Angie Dickinson rechazó muchos papeles para cuidar su hija enferma cuya vida terminó trágicamente en 2007 a los 40 años
La hija de Angie Dickinson y Burt Bacharach enfrentó dificultades toda su vida, desde el día que vino al mundo. Vivió más de 27 años sin recibir un diagnóstico real, y murió trágicamente a los 40 años.
Nikki Bacharach nació en el verano de 1966, cuando sus padres estaban en la cima de sus carreras. Angie Dickinson era una despampanante actriz que había compartido créditos con Frank Sinatra y John Wayne.
Su padre, Burt Bacharach, fue un talentoso compositor, autor de éxitos cantados por Dionne Warwick, Tom Jones, y Dusty Springfield. Ganó dos premios Oscar por sus composiciones.
Burt Bacharach, Angie Dickinson y Nikki Bacharach en Los Angeles en 1974. | Foto: Getty Images
Dickinson rompió fuente tres meses antes de tiempo. Era un embarazo de alto riesgo, así que los doctores le habían recomendado reposo. Sin embargo, Angie sufrió una infección.
Cuando partió al hospital, creía que su bebé no sobreviviría por ser demasiado prematuro. Pero la pequeña lo logró. Vino al mundo como una frágil y diminuta recién nacida, con un peso de poco más de 700 gramos.
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Inmediatamente fue llevada a una incubadora, donde pasaría los siguientes tres meses. Al dejar el hospital pesaba ya más de dos kilos, y según escribió su madre años después, "lucía normal y contenta".
Antes de cumplir un año de vida, la pequeña comenzó a sufrir problemas de salud. En su ensayo para la revista LA Mag, Angie contó que Nikki tenía problemas de vista, y recibió un diagnóstico de estrabismo.
Angie Dickinson en foto de archivo de 1965. | Foto: Getty Images
La niña no habló hasta los tres años, pero su desarrollo en otras áreas fue perfectamente normal. La pequeña Nikki resaltaba en ballet, gimnasia, equitación, natación y buceo.
También llegó a ser todo un prodigio del piano con apenas cuatro años de edad. Podía inventar melodías, letras y ritmos y armonizarlos, un talento que de seguro heredó de su padre.
La mayoría de los problemas de Nikki tenían que ver con su condición: el síndrome de Asperger. Este síndrome es un antiguo diagnóstico para ciertas personas en el espectro autista, aunque hoy en día está en desuso.
Su principal carencia eran mecanismos de adaptación. Nikki no tenía la capacidad de adaptarse a prácticamente ningún cambio. En el ensayo, Angie habló sobre la "incapacidad para afrontar cosas" de su hija.
"Cualquier ruido que te molesta, cualquier decepción, cualquier miedo, cualquier dolor, cualquier agotamiento, cualquier tristeza. Ansiedad, frustración, abandono. Pérdida, miedo de perder. No tienes forma de superarlo. Afecta cada aliento que tomas", dijo Angie.
Burt Bacharach, Angie Dickinson y Nikki Bacharach en Los Angeles en 1974. | Foto: Getty Images
La condición de Nikki fue dura para la vida personal y profesional de su madre. Angie decidió trabajar menos hasta que su niña tuviera siete años, para poder darle la atención especial que necesitaba.
Sin embargo, durante ese tiempo no dejó atrás la actuación del todo, sino que balanceó las prioridades de su vida. La actriz afirma que esa atención extra permitió a su hija progresar.
"El amor total y la unión total. Estaba continuamente manteniéndola conectada, hablando con ella, abrazándola, manteniéndola en un plano de comodidad y familiaridad", dijo Angie.
Decidieron inscribir a la niña en UCLA Lab School, una escuela experimental para niños de todo tipo, algunos con discapacidades. La pequeña fue acosada en la escuela y sufrió de bullying y críticas constantes, pero también logró forjar amistades.
Dickinson dice que a medida que Nikki iba creciendo, su temperamento fue empeorando. Su incapacidad de lidiar con muchas cosas la hacía patear paredes o romper libros de la frustración.
Burt Bacharach, Angie Dickinson y Nikki Bacharach en Los Angeles en 1974. | Foto: Getty Images
Lo que más confundía a Burt y Angie era que las pruebas decían que su hija tenía un retraso intelectual, pero podía tocar el piano a la perfección y hacer amigos. Nikki comenzó a ver un terapeuta, y luego un psiquiatra.
Pero ni los profesionales pudieron darles respuestas. Su conducta era cada vez más problemática, y los padres no sabían como manejarla. Finalmente, la internaron en un hospital psiquiátrico, el Constance Bultman Wilson Center in Faribault de Minnesota.
Allí, Nikki pasaría los próximos diez años. Según su madre, le fue "increíblemente bien" a pesar de que la institución no pudo ayudarla. En el 2000, Angie se topó con un artículo sobre el síndrome de Asperger, y finalmente supo el nombre de la condición de su hija.
La gente con Asperger tiene alto grado de inteligencia y mucho conocimiento sobre temas muy específicos, pero cero habilidad social. Eso resonó con Angie.
La condición de Nikki empeoró en la última década de su vida. Tras probar de todo, Angie halló la única solución: dedicarse 100% a la vida de su hija. Dijo que funcionó. Madre e hija hicieron todo juntas desde ese día en adelante.
Burt Bacharach, Angie Dickinson y Nikki Bacharach en 1969 en Hollywood. | Foto: Getty Images
Pero trágicamente, Nikki se suicidó a los 40 años de edad, en 2007. Su muerte tomó a sus padres por sorpresa, y fue una fuente de infinito pesar para ambos.
Justo después de su muerte, a Burt se le ocurrió escribir las memorias de su hija en su nombre. Le tomó más de cinco años completar la tarea, pero finalmente publicó la biografía "Anyone Who Had a Heart: My Life and Music" (Cualquiera Que Tenga Corazón: Mi Vida y Música).
El libro de Bacharach dijo que revisitar los recuerdos de su hija fue una experiencia fuerte y llena de emociones. Cuando Nikki llegó al punto de que no podía lidiar ni con el sonido de un helicóptero pasando, comenzó a amenazar con suicidarse.
Pero a pesar de las amenazas de Nikki, Burt jamás pensó que realmente pondría fin a su propia vida. "Lo oyes tanto que sabes que no va a pasar, y luego un día va y se mata", dijo el hombre en entrevista con USA Today.
Bacharach y Dickinson se divorciaron cuando Nikki era joven. Angie actuó en cine y televisión hasta el 2009. Su papel mejor conocido fue la serie de los 70, 'Police Woman'. Tuvo otros icónicos roles en "Ocean's Eleven", "Sabrina" y "Dressed To Kill".
Burt Bacharach en 1987 en Los Angeles, California. | Foto: Getty Images
Por su parte, el galardonado compositor de clásicos como "Raindrops Keep Fallin' on My Head", "Close to You" de The Carpenters, y "I'll Never Fall in Love Again" sigue activo en el mundo de la música.
Sin embargo, sigue atormentado por la muerte de su hija. De hecho, Nikki le dejó una nota a Burt que fue hallada en su departamento cuando hallaron su cuerpo. Burt dijo que jamás ha leído la nota, porque ya sabe lo que dice.
En México el Sistema Nacional de Apoyo, Consejo Psicológico e Intervención en Crisis por Teléfono ofrece atención a través del 0155 5259-8121. En Estados Unidos, puede llamar a la Red Nacional de Prevención del Suicidio al 1-888-628-9454. En España, llame al Teléfono contra el Suicidio a través del 911 385 385. Otras líneas internacionales de ayuda al suicida pueden encontrarse en befrienders.org.
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