Una mujer de 42 años se ve casi irreconocible tras perder 67 kilos solamente caminando

Bajar de peso para estar saludable es un objetivo muy común, pero absurdamente complejo para la mayoría. Roxanne logró hacerlo y hoy sigue caminando con decenas de kilos menos.

Es conocido por todos que no hay atajos reales para perder peso; la fórmula sigue siendo una adecuada alimentación y ejercicios. Pero para que eso funcione realmente, algo más debe cambiar.

Eso fue lo que finalmente descubrió Roxanne Mullenberg, de 42 años, residente de Dakota del Norte. En AmoMama te contamos cómo lo logró.

DESAFÍO A PIE

Para Roxanne, el sobrepeso era parte de su vida desde que tenía memoria. Y no solo ella, su hermana también sufrió del mismo problema, así como otros miembros de su familia.

A lo largo de su vida probó, como muchas personas, innumerables métodos para bajar de peso, pero ninguno funcionó a largo plazo. El peso siempre volvía, incluso a veces con refuerzos.

Algo sí tenía muy claro: no se sometería a una cirugía para lograrlo. Su hermana lo había intentado en 2014 y cuando estaba recuperándose en casa tuvo una emergencia y murió. Un coágulo de sangre producido a raíz de la cirugía fue el responsable.

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Criando al hijo de su hermana que había adoptado tras su fallecimiento, Roxanne sintió la necesidad de hacer algo para mejorar su salud. El niño tenía el derecho a crecer con una madre.

Una prima le comentó que algunos miembros de la familia tenían problemas en la tiroides. Eso le permitió a esta vicepresidente y gerente de proyectos bancarios obtener un diagnóstico.

Pero tomar el reemplazo de hormonas tiroideas no se tradujo en un peso más bajo. En 2020, en su lugar de trabajo sus compañeros se animaron a hacer un “desafío a pie”. Consistía en una competencia con informes semanales.

“Yo pensaba: Esto será genial para mí. Empezaré a hacerlo. Me dará una motivación diferente, un desafío y una responsabilidad diferentes”, se dijo Mullenberg, según recoge Today.

PENSANDO DISTINTO

Casi de inmediato comenzó la pandemia por el covid-19 y para Roxanne las caminatas se convirtieron en una maravillosa oportunidad de pensar y disfrutar el aire libre. Comenzó a hacerlo con su hijo, compartiendo así valiosos momentos juntos.

Pronto pasó a caminar unos 80 minutos diarios, distribuidos a lo largo del día y aunque se sentía mucho mejor y más ágil, el peso no respondía como hubiera querido. Eso la llevó a inscribirse en un programa de alimentación.

El objetivo del programa es cambiar los malos hábitos alimenticios y enseñar al organismo a preferir las proteínas, frutas y vegetales con una mínima cantidad de carbohidratos. Y al fin comenzó a ver resultados importantes.

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“Me siento más como yo. Tengo más energía y estoy volviendo a tener confianza en mí misma y, en general, me siento como yo”, expresó la mujer, que ya ha perdido cerca de 67 kilos.

Actualmente, Roxanne concluye que la clave fue cambiar su manera de pensar, salir de su zona de confort y animarse con alimentos distintos, rutinas nuevas y metas factibles.