Chica toma el teléfono de su madre y escucha la voz de su padre que murió 5 años atrás - Historia del día

Una joven que planea huir con su novio decide robarle dinero a su madre, pero encuentra más de lo que busca.

"¡Te odio! ¡Deberías haber sido tú!". Esas palabras se habían convertido en un himno para la hija adolescente de Lisa Núñez, Lucía.

La joven de 16 años perdió a su padre a causa del cáncer hace cinco años y le echó a su madre toda la culpa. Decía que no había hecho nada para ayudar al hombre y que nunca estaba presente.

Lucía era la que cuidaba al enfermo, así que fue testigo de los horrores que enfrentó su padre. Ella creía que su madre no lo amaba lo suficiente como para estar presente. La mujer regresaba tarde en la noche y se iba temprano al día siguiente.

Después de la muerte de su padre, la joven perdió el control porque estaba muy apegada a él. No le importaba su madre y siempre estaba causando problemas con otras personas a su alrededor.

Siempre que su mamá intentaba reprenderla, ella gritaba y acusaba a la viuda de no haber hecho nada que lo hubiera ayudado a recuperarse.

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En su cumpleaños número 17, en lugar de ayudar a su mamá con los preparativos de su celebración, Lucía decidió escapar con su novio, Ignacio.

Los dos ya tenían un plan y habían comprado pasajes de autobús a otro estado donde esperaban hacer una vida como pareja a pesar de que Ignacio solo tenía 19 años.

Los pasajes de autobús costaban mucho y el novio de la joven le aconsejó que consiguiera algo más de dinero.

“Tu mamá probablemente tenga suficiente dinero en efectivo para sobrevivir un par de meses mientras yo encuentro un trabajo”, dijo.

“Si le pido se enterará de lo que haremos, Ignacio, no creo que sea una buena idea”, le dijo la chica.

“¿Quién dijo que le pidieras?”, respondió con una sonrisa irónica, la que derritió el joven corazón de Lucía.

Planearon que ella robara a su madre el día después de su cumpleaños y escapara esa noche sin el conocimiento de la mujer. La joven pensó que era justicia poética.

Pero sus planes comenzaron a desmoronarse cuando su mamá la sorprendió con una fiesta de cumpleaños a la que asistieron sus familiares y compañeros de escuela.

Lucía no quería ver a esas personas. Amaba poco a nadie excepto a su novio. Aun así, no arruinó la fiesta. Decidió que era una tapadera perfecta para su robo.

Mientras la fiesta estaba en pleno apogeo, subió sigilosamente al piso de arriba a la habitación de su madre y robó todo el dinero que vio. Pero, pero tan pronto como regresó abajo su madre la arrastró hacia la pequeña multitud que estaba presente.

“Esta es mi hija”, dijo la mujer. “No nos hemos visto cara a cara desde que falleció mi esposo, pero le hice esta fiesta para que sepa que la amo sin importar lo que haga. Feliz cumpleaños, hija”.

Todos estallaron en vítores cuando Lisa terminó su breve discurso. Luego la orgullosa madre le regaló a su hija una pequeña caja y le advirtió que la abriera solo cuando estuviera sola.

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Más tarde, cuando Linda la abrió, vio el teléfono de su madre adentro con una nota adjunta que decía: “Reproduce el último archivo de mi álbum”.

Sacó el teléfono de la caja y se desplazó por su contenido para encontrar lo que parecía ser una grabación de audio. La tocó y, para su asombro, escuchó la voz de su padre:

“Ni siquiera puedes imaginar lo fuerte que es mi amor por ti. El cáncer debería haberme llevado mucho antes, pero traté de quedarme todo el tiempo que pude para pasar más tiempo contigo y tu mamá”.

“Tu madre es mi salvadora. Me enteré de que cuando yo estaba en el hospital ella tenía dos trabajos cada noche para pagar mi tratamiento”.

“Hoy o mañana dejaré este mundo, pero estaré contigo para siempre. Ama a tu madre, porque ella te ama más que a nada en el mundo. Adiós, mi Lucía”.

La grabación había sido hecha hace cinco años por su padre moribundo, y le había pedido a su esposa que se la diera a Linda en 5 años en su cumpleaños. Después de escucharla, Lucía cayó de rodillas llorando: había estado castigando injustamente a su madre todos esos años.

La adolescente corrió inmediatamente a la habitación de su mamá para disculparse. La recibió con los brazos abiertos y la joven se hundió en ellos mientras sollozaba y suplicaba perdón.

“Lo siento mucho, mamá, no lo sabía”, lloró Lucía.

“Está bien bebé, está bien, sé que no lo decías en serio”.

La joven le devolvió el dinero ese día y, a partir de ese momento, comenzó a cuidar a su madre. Su recién descubierta cercanía hizo que Lisa le revelara a su hija que había estado ahorrando algo de dinero para construir un café en honor a su difunto esposo.

“¡Vamos a hacerlo!”, le dijo la joven. La chica sabía que su padre siempre había querido un café propio porque le encantaba servir a la gente y también era un gran cocinero.

Lisa siguió ahorrando dinero y después de un tiempo decidió vender su casa para mudarse a una más pequeña. La vivienda se vendió a buen precio en el mercado, por lo que sobró algo de dinero.

Un año más tarde, después de juntar todos sus ahorros y agregar el dinero en efectivo que sobró de la venta de su casa, Lisa y su hija pudieron montar el café y le pusieron el nombre del padre de Lucía: “El Café de Jorge”.

Atendía a todos y rápidamente se convirtió en un éxito, pues el hombre había sido bastante popular en el vecindario por sus buenas acciones.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Asegúrate de conocer todos los detalles antes de tomar una decisión. Lucía odió a su mamá durante años porque pensó que la mujer había abandonado a su padre mientras él luchaba contra el cáncer, pero resulta que había sucedido lo contrario. Afortunadamente, ella aún no había cometido errores imperdonables y pudieron arreglar las cosas.
• Aprende a filtrar consejos. Cuando Ignacio le dijo a Lucía que le robara a su madre, ella estaba lista para hacerlo porque pensaba que la mujer se lo merecía. Pero el pensamiento tuvo que ser sugerido porque no había estado en su mente. Realmente podría haberle causado problemas a su madre, pero afortunadamente se reconciliaron y la joven cambió de opinión.

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