Madre queda impresionada cuando visita la tumba de su hijo en invierno y encuentra que el césped está verde - Historia del día
Una mujer afligida que perdió a su hijo en la guerra quedó impresionada cuando visitó su tumba justo después del invierno y la encontró verde y bien cuidada.
Esta historia comenzó una tarde de guerra cuando los cielos despejados se tiñeron con humo negro emitido por una nave de combate que caía.
"¡Mayday! ¡Mayday! Habla Águila 12417, nuestros motores se han apagado y nosotros…" fue todo lo que Martín Suárez logró decir después de darse cuenta de que la radio no funcionaba.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels
Lentamente inclinó la cabeza para mirar hacia el costado del avión que estaba a punto de llevarlo a la muerte. El suelo se apresuraba. Trató de tirar de los controles una vez más, pero no hubo respuesta.
El Águila, el avión que pilotaba, había sido alcanzado por un misil que apareció de la nada. Martín no lo había visto venir, pero no era descabellado que intentaran derribar su aeronave.
"Por supuesto", pensó con sarcasmo.
El Águila tenía una gran potencia de fuego y velocidad, pero estaba indefenso contra el arma que paralizaba el sistema eléctrico de su avión. "Pero ¿cómo lo supieron?", Martín se preguntó cuando faltaba poco para impactar contra el suelo.
En los momentos antes de que su avión chocara contra la ladera de una montaña, la vida del valiente piloto pasó ante sus ojos; vio sus momentos felices y tristes, luego vio a su mamá.
Solo tuvo tiempo suficiente para susurrar un adiós que esperaba que de alguna manera le llegara a su ser querido antes de que el avión explotara con él dentro.
Thelma Suárez estaba cortando fruta para su merienda sana, cuando de repente una sensación de tristeza la abrumó. Se sumergió tanto en ese sentimiento que sin querer cortó su dedo con el cuchillo y comenzó a sangrar.
La madre de Martín corrió a su habitación para limpiar y curar la herida. En su interior seguía sintiendo algo que le generaba angustia. Decidió llamar al teléfono de su hijo para sentirse más tranquila.
Lee también: Niño visita la tumba de su mamá con un ramo de lirios, y un hombre se acerca con las mismas flores - Historia del día
Sin embargo, sus intentos por comunicarse con él fallaron. Le dejó un mensaje y regresó a su cocina. A la mañana siguiente, la despertaron fuertes golpes en la puerta.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels
"Lamento haberla despertado, señora", le dijo un hombre fornido y alto que llegó a su casa. Thelma no sabía qué decir, pero antes de que pudiera pensar en algo, el hombre le anunció la muerte de su hijo.
Todo lo que sucedió después de eso fue un borrón para Thelma. No quedaba nada del cuerpo de su hijo. El hombre había venido a entregar sus efectos personales con la trágica noticia. Los meses pasaron volando para la afligida madre después de eso.
Con la muerte de su hijo, Thelma estaba realmente sola. Su esposo había sido un borracho que no se había preocupado por el niño que engendró. Él estaba muerto para ella, ni siquiera sabía su paradero.
Thelma tuvo que lidiar con su dolor sola, pero encontró la paz al cuidar la tumba de su hijo. Plantó orquídeas moradas junto a su lápida como significado de su amor eterno por Martín.
Ella cuidaba las flores con regularidad mientras hablaba con su hijo. Pero cuando entró el invierno, el frío la obligó a quedarse en casa.
Con cada nevada sus rodillas sufrían un fuerte dolor. Por eso evitaba exponerse al frío helado del exterior a pesar de que se tenía que aguantar las ganas de visitar la tumba de Martín.
Ella quería salir corriendo a cuidar sus orquídeas. Ya era un hábito para Thelma, pero las nevadas se lo impedían. El invierno fue pasando y comenzó la cuenta regresiva para retomar su rutina.
Cuando el hielo comenzó a derretirse por el calor primaveral, Thelma finalmente decidió que era hora de visitar la tumba de su hijo nuevamente.
Lee también: Mujer visita llorando la tumba de su esposo y encuentra a un bebé recién nacido allí - Historia del día
Se detuvo en una tienda de jardinería para recoger semillas para orquídeas moradas porque estaba segura de que las que estaban en la tumba no habrían sobrevivido.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash
Pero mientras caminaba hacia la tumba de su hijo, Thelma no podía creer lo que veía desde la distancia. Sus plantas de orquídea no solo habían sobrevivido, sino que estaban en plena floración, y el área alrededor de la lápida estaba animada con coloridos insectos y un pasto bien verde.
Contrastaba con las otras tumbas que tenían su hierba marrón y estéril. Esto tocó el corazón de Thelma, quien no pudo evitar el llanto.
Inicialmente, Thelma pensó que era un milagro que las flores hubieran sobrevivido, pero mientras caminaba hacia la tumba, vio a un hombre acercándose con una regadera. Observó con asombro cómo regó las flores con paciencia y en la cantidad justa.
Cuando el hombre se dio la vuelta para alejarse, Thelma se secó las últimas lágrimas y rápidamente se interpuso en su camino. "¿Quién eres tú?", preguntó tiernamente.
"Mi nombre es Samuel Durán", respondió. "Probablemente te estés preguntando por qué hice eso, pero puedo asegurarte que no es nada raro".
"Te sugiero que me expliques entonces", respondió Thelma mientras sus ojos se desviaron hacia sus orquídeas.
"Enterré a mi esposa tres tumbas más adelante y siempre le llevo flores, pero un día te vi llorando en esta".
"¿Y?", dijo ella.
"Bueno, cuando regresé una semana después y noté que las plantas se estaban secando y sufriendo comencé a regarlas. No hace falta ser un científico espacial para saber que te estabas alejando debido al clima frío, así que decidí ayudar para que todo siguiera igual a tu regreso".
"No sé qué decir", expresó Thelma, y como no sabía de qué otra manera pagarle, lo abrazó con fuerza.
Samuel se convirtió rápidamente en un elemento fijo de su vida después de eso, y la ayudó a sobrellevar su dolor. Los días en que necesitaba pasar un tiempo al lado de su hijo, él se unía a ella y juntos cuidaban las flores.
Poco a poco se convirtieron en algo más que amigos, y Samuel estaba decidido a mantener eso porque no quería que pareciera que se estaba aprovechando de su crudo estado emocional.
Fueron de picnic, citas y muchas otras aventuras que unieron aún más sus corazones el uno al otro. Pasó más de un año desde que se conocieron y Samuel se arrodilló y le hizo la gran pregunta.
"Me alegro de haber plantado esas flores", susurró Thelma justo antes de que sus labios se encontraran con los de él en el altar.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock
¿Qué aprendimos de esta historia?
- Ser bueno no cuesta nada: Samuel simplemente podría haber ignorado las flores de Thelma durante el invierno; después de todo, no tenía ninguna relación con ella; sin embargo, no lo hizo. Las cuidó y mantuvo bellas para ayudar a la afligida mujer.
- Es más fácil lidiar con el duelo cuando se tienen mecanismos para afrontarlo: Cuando Thelma perdió a su hijo, quedó conmocionada por la desesperación y la tristeza. Superó su muerte al encontrar mecanismos de supervivencia. Las orquídeas le dieron paz y pudo soportar la vida sin él.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.