho, según contó ella misma en el programa donde hizo un repaso de su vida.
Samanta planificó desde antes un encuentro con el fisioterapeuta para una entrevista y se lo manifestó a Irene, algo que la dejó muy sorprendida, pues no se esperaba encontrarse en ese momento con quien le enseñó a caminar de nuevo.
Según señaló la conductora, Juan desconocía que, quien fue su paciente años atrás, estaría presente, por lo que, al momento de ver a Irene, también se llevó una grata sorpresa.
Ambos aseguraron que la experiencia de la tortuosa rehabilitación forjó una linda relación entre ellos, pues él siempre le brindó su apoyo en medio de la recuperación.
PRIMERAS RELACIONES AMOROSAS
Por otra parte, tras hacer un repaso de su infancia y adolescencia durante el programa, Irene también habló sobre sus primeras relaciones sentimentales, recordando que experimentó su primer beso cuando tenía unos 14 o 15 años de edad.
Señaló que aquel momento romántico tuvo lugar mientras ella y el chico que la besó escuchaban la canción ‘Sabor de amor’, de la agrupación Danza Invisible.
Incluso contó que tuvo su primera relación íntima a los 15 años. El no tener piernas no le impidió a Irene vivir de manera natural su adolescencia y experimentar el amor como cualquier otra chica.