Joaquín Torres se sincera sobre la muerte de su hermano, víctima de una sobredosis

El llamado “arquitecto de los famosos” abrió su corazón en una entrevista donde revivió uno de los episodios más traumáticos de su vida: la muerte de su hermano.

Para Joaquín Torres, hablar de su vida pasada tras años de silencio y tabúes familiares siempre resulta liberador.

En esta oportunidad la colaboradora de la revista Lecturas, Toñi Moreno, tuvo el gusto de conocer un ser humano cariñoso y lleno de generosidad. Torres le permitió asomarse a su vida y ver a través de sus ojos cómo vivió la muerte por sobredosis de su hermano.

La vida de Joaquín con su hermano Juancho no fue sencilla. En un hogar donde los problemas no se hablaban, la sexualidad del artista era rechazada por todos, en especial por su hermano.

A lo largo de su vida juntos, Juancho fue implacable con Joaquín. Criticaba su evidente homosexualidad ante sus amigos, se burlaba de él y en muchas ocasiones, le causaba maltrato físico.

El sentimiento del arquitecto hacia su hermano se alejaba mucho del amor, y cuando Juancho se hizo adicto a las drogas, no supo entender que estaba pidiendo ayuda.

"Es muy difícil vivir con una persona drogodependiente y yo no tenía la madurez para entenderlo”, explica Torres.

Con tan solo 23 años, Joaquín no tuvo la capacidad de entender que la adicción lo hacía una persona enferma, débil, necesitada de ayuda y apoyo. En lugar de eso, tan solo lo percibía como un enemigo.

“Cuando murió de una sobredosis, me di cuenta de lo poco generoso que fui con él (...) lo odiaba, no supe entender que estaba metido en un mundo horrible", dijo Joaquín con emotividad.

La culpa ha sido una carga que ha llevado desde entonces. Ambos eran víctimas de una familia donde no se exteriorizan los problemas y una cultura que rechaza al que es diferente. Se ahogaban en sus sentimientos.

Tras la muerte de su hermano, Joaquín decidió irse de su casa. Este fue el primer paso para encontrar su propia voz y liberarse como ser humano.

AYUDANDO AL PRÓJIMO

No es posible cambiar el pasado, y eso es algo que Torres tiene muy claro. Sin embargo, en el pasar de los años y en especial después de aceptarse a sí mismo y a su sexualidad, ha aprendido a ser mucho más empático con el prójimo.

Empezó con sus padres, cuya manera de amar es diferente a la de él, no obstante igual de válida. Joaquín se ha acercado a ellos y la familia ha logrado una mejor relación.

“No estuve a la altura, ahora intento estarlo, sé que estoy ayudando a mucha gente, pero a mi hermano no lo ayudé”, dijo Torres con resignación algunos años atrás conversando con Jorge Javier Vázquez, según cita Telecinco.