Mujer salva a un hombre inconsciente en el parque, luego su perro la lleva a su casa - Historia del día

Cuando Alex sintió un extraño dolor y se desmayó, su perro Timy lo rodeó. Le ladró a los extraños pidiendo ayuda, pero nadie respondió, excepto una mujer.

"¡Cálmate, muchacho!", dijo Bárbara mientras acariciaba la cabeza de Timy. El animal no paraba de ladrar y la halaba de la camisa de la dama mientras ella hablaba con el médico de guardia.

"Sí, doctor. Entonces, ¿está bien ahora? ¿Hay alguien de su familia con quien pueda contactar para informarle de la situación?".

"El paciente sigue inconsciente, señora, así que no lo sabemos", respondió el médico. "Pero gracias a que usted contactó la ambulancia rápido, se salvó. Si no lo hubieran traído a tiempo, sería otra historia. De hecho, yo diría que fue un milagro".

"¿Pero qué le había pasado exactamente, doctor?", preguntó Bárbara con curiosidad. "No presentaba ningún síntoma de una enfermedad grave".

"Bueno, hemos encontrado una sustancia extraña en el torrente sanguíneo del paciente, señora", explicó el médico. "Hemos logrado sacarla del cuerpo, pero tenemos que realizar algunas pruebas para verificar qué es exactamente".

"¿Una sustancia extraña en el torrente sanguíneo? Pero, doctor..." Antes de que Bárbara pudiera terminar su frase, Timy se abalanzó sobre ella, y su teléfono cayó en el suelo.

Bárbara perdió la calma. "¡Ya basta, perrito! Tendré que atarte si no te calmas. ¿Entendido?". A pesar de la advertencia de Bárbara, Timy siguió ladrando.

La dama se dio cuenta de que el perro se alejaba solo para volver y halar de su camisa como si quisiera que fueran a algún sitio.

Como siguió haciendo eso una y otra vez, Bárbara se dio cuenta de que Timy estaba tratando de decirle algo. Finalmente decidió seguir al perro y la condujo hacia una serie de casas. ¿Vive ese hombre en esta localidad? ¿Es eso lo que intenta decirme?, pensó.

Se arrodilló y le preguntó a Timy con delicadeza: "¿Vives aquí o conoces a alguien que pueda ayudarnos?".

Timy salió corriendo ante el comentario de Bárbara, y su collar se cayó en el suelo. Cuando Bárbara miró de cerca el collar, se dio cuenta de que había una dirección y un número de teléfono.

"Si ha encontrado esto, póngase en contacto con Alex Méndez", decía el escrito, "Casa nro.301, número de contacto: 202 555 0191". Bárbara siguió al perro, pensando que era la dirección del propietario, y finalmente se detuvo en la puerta de la casa.

Llamó al timbre varias veces, pero nadie respondió. Supuso que Alex vivía solo y estaba a punto de salir cuando la puerta se abrió de golpe. "Hola, ¿en qué puedo ayudarle?". Oyó una voz masculina detrás de ella.

Bárbara se quedó paralizada cuando vio al hombre. ¡Era una copia de Alex! Pero lo que resultó aún más extraño fue la reacción de Timy cuando vio al hombre. Le ladraba como cuando los perros ven a un extraño.

Como se trataba de la casa del propietario, Bárbara pudo darse cuenta de que algo no iba bien por los ladridos de Timy. Pero se esforzó en no demostrarlo.

"¿Se aloja aquí Alex Méndez?", preguntó al hombre, ocultando su sospecha.

"Oh, sí, lo hace. Soy Óscar, su hermano gemelo", respondió. "Por cierto, ¿por qué está Timy solo? ¿Dónde está Alex?".

"Bueno, le han llevado al hospital esta mañana porque no estaba bien", respondió Bárbara. "Gracias a Timy, pude averiguar dónde vivía".

Sorprendentemente, Óscar parecía no preocuparse por el hecho de que su hermano hubiera sido llevado al hospital. Ni siquiera preguntó dónde estaba internado.

Lo único que le dijo a Barbara fue que Timy debía quedarse con ella, porque él era alérgico a los perros. En ese momento, la dama se convenció de que el hombre estaba ocultando algo, así que salió corriendo de la casa y llamó al 911.

Unos diez minutos después, los policías llegaron a la residencia de Méndez y se quedaron atónitos al encontrar a Óscar allí.

El sujeto era un prófugo de la justicia y había huido de su casa de Texas dos días antes, tras saquear la vivienda de una pareja de ancianos. Los agentes fueron notificados del incidente y se pusieron a buscarlo.

Cuando los agentes llegaron y registraron la casa, Timy les condujo a un pote de basura donde hallaron una botella de veneno. En ese momento, Óscar no tuvo más remedio que confesarlo todo. Dijo que necesitaba dinero y que estaba endeudado, por lo que decidió vender la herencia de sus padres para pagar sus deudas.

Sin embargo, eso no podía hacerse hasta que Alex estuviera muerto porque el préstamo que había pedido a otros delincuentes era muy alto, y su parte de la herencia apenas alcanzaba para cubrirlo. Así que intentó envenenar a Alex con una sustancia que no mostrara signos de envenenamiento de inmediato.

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También había planeado huir con los papeles de la casa ese mismo día, pero cuando vio a Bárbara y a Timy a través del agujero de la puerta, se dio cuenta de que no podría hacerlo pronto. Esperó a que se fueran, pero antes de que pudiera escapar, llegó la policía.

"No debería haberles abierto la puerta a ustedes, perdedores, y especialmente a ese estúpido perro", miró a Timy. "Ese perro lo arruinó todo. Pero volveré pronto".

"Ya lo veremos, señor Méndez", dijo el oficial mientras lo esposaba. "Por ahora, la prisión será su nuevo hogar".

Ese mismo día, Barbara y los policías visitaron a Alex y le informaron de todo el incidente. Se le salieron las lágrimas al saber lo que Óscar le había hecho.

"Me sorprendió un poco cuando se presentó en casa de repente. Óscar no me había visitado en 10 años, pero dijo que había venido a Florida en busca de trabajo", dijo Alex.

"Lamentamos lo ocurrido", dijo uno de los agentes. "Pero, por favor, venga a vernos cuando se recupere porque tiene que responder a algunas preguntas sobre el pasado de su hermano".

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"Nuestro departamento también recompensará a la señora Bárbara Martínez por llamar al hospital y denunciar a su hermano a la policía", continuó el agente. "Pero tú también deberías darle las gracias a ella. Habrías estado en grave peligro si ella no hubiera llamado a la ambulancia de inmediato".

Alex miró a Bárbara y le dio las gracias. "Gracias por su ayuda. No estaría vivo si no fuera por su ayuda".

"Está bien, señor Méndez", dijo Bárbara, sonriendo. "Pero no es a mí a quien debe dar las gracias. Debería agradecerle a su amiguito también". Salió brevemente y volvió con Timy, que no paraba de saltar alrededor de Alex y de lamerle la cara en cuanto lo vio.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Que los perros son el mejor amigo del hombre: Gracias a la ayuda de Timy, Óscar fue detenido por envenenar a su hermano.
• Aprende a no ser indiferente y ayuda a la gente que lo necesita: La forma en que Bárbara ayudó a Alex sin esperar nada a cambio, es un brillante ejemplo de ello.

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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.