Familia de Sonia Iglesias, a 11 años de su desaparición: "Lo que no se hizo, ahora es tarde"
Sonia Iglesias Eirín desapareció el 18 de agosto de 2010. Tenía 37 años. El único imputado en el caso falleció en 2020, y la familia desespera de saber alguna vez qué fue de ella.
La mañana de aquel fatídico día, Sonia salió de su piso en Pontevedra junto a Julio Araújo, su pareja. La última vez que alguien dice haberla visto, fue para visitar a un zapatero y dejarle unas sandalias para reparar.
Sonia Iglesias. | Foto: YouTube/Televisión de Galicia
Tras esto, Sonia habría seguido a pie para ir a su trabajo en un comercio. Pero nunca llegó a la tienda de ropa en la que trabajaba.
Esa ausencia fue la primera alarma. Luego comenzaron las búsquedas y rastrillajes en la zona, que no consiguieron hallarla jamás.
Lo único que apareció, tirado en un barrio bajo cercano, fue su cartera. Se barajaron varias opciones al respecto: que ella misma la hubiera tirado, que la hubiera hallado alguien o que alguien la haya arrojado para confundir la pista.
En todo caso, ese es un enigma que sigue sin respuesta. El único imputado por la desaparición sigue siendo Araújo, su pareja y padre de su único hijo, que al momento del suceso tenía tan solo 8 años.
Fue investigado desde el comienzo, e imputado dos años después, pero no se hallaron pruebas que lo incriminaran. En 2018 el caso se reabrió y se hizo un registro de su propiedad y un nicho de su familia, pero no se halló nada.
La zapatería donde fue vista por última vez. | Foto: YouTube/laSexta Noticias
Sin pruebas nuevamente, la causa se archivó. La imputación a Araújo fue retirada. El año pasado, él falleció, a causa de un cáncer de pulmón, a los 62 años. La familia de Sonia está convencida de que se ha llevado con él muchas respuestas.
El caso "está judicialmente parado y a nivel policial no volvimos a tener noticias desde ese registro, aunque no creo que haya más novedades", sostiene Mari Carmen, una hermana de la desaparecida, sin esperanzas. Del entorno de Araújo, asegura: "sospechamos que saben algo pero que nunca lo van a decir".
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Los familiares de Sonia están convencidos de que la mujer fue asesinada, y que han hecho desaparecer el cuerpo. "Si hubiese alguna posibilidad de lo contrario, mi hermana daría señales de vida", asegura Mari Carmen.
También cree que "lo que no se hizo en su momento, ahora es tarde", y que el caso "será muy difícil o imposible de resolver". El dolor no se quita, pero la esperanza se ha desvanecido.
Hasta el año pasado, la familia solía salir por las calles de Pontevedra para avivar el recuerdo y pedir que el caso se resuelva. Sin embargo, han decidido que dejarán de hacerlo.
Concentración para pedir certezas y justicia por Sonia. | Foto: YouTube/laSexta Noticias
"Su hijo es mayor de edad", explica. "Lo hice mientras fue menor, y él ahora quiere seguir adelante olvidándose de todo esto".
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Fue él quien inició los trámites para declarar oficialmente fallecida a su madre. Este año, también, falleció el padre de Sonia, que nunca pudo volver a saber nada de ella. Restan en la familia la herida y las preguntas sin respuesta.
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